De La Comunicación A La Cultura. Perder El “Objeto” Para Ganar El Proceso
A partir de esto, a finales de la década, apareció una postura que buscó eliminar la ambigüedad del concepto y comenzó reducir el campo.
La comunicación pasó de ser un concepto ambiguo a poseer claridad teórica y metodológica, al lograr la definición de que “la comunicación no es más que información”. Implícitamente esto traía consigo una problemática, que desembocó en creer que la única salida para pensar los problemas sociales era por medio del paradigma informacional.
Al unir aquel paradigma con el modelo semiológico se cultivó una postura en la que lo único que importaba era el método y no la problemática que se estudiaba. Allí surgió otro inconveniente, si no se tiene seguridad metodológica es imposible abordar un problema y decir que es relevante. Aquella problemática llevó a plantear el modelo semi-informático, que consistió en desplazar el concepto de comunicación al de cultura y comenzar a pensar los procesos de comunicación desde los problemas y el intercambio social, por medio de la identidad y los conflictos.
Realizando aquel estudio se evidenció que en la sociedad latinoamericana existen dos grandes problemas; el primero de ellos es la dominación transnacional imperialista, que se da en la medida que se genera un sentimiento de inferioridad frente a los países hegemónicos; y el segundo, hace parte de la dominación de la cultura nacional, mediante la cual los