Áreas funcionales y departamentalización
Estrés y homeostasis
La homeostasis de todos los organismos está siendo continuamente alterada por el estrés, es decir, por todos los estímulos que tienden a crear un desequilibrio en el medio interno. El estrés puede proceder del medio externo, en forma de estímulos como el calor, el frío, los ruidos intensos o la falta de oxígeno. También puede originarse en el interior del organismo, en forma de estímulos como un bajo nivel de glucosa en sangre, un aumento de la acidez del líquido extracelular, el dolor o las ideas desagradables. Casi todos los factores estresantes son leves y habituales, por lo que las respuestas de las células del organismo consiguen restablecer rápidamente el equilibrio del medio interno. Una intoxicación, la exposición excesiva a temperaturas extremas o una infección grave son ejemplos de factores estresantes importantes, situaciones en las que la homeostasis puede fallar.
Afortunadamente, el cuerpo tiene muchos instrumentos de regulación (homeostásicos) para oponerse a las fuerzas del estrés y recuperar el equilibrio del medio interno. Algunas personas viven en desiertos en los que la temperatura diurna alcanza fácilmente los 49 °C. Otras trabajan todo el día al aire libre a temperaturas bajo cero. Sin embargo, el medio interno de todas ellas permanece cercano a los 37 °C. Los alpinistas hacen un ejercicio extenuante a grandes alturas, en las que el contenido de oxígeno