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Literatura argentina: entrevistas (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Todos conocemos los problemas para
editar. ¿Pueden los suplementos subsanar, en alguna
medida, esa situación?

– De ninguna manera. El libro es intransferible. Si una
carencia masiva de sensibilidad y disciplina hace suponer que el
libro esta en vias de desaparecer, bueno es advertir que lo que
desaparece son pautas de civilización. Cíclicamente
se producen estas experiencias límite. Craso error
sería confundir progreso tecnológico con progreso
cultural. Ademas, basta señalar lo desaforado de aquel
"progreso" que nos expone al autoaniquilamiento de la humanidad,
para comprender que ciertas circunstancias imponen espejismos -o
verdades- cuya fugacidad va en proporción directa a su
desmesura. Los virtuales analfabetos diplomados "en el mas alto
nivel" constituyen una subraza que poco tiene que ver con el
lector de raza. Un buen suplemento literario puede llegar a
informar, exhaustivamente; el libro, forma. Cada cual en su rol,
en su razón de ser y trascendencia.

– ¿Los premios testimonian el valor de los
escritores? ¿Sirven como pautas a tener en cuenta?

– Si están bien otorgados, lo que vale es haber sido
premiado por un jurado que merezca el nombre de tal. EI cheque
favorecerá a los acreedores, pero nada perjudica mas que
recibir una distinción inmerecida. Creo que el
único premio legítimo a que podemos aspirar es que
cada lector piense y resuelva por sí mismo lo que nuestra
obra le sugiere. EI famoso caso Borges habla por
las claras: el, no perdió un ápice con semejante
postergación absurda; en cambio, el
Nobel quedó marcado a fuego por la digitación
evidente a que es sometido.

¿Cree que existen clanes o grupos dentro de
la literatura?

– ¡Por supuesto! Siempre los ha habido y los
habrá, pero poco tiene que ver con la presencia, con la
proyección del escritor. Estos grupos de presión
suelen integrarse entre quienes carecen de individualidad
suficiente como para expresarse por sí mismos. Su vigencia
es temporal; lo que importa, seriamente, es cuanto quede de una
obra cuando quien la firma ha desaparecido. La seduccion de
ciertos personajes en sí mismos suele ser mas evidente que
sus valores
literarios. Al margen de los congresos, simposios, paneles,
reportajes, declaraciones de principios y
otras clásicas manifestaciones inofensivas, el artista se
mide con su propio destino. Y poco pueden los managers de la
preposteridad, aun cuando suelan disfrutar beneficios inmediatos
harto redituables.

¿Qué les diría a quienes se inician
en el camino de la poesia?

– Jamás doy consejos ni ensayo mensajes. La
individualidad de cada creador resulta intransferible, y cada
cual proyecta nuevos códigos. Sólo
perdurarán los que tengan talento, y ese "ingrediente"
escapa a todas las definiciones. Por otra parte, detesto el
análisis, la disección del hecho
poetico; es un trabajo profesoral ajeno al artista, a su lucida
ceguera.

(EL TIEMPO, Azul,
15 de enero de 1989)

Jorge Isaac: una novela sobre C.
Bernaldo de Quirós

Hace pocos días, en el Museo Provincial de Bellas Artes
de Entre Ríos, fue presentada la última novela de
Jorge Isaac. El autor, distinguido con importantes premios por
sus obras anteriores, incursiona en esta oportunidad en la novela
biográfica, en la que se desenvuelve con talento. Su
biografiado es el pintor entrerriano Cesareo Bernaldo
deQuirós. Sobre el artista y sobre su aleccionadora vida
conversamos con el escritor.

¿Usted conoció a Cesareo Bernaldo de
Quiros? ¿Cuál fue su relación con
él?

– No. No lo conocí. Aunque el vivió hasta 1968,
ya desde 1945, que es cuando experimenta sin duda la mas amarga
desilusión de su vida -según lo atestigua su propia
carta
manuscrita-, dejó de venir de visita a la capital
provinciana. Hay cartas fechadas
en 1950 y 1955 en que, refiriéndose a su hermosa
mansión por él abandonada, la menciona casi como en
un lamento: "…¿qué será de la pobre casa
mía…" le pregunta a un amigo residente aquí.

He creído reemplazar ese valioso aporte que ofrece el
conocimiento
personal, con
la contemplación de sus autorretratos, confirmatoria, para
mí, de los rasgos salientes de su carácter y su personalidad
expuestos por mas de uno de mis informantes.

¿Por qué lo eligió como protagonista
para su novela biográfica?

– Mas bien él me eligió a mí,
ofreciendome con las dos cartas que en forma que pudo parecer
accidental cayeron en mis manos, los medios que
permitieron el comienzo de la obra. El aviso de un diario, del
que parte la novela, existió realmente y aun es posible
leer otro igual o parecido como de tanto en tanto sale en La
Nación.

¿Por qué eligió la novela y no otro
género
para evocarlo?

– Pensé primero en un ensayo. Y
hasta comencé a escribirlo. Pero lo abandoné
pronto. Preferí la novela por mas cálida. mas
espontanea y mas permisiva para interpretar los estados
emocionales de los personajes en juego.

¿Le resultó facil hallar datos sobre su
vida?

– No demasiado fácil, imaginable por otra parte por
cuanto ha transcurrido casi medio siglo desde que abandonara la
provincia. No obstante, quienes de algun modo estuvieron
relacionados con él, lo recuerdan con sorprendente
claridad, explicable por la impresión que dejaba su fuerte
personalidad. Uno de sus primos, abogado, residente aquí,
me proporcionó datos importantes. En lo demas, y cuando se
trata de acudir al auxilio de la gente, es indispensable -segun
lo comprobé- tomar buenos recaudos. Sobre todo cuando una
supuesta amistad con un
personaje brillante puede constituirse en motivo de
envanecimiento.

