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La Guerra Civil Española en la vida y obra de Ernest Hemingway (página 2)



Partes: 1, 2

Hemingway estableció una especie de
predilección por España.
Estuvo ligado a este país, además de Francia, desde
sus inicios como escritor. España siempre ocupó un
lugar importante y significativo en su obra literaria y en su
vida. Entró en contacto, se documentó, y
siguió de cerca los acontecimientos que tuvieron lugar
allí desde 1931 cuando fue derrocada la monarquía y se instauró la
república Democrática de los Trabajadores. Los
hechos que se sucedieron más tarde condujeron a una
explosión de la situación política en
España que a finales de 1936 desembocaron en una guerra
sangrienta. Esta situación impulsó a Ernest
Hemingway, en aquel entonces un hombre aislado
y sin partido, a hacerse de un contrato de la
North American Newspaper Alliance (NANA) para viajar a Madrid como
corresponsal.

Hemingway fue a España por diferentes motivos.
Este país, con el cual se había familiarizado y
amado tanto, ahora agonizaba. El gobierno que se
había constituido al instaurarse la república era
de carácter antifascista y antidictatorial,
motivo suficiente para el aislamiento del país por las
potencias europeas donde comenzaba a alcanzar auge el fascismo.

El escritor, en un primer momento, pretendía
escribir sobre aquellos acontecimientos; pero el hecho de
encontrar una España sometida a una guerra de
carácter popular lo condujo a narrar la épica del
pueblo español
situándose al lado de la República, lo que de modo
inevitable ejerció su influencia en las concepciones
existencialistas del escritor.

El 27 de Febrero de 1937 Ernest Hemingway se enrola en
la North American Newspaper Alliance (NANA) y se va como
corresponsal a la España de la Guerra Civil, es su primer
viaje a este país representando un órgano de
prensa
norteamericano. Sus primeros contactos de la contienda como tal
los establece en las trincheras con los combatientes de las
diferentes brigadas internacionales que se habían formado
con personas simples de diferentes países para combatir
por la República, principalmente con los de brigada
Lincoln, donde
la mayoría eran estadounidenses y la XII brigada que
comandaba el general húngaro Lucasz.

A su regreso a los Estados Unidos,
el 19 de Mayo del mismo año, escribió
crónicas que relatan el dramatismo de la contienda a que
el fascismo había conducido al pueblo español. Al
mismo tiempo
empleó todo el material tomado en los campos de batalla y
las ciudades, conjuntamente con otros camarógrafos
norteamericanos, para la realización del filme "La Tierra
Española" , que tenía como objetivo,
promover la justa causa de la República española y
recaudar fondos para el gobierno español. Es en esta
ocasión, y específicamente, el 4 de junio de 1937
en la celebración del Segundo Congreso de los Escritores
norteamericanos en el Carnegie Hall de New York donde el escritor
pronuncia lo que se ha considerado su único discurso
político conocido, en el que dijo, entre otras cosas:
" el problema de un escritor no cambia, el mismo podrá
cambiar, pero los problemas
seguirán siendo los mismos. Y esto es como escribir
verdaderamente y encontrar una experiencia que al ser escrita se
convierta en parte de la experiencia política de los
escritores. […] los verdaderamente buenos escritores lo siguen
siendo bajo casi todas las formas de
gobierno existentes y que ellos puedan tolerar. Sólo
hay una forma de gobierno que no produce buenos escritores y ese
sistema es el
facismo. Ya que el facismo es una mentira contada
por matones. Un escritor que no mienta no puede vivir y trabajar
bajo el fascismo".

Unos días más tarde de su discurso en
este congreso, Joseph Freeman elogia las palabras de Hemingway
como una nueva actitud en
la
personalidad de este al plantear:

" si se comienza como Hemingway, con un simple deseo
emocional de trasmitir la experiencia, de bailar y brindar la
verdad hasta su conclusión lógica,
se llegará adonde Hemingway ha llegado ahora, al Frente
Popular".

