- Escuelas y clasificaciones
históricas - Criterios de
clasificación - Una
propuesta didáctica para voces
infantiles - Conclusión
- Bibliografía
Seminario de
Foniatría
Introducción
A lo largo de esta exposición
se pretenderá esclarecer y ahondar acerca del tema de la
clasificación de voces.
Se propone una investigación en su historia, observando la
evolución de su criterio y las razones de
esta evolución; se tratará también sobre las
distintas escuelas de canto alemanas, italianas, francesas entre
otras, marcando características y resultados en sus
discípulos, como otra característica distintiva a
la hora de clasificar una voz.
No se dejarán de lado los criterios actuales
más comunes para definir una voz, para finalmente terminar
con una detallada descripción y enumeración de las
diferentes clasificaciones y subclasificaciones de las
mismas.
Escuelas y clasificaciones
históricas
1.-Reseña histórica
En el siglo primero ya se clasificó la voz, pero
su clasificación se basaba por la calidad (dulce,
áspera, sonora, clara, etc.) y por la cantidad (grande,
mediana y pequeña), según escritos de Quintanillo
(orador romano).
Fue en el Renacimiento,
con el inicio del canto coral, cuando se inicia una
clasificación, tal como la entendemos actualmente,
correspondiendo a tenor y bajo en el hombre y a
un contralto y contratenor en la
mujer.
En el siglo XVI el canto eclesiástico fue
diferenciado a composiciones polifónicas. El pionero de la
composición eclesiástica a cuatro voces fue el
francés Josquin Desprez (1457/58-1521). La nueva
técnica de componer hizo necesario diferenciar tipos de
voces que cumplían con diferentes funciones dentro
de la música.
Con la música de cuatro voces surgía la
categorización por cuatro tipos básicos de voz:
Soprano, Altus, Tenor y Bajo. Esas categorías se
encuentran en partituras de oratorio y ópera hasta
hoy.
Además, y posteriormente de la mano de la
ópera, con la diferenciación en ópera bufa y
ópera seria, se diferenciaban también voces serias
y bufas. Esa diferencia se fue convirtiendo en las
categorías básicas de la voz lírica y
dramática.
Ya para mediados del siglo XVIII se inicia de un modo
más serio la diferenciación, así pues, se
escribe música para bajos, barítonos y tenores,
respecto a las tesituras masculinas; y contraltos, mezzos y
sopranos, para las tesituras femeninas.
La escuela francesa
en el siglo XIX nos describe la siguiente clasificación:
para las voces de hombre, voz
grave (bajo), voz media (barítono), y voz aguda (tenor).
Para las voces de mujer: voz grave
(contralto), voz media (mezzosoprano), y voz aguda
(soprano)
La escuela italiana efectúa unas diferencias que
se centran en tenores graves, agudos y ligeros; y respecto a los
bajos en, bajos cantantes y profundos; y en cuanto a las sopranos
en sopranos dramáticas, líricas y ligeras. Estas
subclasificaciones se pueden extender a los otros tipos de voces,
que detallaremos más adelante. Esta escuela es la que
inicia la clasificación sobre el timbre y el denominado
color de la
voz.
Dentro de este apartado histórico,
señalamos la divergencia existente sobre el punto de vista
de los diversos autores, ya que respecto a los límites de
cada voz confluyen muchos aspectos de difícil
encasillamiento.
2.-Escuelas (en el canto
lírico)
"Los diferentes estilos o formas de cantar marcan tanto
a los intérpretes como a sus dotes innatas." Esta verdad
de Perogrullo siempre hay que tenerla presente en la misma medida
que el origen, la lengua
materna, y, sobre todo, el país donde un cantante aprende
a usar su voz. La primera escuela en importancia y también
la más antigua es indudablemente la italiana, cuya
historia se encuentra marcada por el "bel canto" y su repertorio.
Contando con un idioma de sonidos claros, abiertos, como es el
italiano, sus profesores siempre han dado la supremacía a
la consecución de una línea vocal brillante y bien
ligada, en la que la belleza del timbre y la potencia de la
voz predominan sobre la comprensión de los textos, a los
que, por otra parte, pocos cantantes educados en Italia han dado
todo su valor
expresivo. La voz italiana presenta todo el espectro de
armónicos del grave al agudo; y es la que, en el siglo
XIX, descubre la cobertura vocal permitiendo pasar de un registro a otro
sin cambios tímbricos. La respiración y el apoyo son la base del
canto lírico. Después del siglo XIX, se encuentran
dos importantes escuelas: Milán y Venecia (la
emisión clara proyectada) que se ocupa de tenores y
sopranos, y Nápoles (emisión sombra cupa) de altos,
graves y algunas voces de tenores. España
sigue muy de cerca estas pautas. Se utiliza el golpe de glotis
como la emisión bucal, es una voz orgánica y
espontánea y demuestra prioridad por los acentos
musicales. La fuerza y el
volumen en
ella dependen de la respiración apoyada en la parte
toráxica superior; y se observa un trabajo en
relación consciente entre la laringe y la lengua. La
emisión de agudos tiende a ser poco clara, y
frecuentemente gritados. Por otro lado, Francia, con
una lengua eminentemente nasal, cuida al máximo la
expresión de las letras, a veces incluso en detrimento de
una buena emisión (la cual suele ser mayormente labial que
bucal), relacionado esto, principalmente, con el manejo del
aire espirado. Es
la escuela de los matices, de las medias tintas casi
acuarelísticas. Raro es el cantante galo al que no se le
entiende lo que canta. En contrapartida, singular es
también aquel cuyo timbre alcanza las alturas de belleza
conseguidas con mucha mayor facilidad por un español o
un italiano. Alemania, con
un caso muy parecido al de Francia, tiene que hacerle frente a un
idioma gutural y a él supedita casi todas las técnicas
vocales. Hasta qué punto es básico el no olvidar
nunca la lengua en que se canta, nos lo prueba uno de los
defectos más criticados en un cantante meridional. Nos
referimos al entubamiento. Entre los germanos es casi una
característica natural de sus intérpretes, debido
precisamente al idioma y al uso de las cavidades de la garganta y
de la cabeza, al contrario de los italianos que, en su lugar,
emplean las frontales del rostro o máscara, además
de su luminosa lengua. Por razones de emisión, dominan
más los graves que los agudos, el color de la voz es
bastante faríngeo y hay poco vibrato. La escuela inglesa
sigue a la alemana, aunque también ha incorporado diversos
métodos
galos o italianos.
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