¿A qué fuentes
recurrió, además de las orales?

– La bibliografia es
escasa. Aunque en 1991 apareció un voluminoso libro con
innumerables ilustraciones, no intenté siquiera hojearlo.
Queria valerme por mis propios medios y sobre todo, los
documentales. Los cinco ilustrativos comprobantes que yo
transcribo y que van apareciendo en el curso de la obra son
inéditos y desconocidos para toda la gente. Los considero
unicos e insuperables en cuanto a su valor y expresividad. Las
dos cartas -cuya existencia nadie conocía- revelan. en los
pocos días que median entre una y otra dos puntos
culminantes en la vida del artista: uno, cuando cree estar
tocando ya con sus manos la materialización de su
sueño, y otro, cuando éste cae a sus pies deshecho
en pedazos.

Una vez concluida su investigacion, admira a Quiros como
ser humano y como artista. Usted lo transmite en su obra.
¿Que lo impactó de él?

– El libro, al correr de sus capítulos va reflejando
mis estados de animo a medida que crece mi conocimiento sobre
el hombre y su
obra. Comienza casi intrascendente; atraido por un juego de
circunstancias novedosas, y va cobrando fuerza a
medida que voy descubriendo los rasgos salientes de una
personalidad singular. Termino convertido en el mas leal de sus
admiradores, deslumbrado ante la ferrea manifestación de
su hombría, la emoción patriótica que lo
anima y la devoción al arte bajo cuya
influencia sacrifica todo cuanto un ser humano se resiste a
inmolar cuando lo posee: la familia,
las comodidades, los lujos, la vida placentera. El arte,
sólo el arte domina el escenario de sus esperanzas y sus
ambiciones. Cree tener asignada una misión
divina: la de reflejar no sólo figuras humanas autenticas,
sino hacer que ellas proyecten los rasgos esenciales del hombre que
forjó nuestra nacionalidad;
su valentía, su sobriedad, su honradez y sobre todo su
amor a
la tierra
nativa. Quizás abrigaba el artista la secreta
intención de que sus grandes obras con figuras humanas -a
las que nunca se propuso negociar- estuvieran expuestas para
siempre en un Templo de la Patria para que, cuando llegaran
días de debilidad, de corrupción, de ausencia de solidaridad entre
los sectores que forman la nación,
como son estos que estamos viviendo, nos proporcionaran la
inspiración y la fuerza necesaria para superarlos.

(EL TIEMPO, Azul, 1993)

Jorge Torres Zavaleta: las facetas de un
escritor

Jorge Torres Zavaleta se ha destacado en la moderna literatura argentina por su
labor como cuentista, novelista y crítico, colaborando en
los diarios La Nación y La Prensa, La
Nueva Provincia
de Bahía Blanca y también en
este suplemento. Ha publicado el volumen de
cuentos El
hombre del
sexto día
y la novela El
primer viaje
; ambos recibieron elogiosos conceptos de los
medios
especializados.

En una entrevista
para LA CAPITAL, nos
habló de sus creaciones y sus vivencias.

¿Qué es lo que te atrae del cuento?

– A mí me interesa la posibilidad de captar el momento,
el instante, el episodio. En el cuento podés desarrollar
una historia corta en
la forma más intensa posible, dando una sensación
de plenitud en muy pocas páginas.

¿Qué te aporta la critica?

– Fundamentalmente, es un estímulo para mi propio
pensamiento.
Me obliga también a comunicarme con los lectores y salir
de la aspereza de si tal libro me gusta
o no me gusta. A veces, hay libros que a
uno no le gustan demasiado, y que sin embargo son muy exitosos de
acuerdo al propósito del autor, por ejemplo, a mí
no me interesa John Updike, me parece un hombre que escribe muy
bien, que tiene un uso poético del lenguaje, un
hombre lleno de matices y de tino, pero la verdad es que me
aburre profundamente. Hice varias críticas sobre él
y llegué a la conclusión de que esa opinión
simplificada "no me gusta" no servía; eso me obligó
a ir descubriendo otras cosas de él, para que una persona que no
fuera yo pudiera darse cuenta de cuáles eran los puntos
fuertes y débiles.

– Vas siendo más objetivo;
decía que a vos no te gusta pero puede gustarle a
otro.

– Claro, porque en el caso particular de Updike, sus
argumentos son más bien chejovianos, o al estilo de
Katherine Mansfield; es decir, son impresiones, son momentos, son
sensaciones… Eso ha tomado al final del cuento una suerte de
orden y esas cosas casuales y dispersas se transforman en una
historia, o son una historia, pero siempre es una historia que no
me interesa mucho.

– ¿Dejás de hacer la crítica
de un libro porque te parece aburrido o no es de tu
agrado?

– Hay muchos libros malos, y alguna vez también he
hecho mis brulotes, pero digamos que el riesgo de una
crítica es la situación de omnipotencia que puede
producir. Como creo que la vanidad y el orgullo son dos
sentimientos realmente peligrosos, porque te impiden acercarte al
mundo, hay que luchar contra ellos, y la única forma es
estar un poco alerta.

– La novela es un
campo vasto en el que el creador forja seres y situaciones.
¿Cuál es tu idea de ellos?

-La novela tiene todo el encanto de lo que no está
admitido en el cuento; podés dar ecos, repeticiones, leit
motiv, podés ir completando las cosas, agotándolas
lentamente y dándoles vuelta, atacándolas de
distintos ángulos. Esa complejidad de la novela me resulta
muy grata, tanto que creo que , poco a poco, me voy acercando a
ella.

