Indice
1.
Introducción
2. El Concepto de
"Paradigma"
3. Análisis de los
Artículos Científicos
Seleccionados
4. Teorización sobre los
Paradigmas de Investigación en Salud
5. A Modo de
Conclusión
6.
Bibliografía
1. Introducción
Antes de pasar al análisis del material de estudio conviene
dejar en claro mi idea pre–estudio del significado del
término "paradigma". En
este sentido, entiendo que "paradigma" es un concepto que
alude a una concepción del mundo, pudiendo extenderse a la
concepción de actividades más o menos
sistematizadas como pueden ser el arte y la
ciencia.
Así, me parece que el paradigma de moda es la
"globalización", que brinda un enfoque de un
mundo pequeño donde las distancias y los tiempos de
comunicación no son un impedimento y que,
por tanto, las interacciones entre los hombres permiten una
comprensión más "cercana" de las pequeñas
realidades que conforman el todo. La
globalización no sólo acerca mercados, sino
que también promueve el intercambio de ideas y la
difusión masiva de todo tipo de idiosincrasias e
ideologías (es por ello que sus detractores temen una
progresiva pérdida de identidad
cultural, regional).
Espero de este módulo ("Paradigmas de
Investigación en Salud"), por su
título, su exposición
docente, y lo que ya he estudiado al respecto, que me brinde una
idea de los paradigmas vigentes en investigación y
cómo puedo aplicarlos al estudio de nuestra
realidad.
Comenzaremos con el análisis del artículo
de Vasilachis de Gialdino: "Métodos
Cualitativos I". La autora define un paradigma como "un marco
teórico–metodológico que utiliza el
investigador para interpretar los fenómenos sociales en el
contexto de una determinada sociedad".
Más adelante Vasilachis explica y debate la
clásica concepción Khuniana del concepto de
paradigma. Para Khun, dice, "los paradigmas son realizaciones
universalmente reconocidas que durante cierto tiempo
proporcionan modelos de
problemas y
soluciones a
una comunidad
científica". Vasilachis se opone a la tesis de que
la sociología (o cualquier otra ciencia, para
el caso) deba limitarse a paradigmas "universalmente reconocidos"
(es decir, ya establecidos), y piensa en cambio que el
paradigma de la sociología (o los paradigmas) debe
definirse en base al análisis de la práctica de la
investigación (científica) sociológica.
Esta autora afirma que en toda investigación científica subyace un
paradigma, aún cuando los investigadores no lo informen
explícitamente. El paradigma que subyace a una
investigación científica puede determinarse
respondiendo a las siguientes preguntas:
- Desde qué, con qué y con quién.
Cosmovisión filosófica del investigador (su
concepción del mundo, su ideología, su idiosincrasia). - Cómo. Se refiere al método
utilizado por el investigador para conocer su objeto de
estudio. La elección de un método de
investigación supone la adhesión a un
paradigma. - Con qué. Instrumental conceptual que utiliza o
crea el investigador para interpretar los fenómenos que
estudia. - Cuándo y dónde. Contexto social y
temporal del investigador (no es lo mismo estudiar el
simbolismo de la luna desde la sociedad norteamericana
–cuya bandera fue la primera que se plantó en
nuestro satélite– que hacerlo desde la Argentina,
desde no podemos más que mirarla. Antes de 1968 los
norteamericanos no veían a la luna (y al cosmos en
general) tal como la ven ahora, conquistada y al alcance de la
mano. - Para qué. Objetivos de
la investigación. - Qué. El objeto de estudio.
En investigación científica aplicada a la
salud tenemos tres paradigmas que determinan el modelo
investigativo a seguir:
- El paradigma lógico–positivista o
empírico–analítico - El paradigma
simbólico–interpretativo - El paradigma crítico o dialéctico,
materialismo
histórico
Estos paradigmas coexisten. Vasilachis ilustra con un
ejemplo muy pintoresco la coexistencia de estos paradigmas en la
actualidad, ejemplo que también es útil para
determinar –dado el caso– la subjetividad que
conlleva un investigador al abordar un objeto de estudio. Cuenta
Vasilachis que en 1987 ella y un grupo de
investigadores estaban llevando a cabo una investigación
cuyo objetivo era
determinar cuál era el criterio vigente en la jurisprudencia
respecto de la decisión de los casos de enfermedades y accidentes
derivados de las condiciones de trabajo. Al intentar definir la
sentencia de un juez en una determinada situación social
los investigadores se encontraron con que podían definirla
(o, más bien, describirla) como: a) un acto de
dominación (desde la perspectiva dialéctica), b) un
acto de control
(positivista), o c) un acto de poder social
(interpretativo). Tal parece que ninguna de estas tres
definiciones es enteramente correcta o incorrecta, y tampoco
estaría mal zanjar la cuestión proponiendo que la
sentencia de un juez, en este contexto, es un acto de
dominación, de control y de poder social. Esto demuestra
la coexistencia de los tres paradigmas y, al mismo tiempo, de un
desarrollo
intraparadigmático.
