Los Niños De Ochenta Y Tantos
PERSONAJES
MELQUIADES
HONORIO
LEOCADIO
TERESO
LISARDA
ALEJO
DEMETRIO
LUISA
PETRA
ELADIA
Al abrirse el telón aparece Melquíades- un viejecito de ochenta y tantos años- sentado en el banco de un parque. Tiene las manos apoyadas en la garrota y la cabeza caída hacia delante, mientras emite unos sonoros ronquidos. Por la derecha llega Honorio- otro viejecito de parecida edad-, que se dirige hacía el banco.
HONORIO (Despertándose).¡ Aaaajjj!(Melquíades da un pequeño respingo al despertarse). ¿ Qué pasa Melquíades….? ¿Estamos dando una cabeza…?
MELQUIADES: ¡Honorio!.... Qué va….m que me había quedao un poco traspuesto.
HONORIO. ¿Traspuesto….? Si …ver más…
¡Ay… Ay…, la que nos ha liao el gobierno…¡La que nos ha liao!.
LEOCADIO. ¿Qué pasa? Parece que sus lamentáis mucho.
HONORIO. (Pareciendo Que se sorprende al verle) ¡Hombre, Leocadio….! ¿Que qué nos pasa…? ¿Es que no te has enterao…?
LEOCADIO. ¿Que si no me he enterao de qué..?
HONORIO. ¿No te has enterao de que el gobierno nos ha quitao las pensiones..?
LEOCADIO. (Pone cara de terror). ¡Amos, no me digas. ¿Lo estás diciendo en serio…?
HONORIO. ¡Vamos!. Como yo me llamo Honorio que te has quedao sin pensión, Leocadio.
LEOCADIO. (Cada vez con peor cara). Mira Honorio, que con estas cosas no se juega…
HONORIO. ¡Sííí…, pa jugar estoy yo!. Y nos reíamos de ti cuando ibas siempre el primero a cobrar por si acaso se acababa… Pues mira si tenías razón….¡Se ha acabao!. Que no hay más dinero pa pensiones dicen.
LEOCADIO. ¡Ay madre….¡Mi pensión!..¡Que me la han quitao….! (Tambaleándose) ¡Sujetadme, que me da un patatús!.
(Melquíades solevanta también asustado, y entre los dos le sientan en el banco).
HONORIO. ¡Leocadio, no te mueras, que era una broma. (Se ponen uno a cada lado de Leocadio, soplándole y moviendo las manos para darle aire) ¡Leocadio!...¡Leocadio!.
LEOCADIO. (Recuperándose poco a poco). ¡¡¡¡Me voy a acordar de vosotros!!!!. ¡Hombre con esas cosas no se jega!..
HONORIO. Joer Roña, tu en lo tocante al dinero…, no aguantas ni una broma
LEOCADIO. ¡ Y no “faltes”…! Que yo a ti no te