-¿Sentís que el cuento te exige
más?

– Borges dice que
la novela está llena de ripios y de cosas innecesarias. Es
la opinión de una persona que ha leído muchas
novelas pero
que consolidó su idea en un momento en que ya no
veía –los últimos treinta años de su
vida- y cuando quizás se haya ido alejando de las
sensaciones que despertaron esas novelas. Su gran
reputación hizo que los argentinos tomaran demasiado en
serio esas opiniones. También es cierto que sólo se
puede escribir novelas cuando vos empezás a tener una
opinión y una sensación total de tu país,
del mundo y de la gente.

Quizás por ello haya pocas novelas en la Argentina,
porque como es un país complicado, donde la gente
realmente no comprende lo que está sucediendo, y los
escritores generalmente se arrinconan en su interioridad para
mostrar sus pequeñas áreas o sus fantasmas
personales, se produce una distancia entre la
consideración de la vida cotidiana y eso que es el mundo
de la novela. Porque el cuento admite cosas más
fantásticas, el gran capricho lógicamente
organizado, o la vida cotidiana, pero en la novela vos
tenés que tener todo, tenés que tener
sueños, tenés que tener la vida cotidiana, la
sensación acerca de la vida corriente o de distintas
áreas de conducta de
diversos grupos
humanos.

Creo que como los argentinos no nos comprendemos, porque
estamos como aislados en nuestras propias fantasías, en
nuestro país no existen las novelas. Por comodidad, la
gente puede haberse aferrado a esa opinión de Borges, y
vivimos en un país de cuentistas, salvo algunos pocos
novelistas, como Bioy o Güiraldes. Don Segundo Sombra
es una novela lindísima.

– A tu criterio, ¿cuáles son los temas que
aparecen con mayor frecuencia en tu narrativa?

– En los libros publicados, que conforman mi primera etapa
como creador, me interesa volcar mis delirios personales. Cuando
alguien escribe, no puede ahorrarse cosas; tiene que tratar de ir
a lo más hondo posible y saber discriminar cuándo
entra una parte de la subjetividad.. Mis primeros cuentos
–y quizás la novela, un poco menos- son intensamente
fantásticos porque eso era lo que yo sentía.
Empecé a escribir cuentos fantásticos inclusive sin
haber pasado por los autores argentinos. Por eso es que no
sentí como una limitación las opiniones de Silvina
y Bioy, porque yo ya venía hecho a una forma; nunca
dudé de mi capacidad de invención.

– ¿No sentís preferencia por algún
tema, por ejemplo, la muerte?

– Los temas humanos siempre están encubiertos; en el
caso de los cuentos fantásticos, el argumento es una
metáfora para dar una emoción. Uno es, de chico,
intensamente dramático; por eso en mis primeros cuentos
aparecieron la muerte, la
culpa, la inmortalidad, el tema de los misterios del
alma humana.
Aparecían el amor
pasión, el amor obsesivo,
la pregunta por Dios. Tenía entre dieciocho y
veintitrés años… Aparece también el
contraste entre a conciencia y la
muerte. El tema de la muerte está en la vida humana y es
quizás el que nos acicatea con mayor fuerza.
Vinculado a ese tema encontramos lo místico; siempre he
sentido un gran placer en perderme en un paisaje, eso está
relacionado con la pintura.
Siento una gran atracción por las cosas vivas; no soy un
beato, pero hay un cierto asombro que me vincula a lo
mistico.

(LA CAPITAL, Rosario, 1987)

María Rosa Lojo: la novela como
testimonio

Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires,
Maria Rosa Lojo es Investigadora de Carrera del Consejo Nacional
de Investigaciones
Cientificas y Tecnicas. Recibio en 1982 el Premio Coca-Cola, en
ensayo; en
1984, el Premio de Poesia de la Feria del Libro por Visiones, el
premio de cuento del Fondo Nacional de las Artes -que
posibilitó la publicación de Marginales- y el
premio de novela de dicha institución, en el periodo
1986/7, gracias al cual aparecio, editada por Torres Agüero,
Canción perdida en Buenos Aires al oeste.

Para conversar sobre esta última obra, nos acercarnos a
la sede en que realiza sus investigaciones; este fue el dialogo que
mantuvimos:

Maria Rosa, España
siempre ha estado ligada
a tu labor, desde tus estudios sobre Calderón, publicados
hace ya tiempo. Se
evidencia en Marginales, volumen de cuentos también
premiado por el Fondo Nacional de las Artes, y aparece con mayor
vigor aún en tu novela. ¿Lo reconoces como el fruto
de una tradición cultivada en tu hogar?

-Si. Mis padres me legaron el amor por su tierra, pero
yo tambien aprendi a amarla a traves de sus grandes escritores.
Soy la primera generación argentina nacida de una pareja
de exiliados durante la Guerra Civil;
en casa se hablaba de España como del "paraiso perdido",
al que mis padres siempre quisieron regresar. Influenciada por la
magnifica personalidad
de Celina Sabor de Cortazár, que tan importantes huellas
ha dejado en quienes fuimos sus alumnos, estuve por dedicarme a
las letras españolas del Siglo de Oro.

De esa epoca de fascinacion han quedado tus trabajos
sobre los autos
calderonianos.

– Si, pero tambien muchos de los cuentos de Marginales,
y mi devocion por la literatura medieval. Mas cercanos en el
tiempo, aparecen en mi obra los tragicos instantes de la Guerra
Civil, confrontados con otra guerra muy nuestra, la de las Islas
Malvinas.-
¿Tu novela tiene algún punto en común con
Marginales?

