Evaluacion final escuelas filosoficas y cambios paradigmaticos
ELLA: Me lo decías acá, me lo repetías una y otra vez acá, bien pegado a mi oído: Siempre te voy a amar
ÉL: Pero yo no te conozco…
ELLA: Yo no te podía ver mientras me lo decías, tenías la cara metida en mi cuello y…
ÉL: No me estás escuchando, te digo que no nos conocemos, que me estás…
ELLA: Tus labios me rozaban la oreja… me ponías la piel de gallina… me acuerdo y mirá, mirá cómo se me vuelve a poner la piel de gallina…
ÉL: No nos estamos entendiendo… Yo…
ELLA: Sos lindo. Te soñé tantas veces en todo este tiempo, pero me despertaba antes de verte la cara. ¡Qué lindo sos! ¡Lindo como tu voz! Tu voz, eso sí, tu voz nunca me la olvidé. Ni tu aliento caliente en la nuca. Decime, decime de nuevo: