Un triste caso
Una de sus sentencias, escrita [sobre la pila de papeles que reposaba en su escritorio] dos meses después de la última entrevista con Mrs. Sinico, decía: El amor entre hombre y hombre es imposible porque no debe haber comercio sexual, y la amistad entre hombre y mujer es imposible porque debe haber comercio sexual.
El protagonista de este “caso doloroso”, como también se ha traducido al castellano, es Duffy, un trabajador de un banco aficionado a la filosofía y a la música que lleva una vida monótona. A lo largo de este cuento, a través de relación que entabla con la señorita Sinico, vamos viendo algunas de las ideas de la filosofía de Nietzsche, autor cuyos principales libros tiene el protagonista de esta historia en su …ver más…

Espero que con las intervenciones de los demás se vaya construyendo una reseña fragmentada del relato.

La descripción que Joyce hace sobre la vida social del señor James
Duffy es muy compacta y acertada… una vida sin problemas, sin dolencias, sin peripecias, tranquila, rutinaria, en fin. Un estilo de vida que muchos calificarían como sosa, y que, al menos a mí, me pareció bastante buena. El señor Duffy es persona ordenada, circunspecta y por demás reservada. Así soy más o menos, con anhelos descabellados de transformación, sí, pero ese es otro asunto.

La estabilidad en la vida del señor Duffy, es concretamente lo que más envidio, el tener un espacio privado, una buena solvencia económica y disponer del tiempo a voluntad, en una palabra, todo aquello que actualmente se me niega. No he podido evitar algún suspiro cuando se relata un día ordinario del señor Duffy; trabajo de escritorio, salir a almorzar, tocar el piano por las noches, salir a pasear, ir a la ópera, etc. Créanme que comparada a la vida tan ajetreada y llena de sinsabores que hoy día llevo, la del señor Duffy me parece idónea.

Tal vez lo único que le podría reprochar al estilo de vida del señor
Duffy es el no tener amigos ni colegas, pues aunque soy algo esquivo, siempre considero necesario hacerme de unas cuantas amistades, pocas, pero buenas amistades.

Pienso que el señor Duffy