– Bueno. todo lo que uno escribe, puesto que emana de la misma
estructura
personal
-aunque en distintas etapas de la vida, claro-, y de una
cosmovisión, tiene puntos en común, aunque mas no
sean los que marcan la transición entre un-momento
evolutivo y otro. Pero entre Marginales y
Canción perdida en Buenos Aires al oeste no hay -no
hay sólo afinidad, sino especialmente "complementariedad".
Marginales es lo que hoy llamaría la crítica
un libro "intertextual" y "metatextual": esto significa que es un
libro deliberadamente tejido sobre el dialogo con la
tradición literaria y cultural -el mito, la
ficción, la historia. como digo en el prólogo-, y
en ese dialogo la tergiversa, la transforma, la rehace. Significa
también que uno de sus temas fundamentales es la
indagacion sobre la indole de la ficción misma, mejor
dicho, sobre el proceso de
hacer literaria -de hacer estética y verbalmente ficticia- la
realidad.

En tu nueva obra tambien hay intertextualidad, y
poesia.

Cancion perdida en Buenos Aires al oeste tiene, creo,
en todo lo que la novela lo permite, el mismo trabajo
poetico del lenguaje que los criticos elogiaron en Marginales.
Hay tambien, como no puede ser de otra manera cuando se hace
literatura, "intertextualidad". Todo texto nace ya
cargado de otras escrituras, de otras voces, del
"oro del tiempo", en el mejor sentido bretoniano de la metafora.
Pero no es, en esta novela, un ejercicio esencial y voluntario,
como en Marginales. En cambio
sí reaparece la problematica existencial que en el libro
anterior es constante: la vida dramáticamente vivida en
situaciones límites,
cuestionándose el dolor y la muerte, buscando
trascenderse.

¿Cuál es, a tu criterio, la idea que
vertebra la obra?

– La novela es la historia de una familia narrada a
traves de siete personajes, de siete voces: la voz central es la
de Irene, que en sus treinta años rescata ese nudo de
vidas que conforma sus propios origenes, como quien canta una
cancion. Una cancion perdida porque es la de la infancia y la
adolescencia,
la de la vida vivida tramada por el amor, la dicha, la desdicha,
la enfermedad, la muerte, los extravíos y las
recuperaciones que constituyen el tiempo irrestañable e
incorruptible, como el agua
fluyente, que la palabra -por un momento-crea la ilusión
de retener.

¿En que periodo ubicas la accion?

– Mi novela transcurre entre los años 1975 y 1985 y
tiene como protagonistas a dos inmigrantes y sus tres hijos
argentinos. Junto a ellos, aparecen otros personajes, que
conforman una vision totalizadora de una etapa crucial.

En esta novela encontramos, junto a la inmigracion
española, la corriente alemana, tambien considerable en
nuestra historia.

-Por cierto. La hija de los exiliados se casa con un muchacho
de ascendencia alemana. Esta pareja, tan diferente, es un
simbolo: en ella podemos ver el destino ultimo de todo extranjero
que llega a nuestro suelo. Irene y
Alberto encarnan la unidad en la diferencia, a pesar de los
multiples obstaculos que dicha relacion conlleva.

Nos parece que la obra es, en gran medida,
autobiografica.

– Lo es, desde el punto de vista de la pareja de Irene y
Alberto, una pareja que no se conforma con la vision que ha
heredado de sus mayores. Ellos tratan, no sin esfuerzo, de
superar la fatalidad que se cierne en sus vidas. En definitiva,
mi novela cuenta una historia demasiado parecida a mi historia;
evoca la vida de dos generaciones distintas, enfrentadas en el
contrapunto de dos momentos que tienen mucho en comun.

¿Cómo ves tu futuro?
¿Seguirás trabajando en distintos generos o
elegirás uno?

– Creo que uno no elige "a priori" tal o cual genero.
Expresarse en uno u otro supone necesidades y disponibilidades
distintas, y a ellas obedece el escritor cuando adopta diversas
posibilidades de escritura.
Nadie puede decir voy a ser sólo poeta, o solo narrador, o
sólo ensayista, y mutilar las potencialidades para hacer
otra cosa.

(LA CAPITAL, Rosario, 1988)

Juan
José Delaney: la epopeya irlandesa

Juan José Delaney se desempeña como Profesor
Adjunto de la Cátedra de Literatura Argentina en la
Universidad del Salvador, de la que egresó. Dirigió
la revista El
gato negro
y publicó varios volúmenes de
cuentos, entre ellos, Tréboles del Sur, obra que
mereció elogiosos comentarios de Enrique Anderson Imbert y
Rodolfo Modern.

El escritor dedica a sus antepasados estos quince textos que
transcurren a lo largo de más de un siglo. El tema
común a todos estos textos es el de la inmigración irlandesa, de la esforzada
búsqueda de un mundo mejor. En este libro presenta seres
ficticios y hechos verosímiles, sin embargo, en él
se evidencia una evocación de la realidad que surge de
datos
concretos que Delaney maneja con autoridad.

El se muestra como un
conocedor de todo cuanto atañe a su colectividad. Nos
habla de la religión, de las
lecturas que hacen los irlandeses, la música que los
emociona, los internados en los que se albergan niños y
niñas, las comidas típicas, las bebidas, la
educación
sexual –inexistente en un modo de vida puritano-, el idioma
–que aparece como un obstáculo en el trato cotidiano
y como una ventaja en cuanto a las perspectivas laborales-, las
localidades en que se encuentran los inmigrantes de ese origen
–Rojas, Moreno, Palermo, Flores y Villa Urquiza-, los
pensionados, las fiestas patronales, los apellidos
castellanizados y la historia de Irlanda.

