Los primeros humanos que habitaron la tierra eran grupos nómadas, los cuales se trasladaban día a día en busca de la supervivencia. Una persona o un pueblo es nómada cuando no tiene un territorio fijo como residencia permanente, sino que se desplaza con frecuencia de un lugar a otro. Este tipo de grupos simplemente utilizaban los recursos de un lugar hasta agotarlos y luego migraban hacia un lugar distinto que les ofreciera más recursos. Al hacer este cambio, permitían al ambiente recuperarse del impacto consecuencia del agotamiento de recursos, permitiendo la “sanación” del hábitat en el que estuvieron. Al ir pasando los años, cierto número de nómadas fueron tomando otras costumbres que rompieron con el esquema del nomadismo. Ya no