Según la autora, el paradigma interpretativo está
en vías de consolidación y su supuesto
básico es la necesidad de comprensión del sentido
de la acción social en el contexto y desde la perspectiva
de los participantes. Los métodos por excelencia del
paradigma interpretativo son cualitativos, busca describir y
comprender. El punto débil de este paradigma, parece ser,
es que el investigador interpretará a gusto,
subjetivamente.
En su artículo "Los Nuevos Paradigmas" Frieda Schitman
critica los "viejos" paradigmas que proponen que la ciencia
podría conducir a la certeza y realizar predicciones.
Según Schitman, "de acuerdo a este modelo somos
espectadores de una trama ya realizada que alguien –que
somos nosotros– sabe cómo termina", y –a modo
de soporte teórico– añade la reflexión
de Fox Keller: "la lógica
de este tipo de representación es la historia de una progresiva
desaparición del autor–observador (el
científico)". La autora desmiente esta visión con
ayuda de los nuevos paradigmas, que define como "recursos que nos
permiten desplazarnos de visiones ligadas a un mundo ordenado y
predecible a otras en las que las turbulencias, las oscilaciones
y la novedad forman parte de lo cotidiano. De visiones en las que
creíamos en un futuro garantizado por sistemas
políticos, científicos y terapéuticos a
otras donde el futuro está por construir".
Con todo, y según entiendo de la escueta y genérica
definición de los "viejos" paradigmas, estimo que el que
seamos espectadores de una trama ya realizada no implica que no
haya un futuro por construir, que no vayamos a encontrarnos con
turbulencias, oscilaciones y novedades, pues en todo caso estamos
en un lugar del camino que no es el final (si es que hay un
final).
3. Análisis de los
Artículos Científicos Seleccionados
Colazo M, Janco R: "Tipo de lactancia que se brinda a
menores de ocho meses y factores asociados a la misma". Revista Crear
en Salud N° 1. Córdoba, noviembre de 1994.
El texto de este
artículo describe una situación específica
en un contexto bien definido y determina un objetivo claro de
investigación. Las investigadoras se proponen responder a
la pregunta: "¿qué tipo de lactancia reciben los
niños
de 0 a 8 meses que se encuentran dentro del área
programática del Centro de Salud N° 41 de Barrio Villa
El Libertador y qué factores se encuentran asociados a las
mismas?"
De la lectura (y
varias relecturas) de este artículo no está claro
si se trata de un proyecto de
investigación para el cual ya han realizado las
correspondientes labores de relevamiento, o si la
investigación ya se ha llevado a cabo y –por alguna
razón que no se informa– no se dan a conocer sus
resultados.
La metodología a emplear en esta
investigación (en particular la fase de recolección
de datos), aunque no se presenta como tal, parece consistir
en las entrevistas
que las enfermeras realizan a las madres que concurren con sus
niños para el control de crecimiento y desarrollo,
ocasión que aprovechan para preguntarles por el tipo de
lactancia (materna o artificial, el "etcétera" es
impreciso y del todo incorrecto en un informe
científico) que brindan a las criaturas. Las autoras
también se proponen estudiar qué factores se
asocian al tipo de lactancia, pero no se menciona en el texto
cuáles son (o podrían ser) estos factores,
qué esperan encontrar (por ejemplo, no estaría de
más incluir una serie de factores asociados a la
malnutrición o lactancia artificial, avalados por la
literatura
existente, y ver si los mismos aparecen en los sujetos de su
estudio). Tampoco se menciona el tiempo de duración de la
investigación.
Con todo, y en cumplimiento del objetivo de esta tarea, se trata
de un trabajo científico encarado desde el paradigma
positivista, ya que su realización supone una labor
pragmática, en campo, por parte de las investigadoras
(asimismo, cabe asumir que habrá resultados medibles,
cuantificables – como, por ejemplo, qué porcentaje
de madres proveen de leche materna
a sus hijos y qué porcentaje lo hace con leche
artificial). No obstante, también incluye elementos del
paradigma interpretativo, ya que se pretenden respuestas
cualitativas: qué tipo de lactancia es mejor, que factores
se asocian a uno y otro tipo de lactancia (para lo cual
necesitarán de la ayuda de la estadística). Finalmente, también
hay elementos del paradigma crítico, ya que las autoras
proveen una detallada descripción del nivel
socio–económico de los sujetos de
investigación, como así también su
relación y posición con el entorno social, que
consideran factores de influencia en las variables a
estudiar.
Allende S, Silva R: "Evaluación
del programa de
profesionalización de enfermería". Revista Crear en Salud N°
3. Córdoba, Agosto de 1999.
A diferencia del artículo anterior, este trabajo me
impresionó como un modelo ejemplar de
investigación. Está diseñado como un modelo
cualitativo, un enfoque interpretativo, cuestión que las
mismas autoras se han ocupado de aclarar en el primer párrafo.