Lo entrevistamos para este suplemento. Este fue el diálogo
que mantuvimos:

¿En qué vertiente literaria
inscribirías tus cuentos?

– Como lector y autor, siempre me incliné por la
literatura fantástica, pero la temática de este
libro no me permitió alejarme de hechos históricos
y concretos, como de situaciones que, de alguna manera,
ocurrieron. Digamos entonces que, en general, los cuentos se
inscriben dentro del realismo,
aunque con ciertas vinculaciones con lo fantástico y lo
psicológico.

Imaginamos que un trabajo de este tipo tiene que estar
basado en documentación, ya sea escrita o transmitida
oralmente por tus familiares
.

– Toda la información que obraba en mi poder la
había recibido por transmisión oral. Las memorias,
nostalgias y anécdotas de mis padres, parientes y amigos
mayores, en efecto, me habían dotado del material como
para emprender la tarea sin incurrir en imprecisiones. No
obstante ello, recorrí la escasa bibliografía que hay sobre
el tema.

La que incluyó, también
publicaciones.

– Sí. Existe un semanario hiberno-argentino, The
Southern Cross, que tiene unos ciento trece años de
existencia y que registra la actividad cultural, religiosa,
social y deportiva de la comunidad; su
actual director, el padre Federico Richards, generosamente me
permitió revisar todo ese valioso material.

Suponemos que entre esas historias habrá muchas
protagonizadas, veladamente, por gente ligada a vos.

– Como se dijo –y al menos en mi caso, doy fe de que es
cierto-, todo texto literario es, esencialmente,
autobiográfico. Por más que haya disfrazado mis
historias, detrás de las palabras, está mi propia
experiencia vital. Debo decir que también redacté
sucesos de los que me hubiera gustado ser protagonista.
Finalmente, no por nada dediqué el libro "a los
irlandeses, vivos y muertos, que andan por mi sangre".

(EL TIEMPO, Azul, 10 de abril de 1988. Reproducido en The
Southern Cross
, 30 de septiembre de 1988).

Graciela Nidia Aráoz: Premio Vicente
Aleixandre

Graciela Nidia Aráoz nació en Villa Mercedes,
provincia de San Luis. Es profesora en Letras por la Universidad
de Cuyo y Licenciada en Filología Románica por la
Universidad Complutense. El 23 de marzo de este año, un
jurado presidido por Luis Rosales la distinguió con el
Primer Premio de la XVIII Edición
del lauro "Vicente Aleixandre", dotado con 175.000 pesetas, por
su poema "Luz en el tacto".
Sobre este asunto versó la charla que mantuvimos para "La
Cultura en EL
TIEMPO".

¿Cuáles son las características del
premio? ¿Quiénes pueden presentarse?

– Puede participar cualquier poeta que escriba en lengua
española; este año concursaron siete mil cincuenta
y dos obras, procedentes de España y de países
latinoamericanos. Lo auspician la "Cadena COPE – Radio Popular" y
la Caja de Madrid; se
concursa con un solo poema, de alrededor de cincuenta versos.

El hecho de que se pueda presentar una sola obra debe
volver el certamen muy difícil.

– Claro que sí, porque puede ser que el poema no sea
del todo logrado. O que la elección no haya sido
acertada.

¿Dónde estabas cuando se dictaminó
quiénes habían ganado?

– En Argentina, en la Capital Federal, donde me
establecí hace un tiempo. Lo que sucede es que este premio
tiene una historia curiosa: yo no mandé la poesía,
sino un amigo mío. Dos días antes de que se
expidiera el jurado, él me avisó -por teléfono, desde España- que
había sido seleccionada. ¡Te imaginarás
qué tensión! EI 23 de marzo me llamaron muy
temprano y me dijeron que había sido distinguida con el
primer premio, mientras que el segundo, el tercero y la
mención habian recaido en poetas españoles.

¿Quiénes integraban el jurado?

– Luis Rosales, poeta y miembro de la Real Academia
Española, José Hierro, Luis
Lòpez Anglada, Eladio Cabañero, Angel García
López y Fernando Mora. Actuaba como secretario
Andrés Barriales.

¿Cómo te sentís después de
haber sido distinguida con un premio tan importante?

– Siento un mayor compromiso conmigo misma. Todo parte de uno;
el compromiso es primero conmigo. Y luego es con los
demás. Tengo la certeza de estar ante un nuevo riesgo,
pero el riesgo me atrae, porque implica libertad y
crecimiento.

¿Cuál fue la repercusión de tan
grata noticia?

– En nuestro país, fue difundida por radio, televisión y distintos diarios. El mismo
día en que me notificaron el premio, me realizaron
reportajes telefónicos para programas
españoles, algunos de los cuales salían al aire en el
preciso momento en que yo estaba dialogando con el
periodista.

¿Fuiste a buscar el trofeo?

– No. Lo recibió en mi nombre Javier Casadevante, quien
había enviado el poema. En cuanto a la selección
del mismo, te diré que Javier tenía la
poesía en su poder; yo no me acordaba de habérsela
dado. Me la debe haber pedido hace tiempo.

Has publicado Equipaje de silencio en 1982.
¿Cómo ves, desde 1988, ese primer libro de poemas?

– Creo que ha habido una evolución. A partir de 1984,
aproximadamente. Han servido como transición los libros
que conservo inéditos, escritos después del que que
mencionás. La evolución atañe tanto a mi
mundo interior como a los juegos que
realizo con la palabra.