El 14 de Agosto de 1937 Hemingway parte de nuevo para
España y se hospeda en un hotel barato llamado Florida, en la asediada
Madrid. En esta estancia, que se prolongó hasta el 28 de
Enero de 1938, lo embarga la tristeza al conocer que algunos de
sus amigos, con quienes había compartido en la estancia
anterior, habían perecido, entre ellos el general Lucasz y
el médico Werner Heilburn. En la capital
española retoma apuntes y notas de acontecimientos
anteriores y escribe su única obra de teatro, La Quinta
Columna. Para está fecha se cerraba el cerco fascista
sobre Madrid. En el monte Garabito se encontraban emplazadas las
baterías del ejército de Franco y las granadas
perforaban La Gran Vía y algunas estallaban sobre el techo
de hotel Florida, mientras Hemingway se mantenía
allí impasible, al lado de los que siempre amó
hablando de la situación en el frente.

El tercer viaje comenzó el 18 de Marzo de 1938 y
se extendió, aproximadamente, un poco más de un
mes. Era fácil de apreciar que la supervivencia de la
República estaba comprometida, sin embargo cuando regresa
a los Estados Unidos se muestra optimista
pese a que el gobierno español estaba perdiendo los pocos
territorios que aún mantenía bajo su control.
Hemingway volvió a los estados Unidos el 30 de Mayo y en
un encuentro con la prensa, que los interlocutores ponen en duda
y no quieren creer, sintetizó: " El enemigo llegará
al mar y cortará en dos a la República, pero eso no
es para preocuparse: Ya ha sido previsto… ya se han
establecido métodos de
comunicación entre Cataluña y el
resto de España, por barco, por avión; todo
funcionará bien… La guerra entrará ahora en
una nueva fase; se redoblará la resistencia del
gobierno; los españoles y catalanes lucharán
ferozmente; las organizaciones
políticas y los sindicatos
están organizando sus nuevas posiciones; el pueblo
está ansioso por detener el avance de Franco hacia el mar;
el pueblo prepara un contraataque".

Hemingway realiza su último viaje, como
corresponsal a España el 31 de Agosto de 1938. Este fue el
más triste de todos los que realizó relacionados
con la contienda bélica porque asistió a la
caída de la República que tanto había
defendido, ayudado y amado. Cuatro meses más tarde de su
llegada, a fines de Enero, caía Barcelona en poder de los
fascistas; Madrid caía a fines de Marzo. Para esta
época, Diciembre de 1938, ya el escritor estaba de regreso
en su país. Luego volvería a España con
Franco en el poder, pero no como periodista.

Ernest Hemingway fue uno de los últimos
corresponsales en salir de Madrid, pues hasta el último
instante, se aferró a la supervivencia de la
República, hasta el último destello de resistencia
creyó y tuvo fe en que algo cambiaría la
correlación de fuerzas a favor de las fuerzas leales ya
dispersas y disminuidas. Años más tarde, al
plantearse un análisis más profundo,
expresaría con nostalgia. "El período de lucha, en
la primavera de 1937, cuando pensábamos que la
República podía ganar, fue el más feliz de
nuestras vidas. La guerra estaba perdida de antemano, pero en una
guerra uno no puede admitir; aún a sí mismo, que
está perdida. Porque cuando lo admite, está
derrotado; el que, al ser derrotado, rehúsa aceptarlo y
lucha lo más posible, gana las batallas finales; a menos
que, por supuesto, sea muerto, hambreado, privado de armas o
traicionado. Todo eso le ocurrió al pueblo
español". Quizás en este juicio esté la
génesis de su conocida frase, llena de simbolismo y fe en
el triunfo, que luego nos legó en "El Viejo y el Mar": Un
hombre puede ser destruido, pero no derrotado"

Se puede considerar a Hemingway como una figura
polémica y controvertida en sus concepciones primarias
como escritor y como ser social desde mediados de los años
30 y en el proceso de
transformación política experimentada por su
personalidad,
influenciada por los acontecimientos que le deparaba el devenir
del tiempo y la época en que le tocó vivir. Muchos
de sus contemporáneos o simplemente estudiosos de su vida
y obra, han hecho sus valoraciones con el sello de sus
concepciones y posiciones de carácter político
– ideológico. Carlos Baker asimila los hechos a su
modo para demostrar que la posición antifascista de
Hemingway fue un accidente, en cierta medida no explicable en un
escritor demócrata pero realmente lo que intenta es
separarlo de una verdadera toma de conciencia
social.

