El tema de la interceptación telefónica ha pasado ya un segundo plano, porque la atención mediática en nuestro país tiene la extraña tendencia a dar toda su atención a la coyuntura y a olvidar los problemas que todavía nos amenazan, hasta que resurgen y el escándalo se reaviva. Sucedió así con los Petroaudios, y todos creyeron que el chuponeo había desaparecido hasta que las elecciones por la municipalidad de Lima hicieron que las conversaciones privadas de Lourdes Flores fueran repentinamente de “interés público”. La interceptación telefónica no se ha ido a ningún lado. Como se evidencia por los lamentables sucesos ocurridos en el pasado proceso electoral, todo político de importancia, en el presente, debe enfrentar la posibilidad