Como todo poeta, nos hablas de la relación entre
el yo lírico y su modo de expresión.

– Sí. En mi caso, hubo un cambio interno que se
desborda en la palabra. Los acontecimientos importantes hacen que
los refleje en la creación: aparecen expresados con mayor
libertad y fluidez que antes.

Reafirmás que la autobiografía subyace en
toda creación lírica.

– Desde luego. Toda poesía implica
autobiografía, pero dicho esto con ciertas salvedades. Un
poeta sostenía que, en la efusión lírica,
todo lo que no es autobiografía es plagio; Borges
también señalaba lo mismo.

¿Reconoces influencias en tu obra?

– No creo que se noten, aunque no soy yo quien debe decirlo.
Leo con atención a muchos autores. pero no creo que
pueda hablarse de influencias específicas. Me interesan
Alejandra Pizarnik, Miguel Hemández, Luis Cemuda, Luis
Rosales, Paul Eluard y Rilke, entre otros muchos.

(EL TIEMPO, Azul, 1988)

Roberto
Glorioso: "elaborar un yo universal"

Roberto Glorioso nació y vive en Azul. Escribe cuento,
poesía y teatro, y ha sido
distinguido con numerosos premios, entre los que recordamos el
Premio Estímulo a los escritores del interior, otorgado
por la Sociedad de
Escritores de La Plata, el Primer Premio Cuento en el Concurso
Centenario de la Sociedad Rural y dos galardones de LU 10 Radio
Azul, en 1985 y 1986 respectivamente. Publicó Los
olvidos imperecederos
y Comuniones de silencio.

Hace pocos días ha aparecido su tercer libro de
poesía, Lejanías conjuradas. Dos temas se
reiteran en estos poemas -el fuego y el hombre-;
esos temas podrían reducirse a uno solo: el del fuego
prometeico. "Mi suburbio interior/ ya desespera/ por volcarse/ a
los fuegos/ de otra historia", canta. ¿Cuál
será esa historia? Una nueva vida que lo aleje de los
pesares, o la vida mas íntima que le revele su propio ser
inmerso en el mundo. En "Meridiano" encontramos también la
idea del fuego: "Camino/ arrancando los/ incendios/ del
expatriado/ meridiano/ que me traza". Como ser humano, el poeta
siente que el universo no le
pertenece, que es un hombre en el vasto desierto de la
contemporaneidad. Y entonces, piensa en Dios… Hondos,
metafísicos, madurados en la soledad de la efusión
lírica, estos textos quieren compartir un mensaje que, si
no es de esperanza, lo es de autenticidad. En ellos -dijo Miguel
Angel Viola-, "están ya encendidas las hogueras del
futuro".

Sobre esta obra, publicada por la editorial azuleña
América, conversamos con el escritor,
durante su reciente visita a en Buenos Aires.

– Este libro se abre con la "Anticipación", de
Miguel Angel Viola. En esas páginas, Viola habla de una
notoria evolución en tu poesía,
¿estás de acuerdo con él?

– Siempre debemos estar agradecidos a los criterios de la
bondad, pero creo que una simple lectura de mi
obra anterior supone que concuerde con e1 juicio de Miguel Angel
Viola, a quien no llegué a conocer personalmente porque la
muerte nos ganó de mano.

– ¿En qué radica, entonces, la
evolución?

Lejanías conjuradas, además de
evidenciar una caótica frescura, sufre un despojo
idiomático donde las palabras son las esenciales para
determinar las transgresiones de uno mismo frente a los temas de
la poesía.

– ¿Por qué elegiste ese titulo?

– Este título nace del insomnio o quizás de
imágenes oníricas, pero no puedo
precisar exactamente por que lo elegí. Sí se que
esas dos palabras, desde que se me presentaron como una
visión imprevista, fueron las que mejor definían la
propuesta del libro.

– Cada poema está dedicado, ¿Cuál es
la relación que te une a las personas mencionadas?

– Una relación de gratitud y amistad. Ellos
son los elementos formativos, los seres horizonte, que desde el
vamos me estimularon. y corrigieron, haciendo lo posible para que
no me apartara de este camino.

– Dios y el hombre aparecen como motivos en tu
lírica, ¿qué buscás al tratar estos
temas?

– De los seis grandes temas que desde siempre deslumbraron al
poeta, y que son nada más y nada menos que la tierra, el
hombre, el amor, el dolor, la muerte y Dios, inconscientemente
hago hincapié en esas dos prioridades como una manera de
abarcar, más allá de la propia identidad, el
territorio o la comarca de todos. Pienso que prescindo de un yo
personal, para elaborar un yo universal.

– ¿Sos creyente? ¿Cuál es tu idea de
la trascendencia?

-Creo en ese Dios que, más allá del silencio,
nos está dando todas las respuestas, pero también
creo que la idea de trascendencia la develaremos en el
último instante de la tregua.

(EL TIEMPO, Azul, 1988)

Cristina Pizarro: el don
demiúrgico

Hace muy pocos dias apareció "La voz viene de lejos",
nuevo libro de poemas de Cristina Pizarro. De la obra dice Ruben
Vela: "Una voz de antiguas resonancias en donde se conjuran la
soledad y la belleza, impulsa el quehacer creador de esta poeta
indudable que es Cristina Pizarro".

Sobre su libro, editado por Ayala Palacio y presentado en la
SADE, conversamos con la escritora, para "La Cultura en EL
TIEMPO".

¿Qué motivaciones la llevan a escribir
poesia?

