El Pollo De Los Tres
El sargento se acomodó en la silla y se quedó viendo al indio.
-¿Con que sos vos el que le roba los pollos al Padre Hilario –le dijo
El indio bajó la vista. El sargento apartó la silla y se levantó.
-Este indio no sabe que es pecado robarle al padre –dijo dirigiéndose al otro hombre que estaba allí con unos papeles en la mano. El hombre se rió.
-…¡No!; si no es cuestión de risa –dijo el sargento poniéndose serio.
Ahora vas a ver –dijo señalando al indio-, te voy a encerrar y vas a pagar cada uno de los pollos que le cogiste al padre.
El indio volvió al ver al sargento y arrugó la frente.
-Si los pollos no me los comí yo –dijo.
-¿Quién se los comió, entonces? –le preguntó el sargento.
-…Tal vez el zorro -dijo el …ver más…
…¿y que era entonces?
-Pues yo no sé… como usted lo vio.
-Pues era mi pollo… ¡Yo lo vi!
-Bueno, lo que usted diga; pero ahí traje yo al indio para que se entienda usted con él.
El indio entró con el sombrero en la mano. El sargento se quedó medio sonriendo, apoyado en una mesa que estaba pegada a la pared. El Padre dejó a un lado la lámpara que tenía.
-¿Ahora te negas que te robaste los pollos? –le dijo el Padre.
-Yo no me estoy negando –dijo el indio, hablando bajo.
-¡Ya ve pues, sargento! –exclamó el Padre.
-…Es que yo le dije al sargento –siguió el indio- de que usted no me vio a mí con su pollo.
¡Aha! …¿Qué no te vi yo? …Que acaso no te grité: ¡Eih, Ramón, no te lleves mi pollo! …y entonces saliste corriendo.
-Sí, yo salí corriendo; pero salir corriendo no es que uno se robe un pollo, porque correr no es prhibido…
-¡Ah… no! –dijo el cura- vos te robaste el pollo.
-No padrecito… si solo eran las plumas…
-¡Plumas! …¡Ladrón! …y querés todavía enredarlo todo. ¡Dios te castigue por robarle a pobre Padre. El sargento se acomodó la gorrita de la G.N., le puso la mano en el hombro al indio y le dijo ¡Munós!... El padre los quedó viendo desde donde estaba.
-Que me pague mi pollo –gritó. El sargento salió con el indio.
-Ya vistes –le dijo- el cura tenía razón. Te el robaste el pollo y lo vas a pagar. El indio se quedó viendo al sargento.
-Si no era pollo –dijo.
-¿…Y que era, pues? –le preguntó el sargento.
-Tal vez araña –dijo el indio-. Si solo pluma era el