Unidad Y Diversidad
“El hablante de cualquier región hispánica que se desplaza por las otras regiones se siente en un primer momento desconcertado por una serie de rasgos fonéticos diferenciales del habla popular, entre ellos la entonación y el tempo, y hasta dice: <No entiendo nada>.” como expone Ángel Rosenblat. En otras palabras, partiendo del hecho de tener la misma lengua, al encontrarnos en una región diferente como las que divide Pedro Henríquez Ureña en Antillana o del Caribe, Mejicana, Andina, Chilena y Rioplatense, la lengua hablada en cada una de estas regiones varía seriamente por su costumbre e incluso su estilo de crianza. La unidad y la diversidad se rigen ambas por las mismas reglas, y por tal razón son esenciales la una para la otra. Sin unidad no habrá diversidad que cambie en una lengua, no habrá argumentación, no habrá enriquecimiento del léxico, no habrá cambios, y tendremos por si una lengua muerta. Ambas deben llevar consigo un buen equilibrio, ya que la lengua exige de estas para crecer, desarrollarse y cambiar. Como es de mencionar, la unidad y la diversidad son importantes y cruciales en una lengua determinada. Estos traen consigo un entrelace al avivamiento de la lengua. Como por ejemplo: “No hay un solo rasgo importante del español de América que no tenga su origen en España…” Es decir, se expone la necesidad y la concordancia de uno y el otro. Cada región tiene diferente vocabulario, en el mismo idioma, con el mismo significado. De