– El origen de mi escritura aparece fusionado al sueño.
Los sueños que se abren al mundo a través de la
palabra en una simbiosis de realidad y fantasia. Son los
sueños de mis propias obsesiones, de aquellos recuerdos y
deseos que martillan, sin cesar, en la mente, el alma y el
cuerpo.

¿Qué siente al crear?

– Cuando escribo poesía siento que estoy plasmada en un
estado especial que se va conjugando en distintos momentos. El
acto de escritura se inicia antes de la concreción del
texto; tiene un tiempo preliminar instalado en el contacto
precedente a la vivencia corporal, cenestesica, la que
está ubicada a priori de la palabra en alianza intima y
subyugante que deviene del misterio y de la fe. Los paisajes, los
rostros y las voces se amalgaman en una trama intertextual
ligados a mi propio existir.

¿Desde cuándo escribe?

-Los primeros intentos de querer poner algo en verso, los hice
jugando con una maquina de escribir alrededor de los once
años. Inspirada por los textos de Ruben Darío y
coincidente con el momento de la pubertad,
comienzan los sueños de amor de una adolescente que quiere
un mundo azul. La escritura en soledad, las confesiones a modo de
diario en donde siempre utilizaba un lenguaje traslaticio, tal
vez para ocultar ese profundo deseo de ser, quizas por el temor a
enfrentarme con los demas.

Hablemos de sus libros.

Poemas de agua y
fuego
tardó mucho en ver la luz. Esta integrado por
textos escritos entre 1986 y 1992. La voz viene de lejos
siguió inmediatamente a la edición del anterior
(agosto de 1993) y el último poema que cierra el libro es
de mayo de 1995.

¿Qué relación tiene con su carrera
de Letras, el acto creador? ¿Cree que fue positivo para la
poeta haber realizado dichos estudios?

– Evidentemente, la formación academica constituye el
sustrato en el manejo del lenguaje y la penetración en el
oficio de escribir. Las lecturas, el estudio, la crítica
literaria fueron consolidando los cimientos de mi primigenia
vocación que tuvo un despertar publico en forma muy lenta
y paulatina.

Algunos dicen que, mas que incentivar, estudiar
literatura inhibe.

– La admiración y el respeto por los
autores consagrados me inhibieron, al principio. Ahora siento que
tengo el compromiso de entregar lo mejor de mí, aunque no
sea a partir de una óptima realización. Aún
me provoca un profundo estremecimiento ver el retrato de Leopoldo
Lugones. Amé a los modernistas por su pasión
desenfrenada manifiesta en la labor de orfebre con la
palabra.

¿Qué influencias reconoce?
¿Cuáles son los autores que, en cierto modo, le han
señalado un camino?

– Mis textos nacen en confluencias multifaceticas de una vida
intensa abierta a lo plural, a diferentes dimensiones y
perspectivas de abordar la búsqueda inherente a la
condición humana. Los diversos lenguajes, ya sea la
musica, la plástica, la danza, el
teatro, se atraviesan en mis experiencias literarias desde el
lugar sagrado que representa el hecho estético. EI
discurrir reflexivo en el pensamiento filosófico y el
abordaje de lo axiológico desde mi puesto en la educación
están muy cerca y unidos: soy como el mar que recibe de
los rios
muchísimos afluentes. Podría citar autores que me
han emocionado esteticamente. aunque no sé aún de
qué manera han influido. Supongo que a partir de la lectura de
los otros, empezaré a darme cuenta e intentaré
reflexionar sobre mi propia escritura.

¿Surgen temas predilectos? ¿Sabe por
qué se reiteran en su lírica?

– Los temas que subyacen estan ligados a los misterios de la
sangre, del instinto, del lenguaje de la soledad, de la magia que
encierran los signos de
nuestro cuerpo. en los símbolos de nuestros deseos y de nuestro
tiempo secreto. Los temas están inmersos en una escritura
plasmada en un ceremonial literario engarzado por un conjunto de
ritos, de imágenes que se desdoblan desde el ritmo
interior de mí misma. Es posible que esto se relacione con
mis consideraciones acerca de la poesía centrada en el
espacio de la palabra profetica y del don demiúrgico.

¿Qué propósito persigue como poeta?
¿Qué espera de sus textos?
¿Sinfronía? ¿Trascendencia?

– Hacer oír mi canto. Convertir la obra en libro como
testimonio concreto y un
recuento trascendente del movimiento
desde donde la génesis de una obra proviene; así
como también el propósito de perpetuarlo
eternamente en un prolongado éxtasis de amor y
liberación.

((EL TIEMPO, Azul, 1996)

Gabriela Fehling, autora·teatral

Gabriela Fehling, con quien conversamos para este suplemento,
nos cuenta que no ha tenido una formación teatral
sistemática, sino que, por trabajar en estrecha
colaboración con su esposo y estar presente en muchas
clases y ensayos de la
compañía, pudo absorber una serie de conocimientos
teóricos y prácticos que le resultaron utiles a 1a
hora de comenzar a escribir. Es autora de obras teatrales
infantiles -dos de ellas incluidas en el repertorio del Teatro
Colonial-, para adolescentes y
para adultos. Escribe también cuento y poesía,
dicta talleres, y en 1992 realizó crítica
bibliográfica en el programa
«El universo del
hombre» que se emitía en Mar del Plata.

Entre los escritores que la influenciaron, reconoce
basicamente tres: G. K. Chesterton, por su lenguaje
límpido y bello; Patrick Süskind con El
perfume
, porque con su sarcasmo imprevisible e imperturbable
abrió su mente y le dio vuelta la cabeza, y por
último, aunque lo considera el primero y el más
importante, Emilio Salgari y sus novelas, dado que con sus
extraordinarias aventuras le enseñó que leer no es
sólo un arduo y tedioso descifrar de letras sino una
puerta abierta hacia un mundo maravilloso pleno de vivacidad y
emociones.

