Prensa amarillista
Aquel día lluvioso en el que salimos del puerto, no pudimos parar de beber. Yo me estaba despidiendo de mi esposa. Sabíamos que era un viaje largo, mi tripulación estaba muy entusiasmada de emprenderse a la aventura del océano. La tripulación del barco era casi conformada por hombres. Las pocas mujeres que había, se dedicaban a cocinar. Ya era de noche y no habíamos salido debido a un retraso en el tiempo de salida. Cuando ya estábamos alejándonos del puerto de Creta ya casi nadie estaba despierto debido al alcohol, yo fui uno de los últimos en caer rendido al sueño.
DÍA 2
Hoy fue un día duro. Sudor y trabajo. Los hombres probaban algunos cañones por precaución de las bestias marinas que habitan el mar. Cada persona en