Muchos otros autores han tratado de justificar la
posición izquierdista del escritor con diferentes
argumentos infantiles y convirtieron su enconada defensa de la
República en algo romántico, en algo lejos del
amor que, en
realidad, sentía Hemingway por la tierra
española y sus gentes desde su primer contacto con esta.
La realidad subyace en lo difícil que resulta para muchos
críticos, de posiciones liberales, asimilar que uno de los
grandes mitos
norteamericanos del siglo XX, y su literato por excelencia, fuera
parte activa de una contienda revolucionaria, y que aquel hombre
individualista, creador de héroes solitarios, desconectado
en sus inicios de los problemas
sociales, de improviso, apareciera pronunciando discursos
políticos, desarrollando actividades para recaudar fondos
para el pueblo español y escribiendo artículos
periodísticos en su defensa y realizando otras actividades
de las cuales el había sido símbolo de su
negación.

Otros autores evidenciaron la probabilidad
de cómo es posible que Hemingway no deviniera en un
comunista, e inclusive, Edmund Wilson, habla de una etapa en que
el pensamiento
del escritor se dirigía hacia el "stalinismo". Lo que si
es cierto es que después de la Guerra Civil
Española Hemingway nunca fue el mismo. En las diferentes
etapas de esta contienda, que se desarrolló en un
país querido por el escritor, aprendió cosas que
dejaron una huella permanente en su personalidad.

Las vivencias más apasionadas, la pasión
de su quehacer en la Guerra Civil Española las
desarrolló en su novela Por
quién doblan las campanas
. Esta es la más
célebre novela inspirada en la contienda. Los hechos que
se narran no tienen lugar en un frente de guerra del basto
territorio español, ni abarca todos los acontecimientos y
el dramatismo que suscitaron esta guerra, sino que tomando el
marco histórico concreto: la
ofensiva republicana contra Segovia a fines de Mayo de 1937, el
escritor nos lleva a un grupo
guerrillero para darnos imágenes
impresionantes de la gran tragedia colectiva que
representó esta guerra.

En los tres días en que se desarrollan las
acciones, el
protagonista principal, un profesor
universitario estadounidense que va a España a luchar por
sus ideales hasta el fin sin renunciar a estos, vive una serie de
experiencias que modifican su visión del mundo:
sabrá, por vez primera el sabor de un gran amor, al mismo
tiempo que profundizará en el significado de la solidaridad
humana.

Como una visión premonitoria expone Hemingway un
diálogo
sobre el fascismo en su país, al preguntarle un
guerrillero a Robert Jordan sobre la existencia de fascistas en
los Estados Unidos, terminan desarrollando esta
conversación:

  • Hay muchos que no saben que lo son, aunque lo
    descubrirán cuando llegue el momento.

  • ¿ No pueden acabar con ellos antes que se
    subleven?

  • No, dijo Robert Jordan–; no podemos acabar con
    ellos. Pero podemos educar al pueblo de forma que tema al
    fascismo y lo combata cuando aparezca.

La Guerra Civil Española movilizó a
hombres de varios confines del planeta que se agruparon en las
Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo, la gran
mayoría de ellos respondieron al llamado de sus
conciencias porque creyeron en la justeza de la causa que
defendían los republicanos. En el caso de Hemingway, se
vio envuelto en esta contienda como reportero llevando una
concepción e ideales diferentes; sin embargo se
colocó al lado de la República, La defendió,
luchó por ella hasta el último momento y la
amó tanto que la derrota sufrida por el pueblo
español se convirtió también en su tragedia
personal.
Ninguna cita más elocuente que las palabras de uno de sus
protagonistas:…" la muerte de
cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la
humanidad; y; por consiguiente nunca hagas preguntar por
quién doblan las campanas; doblan por ti".

Bibliografía

Hemingway, Ernest. El cuento
contemporáneo. UNAM,
1989.

Hemingway, Ernest. The Sun Also Rises( Fiesta ) . Carlos
Puyol, "Sobre la
novela".

Instituto Cubano del Libro, La
Habana, Cuba,
1971.

Hemingway, Ernest. Prólogo del Viejo y el Mar.
Editorial del Consejo Nacional de Cultura,

La Habana, 1962.

Viñalet, Rodríguez, Ricardo.
Prólogo a Adiós a las Armas. Editorial de Arte y Literatura, La

Habana, 1977.

Fuentes, Norberto. Prólogo a Por quien Doblan las
Campanas, Editorial Arte y Literatura,

La Habana, 1980

 

 

 

 

 

 

Autor:

William Sosa Tamayo

País y Fecha de Elaboración:
Cuba, 18 de Enero del 2009.

Partes: 1, 2
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