La visitamos para conocer sus conceptos sobre la
creación, la relación entre didactismo y hedonismo,
y los proyectos que
tiene para un futuro que incluye diversos géneros
literarios. Este es el dialogo que mantuvimos para "La Cultura en
EL TIEMPO":

¿Cuándo comenzaste a escribir obras
teatrales?

– Empecé en 1997. Mi esposo, Daniel Rodriguez Viera, es
productor ejecutivo de una compañía teatral y
necesitaba un espectáculo infantil para la temporada
veraniega en Mar del Plata. Se necesitaba una obra ligera y
divertida para toda la familia y
no daba con lo indicado, asi que me preguntó si yo me
animaba a escribirla. Así nació Rescate en la
isla de los piratas
, que se estrenó el 2 de enero de
1998 y tuvo tanto éxito
que continua sus funciones
aquí hasta la fecha, contando incluso con una secuela,
Rescate en la cueva de los bandidos, que se estrenó
para las vacaciones de invierno, Hay incluso una tercera parte en
proceso de escritura.

¿Pensas tus obras en función de
un auditorio de corta edad?

-En realidad, yo no escribo exclusivamente para chicos. Aun en
los infantiles, trato de que mis concepciones sean «aptas
para todo publico» y por ende no le resulten ni aburridas
ni fastidiosas a los adultos. Por otra parte, no creo en la
diferenciacion entre productos para
menores y mayores.

¿Cómo debe ser, a tu criterio, una pieza
teatral?

-Considero que la obra debe ser comprensible y llevadera para
todas las edades, sólo que cada uno, de acuerdo a su
madurez intelectual y emocional, podrá entresacar
conclusiones distintas de la trama. Solemos cometer el error de
menospreciar la capacidad de comprension de los niños y
ofrecerles sólo textos livianos sin permitirles el acceso
a todos los autores por creer que no son aptos para entenderlos,
cuando la experiencia demuestra que los chicos tienen la mente
libre y despierta y una curiosidad avida e insaciable por
descubrir emociones nuevas, mientras que nosotros, como adultos,
venimos cansados, con la cabeza llena de preocupaciones, cargamos
con nuestros prejuicios y limitaciones y una estrechez de
pensamiento que no nos permite absorber conceptos alborotadores.
Por lo general, ya tenemos nuestra opinión formada
-basandonos en la fama de los participantes o el analisis del
critico- aún antes de encarar una propuesta; nos cuesta
concentrarnos y a toda costa tratamos de rebuscarle un sentido
1ógico y exacto mientras que los chicos se despreocupan de
normas y
pueden relajarse y disfrutar del espectáculo con todo
entusiasmo y es así como sacan deducciones extraordinarias
e increiblemente personales de cada pieza.

¿Crees que toda obra debe transmitir un
mensaje?

-La verdad es que no siempre mi intención es
transmitirles algo determinado a los chicos. Sería un
trabajo vano por demas, pues ellos son criaturas imprevisibles y
saltan para cualquier lado: pueden interpretar algo por completo
dispar de lo que yo me esmeré con tanto esfuerzo por
indicarles. Algunas obras mías sólo son para
entretener, para solaz y diversión. A veces pensamos que
todo lo dedicado a los niños debe ser exclusivamente
educativo, cuando elegimos para nosotros mismos productos que
brindan más distensión que atención.
Entonces, si nosotros preferimos en mayor proporción los
espectáculos pasatistas, ¿por qué cargar a
los chicos todo el tiempo y a toda hora con obras instructivas?
¿Porqué empeñarnos en que todo sea
aleccionador y no meramente recreativo? No hay nada de malo en
que una obra sea una simple narración sin grandes
moralejas explícitas; en realidad es mejor así,
porque no les damos todo servido en bandeja y son ellos mismos
los que trabajan una interpretación y deducen un sentido.

Por mi parte, trabajo en tres niveles. Un ejemplo de eso es
"La leyenda del caballero negro»: en primer lugar una
relación sencilla, un cuento con una trama comprensible
para todos; en el segundo plano hay datos claves que serán
accesibles a la mayoría de los presentes, los cuales en
consecuencia podrán extraer una interpretación
básica de hacia dónde apunta la historia y por
último, existe un sentido mas profundo, cuyas referencias
serán reconocibles sólo para aquellos que
estén mas preparados o a los que las alusiones hayan
producido un mayor impacto y se reconozcan en sus circunstancias
personales, y puedan por lo tanto, mediante un fino razonamiento
de deducción y conclusión acceder a su
significado simbólico.

¿En qué trabajás
actualmente?

– Estoy siempre experimentado con nuevas opciones. Trato de
abarcar las diferentes técnicas y
estilos. Tengo varias obras teatrales en preparacion, de
diferentes tipos. Además de los denominados
«infantiles» que –repito- considero que deben
ser agradables para toda la audiencia, estoy componiendo piezas
más dramáticas, de neta comedia, incluso de
misterio y terror, basándome en los cuentos de Edgar Allan Poe y
Sir Arthur Conan Doyle. Ya me di el lujo de redactar una obra
entera en verso,·La mascara escarlata, a semejanza
de los c1ásicos españoles.

¿Pensaste en la lírica como otro genero
para expresarte?

– Me estoy adentrando en la poesía y cada tanto me
inspiro y me salen unos versos medianamente aceptables, y por
supuesto también escribo las letras de las canciones de
mis productos.

Y los ilustrás.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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