El sur de borges
‘El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino’ así comienza el que para Borges era su mejor cuento, ‘El Sur’ publicado en 1944, incluido en Artificios, segunda parte de Ficciones.
El relato nos presenta a un intelectual, un funcionario de una biblioteca municipal de Buenos Aires, que tras encontrar un volumen de las Mil y una Noches de Weil, ansioso por leerlo se precipita a llegar a su casa, subiendo por las escaleras sin tino y golpeándose con un marco de ventana …ver más…
Me cuesta dilucidar si realmente Juan Dahlman fue al Sur, donde encontró la muerte en una pelea sin sentido con un desalmado que había en un almacén, o si en realidad, ese viaje hacia la estancia no fue más que un sueño consumido por la fiebre de cómo se imaginaba muriendo el propio Dahlman. Porque éste, probablemente, no hubiese querido perecer de una forma tan trivial en una absurda cama de hospital por golpearse con una ventana.
En mi opinión, quería imaginarse una muerte más novelesca, a pesar de que se bate en duelo y el final abierto de Borges no nos deja saber si realmente llega a morir. Yo pienso que sí, que murió, pero lo más importante, es que se soñó morir como realmente tenía que hacerlo, mezclando sus dos identidades en una muerte romántica por un abuelo y gaucha, por el otro. Inquietante desenlace donde desaparecen los límites impuestos de la propia identidad de Juan Dahlman.
Un final violento, porque que los dos mundos Norte y Sur estén separados no es un paso para la convivencia. Una activista feminista y marroquí, Fátima Mernissi nos dice en su Libro para la paz que ‘toda separación, toda segregación es portadora de violencia’ y eso fue lo que le sucedió al Dahlman de Borges, separó no sólo en su vida, sino en si mismo sus herencias históricas, olvidándose de que el futuro estaba en la homogenización de si mismo, en la autoconsciencia del híbrido que era y que todos somos, y que sólo alcanzó