Resumen Huesos de Lagartija
En este capítulo Cuetzpalómitl, narrador de esta historia quien a lo largo de ella se dirige a sus queridos hijos y nietos; cuenta como fue la conquista de México y la derrota de los mexicas, su pueblo.
Antes de la llegada de esos hombres extraños, los mexicas gobernaban sobre toda la tierra, mandaban sobre las naciones eran los guerreros más valientes y todos los pueblos les temían y los obedecían, recibían riquezas y tributos de la regiones más lejanas, comían: maíz, chile, frijol, calabaza y jitomate; era una gran ciudad.
Con la llegada de los españoles surgieron el miedo, la destrucción, la derrota, y los guerrero más temidos y fuertes, no los pudieron vencer. …ver más…
Se enteraron que los españoles habían llegado a Tlaxcala, lo peores enemigos de los mexicas, pensaron erróneamente que los tlaxcaltecas, grandes guerreros, derrotarían a los extraños y los aniquilarían.
En efecto, se enfrentaron a los españoles juntos con los otomíes, sus vasallos, pero después de varios días no pudieron matar a alguno de los invasores, eso hizo pensar que eran dioses, por lo anterior terminaron rindiéndose, entregándose y les ofrecieron su ayuda en todo lo que quisieran.
Seguían las malas noticias, los tlaxcaltecas y lo españoles atacaron la ciudad de Cholula, donde mataron a muchos pobladores.
De momento pensaron que pudo ser Quetzalcóatl, pero Cuahuitlícac dijo que toda la culpa era de los tlaxcaltecas, ellos fueron los que guiaron hacia Cholula y aconsejaron a los hombres desconocidos. Ahora eran guías y amigos de los españoles.
Cuahuitlícac dijo que habría guerra, que los mexicas probarían de nuevo su valentía como guerreros, nadie los vencería y tendrían la protección de Huitzilopochtli. También se dirigió a Cuetzpalómitl, pues tenía que ser fuerte para llevar armas y valiente para atacar al enemigo.
El gran sacerdote hablo a los jóvenes en el calmécac asegurando que en esta guerra todo era nuevo, el enemigo era más temible que cualquier otro. Y con la guerra no habría alguien que alimentara a los dioses, ni que mantuviera encendidos los braseros y mucho menos que diera su sangre, entonces lo anterior provocaría que se