El artículo contiene un conciso marco teórico, una
clara exposición de los objetivos y una exhaustiva
descripción de la metodología empleada en la
investigación (incluyendo una ejemplar explicación
del procedimiento
utilizado para categorizar la información recolectada). También se
informa el tiempo que tomó la investigación y se
proveen las conclusiones.
La crítica más corriente que se da a las investigaciones
de tipo interpretativo es el amplio margen que otorga a la
subjetividad, pero estas autoras han minimizado este factor al
describir en detalle los métodos e instrumentos empleados,
por lo cual sus conclusiones resultan del todo confiables.
Décima P, González M, González N: "Camilla
Calderón". Revista Crear en Salud N° 1.
Córdoba, Noviembre de 1994.
Este artículo es un relato de una experiencia
dialéctica. No es, me parece, una investigación
científica propiamente dicha, ni siquiera un proyecto de
investigación, pero bien puede compararse a los reportes
de experiencias pioneras que a la postre produjeron ingenios como
las camas rebatibles o piernas ortopédicas.
Dados los impedimentos impuestos por su
delicado estado de
salud, un paciente de traumatología decide modificar un
ingenio existente a fin de darle un uso distinto al original de
modo tal que le resulte funcional, útil, para satisfacer
sus necesidades. Es decir: hay un estado original (la camilla
común), una modificación que resulta en una nueva
camilla (la "Camilla Calderón", llamada así en
honor al paciente que la propició), y sucesivas
alteraciones –mejoras– que producen un nuevo
utilitario, cuyo modelo terminado aún está por
verse. Este proceso de
refinamiento del ingenio, determinado por un continuo ciclo de
ensayo y
error, encaja perfectamente en el paradigma del materialismo
histórico, dialéctico.
Parece más bien improbable que las autoras de este
artículo hayan pensado en un paradigma antes de abordar la
redacción del informe (mucho menos puede
decirse que hayan planeado una investigación, un
experimento práctico, para observar cómo
evolucionaba un ingenio mecánico a partir de las
dificultades que su uso presentaba). Sí se advierte en el
texto un esfuerzo por parte de quienes participaron en la
creación de la camilla para medir y evaluar los usos y
beneficios del ingenio, como así también para
observar e interpretar sus ventajas y desventajas. Por tanto,
parece haber una combinación de metodologías
empíricas e interpretativas. No obstante, y considerando
que la experiencia surge en un momento histórico, con sus
circunstancias particulares y en un entorno determinante, sin
duda el desarrollo ulterior del instrumento y el hecho de
aún no se haya llegado a un modelo que pueda considerarse
definitivo, permiten encuadrar a esta experiencia dentro de la
perspectiva dialéctica.
4. Teorización
sobre los Paradigmas de Investigación en
Salud
Domínguez V y colaboradores: "Psicología
Médica. Representación de la Realidad". Facultad de
Ciencias
Médicas de la Universidad
Nacional de Córdoba. 1989.
En este documento se presentan los tres modelos de conocimiento
de la realidad (paradigmas) representados en un eje cartesiano.
Una forma de acercamiento está representada por una
línea asíntota, que se acerca cada vez más a
la abscisa base (la realidad) sin llegar a tocarla. Este movimiento
representa el modelo de conocimiento positivista (cosa que el
lector recién descubre al final, en el diagrama, ya
que no se menciona a qué corriente corresponde este modelo
en el texto).
Una segunda concepción entiende que sí hay un
acercamiento (táctil, se podría decir, siguiendo el
decurso planteado en el primer modelo) entre el
conocimiento y la realidad. "Lo hace de modo de despejar la
estructura
esencial, la estructura formal de la realidad." (Como se ve esta
explicación deja mucho que desear: no está claro
qué o quien hace eso de despejar la estructura, ni tampoco
qué quiere decir con "despejar"). Es claro, no obstante,
que el concepto incluye la realidad y el pensamiento
(como si la realidad y el conocimiento de esta realidad fueran la
misma cosa, una "dinámica interpretativa", se podría
decir). Esto se conoce como el conocimiento absoluto y su
precursor es Hegel.
Hay una tercera posición, que lamentablemente se define
más por lo que no es que por lo que es. Coincide, este
modelo, con que a través del conocimiento hay un
acercamiento a la realidad pero, a diferencia de los otros
enfoques, no se confunde con ella ni pugna por abarcarla. Esta
concepción postula un acercamiento circular,
dialéctico (adjetivos que resultan más que
suficientes a la hora de identificar la corriente), que incluye
la dimensión de lo histórico. Cualquiera que sea el
problema a investigar, es un problema histórico y, como
tal, demanda
procesamiento histórico para su resolución.
Davini MC, Sigaud MA, Pineda E, Roschke MA: "Investigación
Educacional en los Servicios de
Salud". Educación
Médica en Salud N° 1. 1990.
En este artículo los autores evidencian una
preocupación por la ausencia –y la necesidad–
de investigación del procedimiento educacional, en
particular en la formación de profesionales de la salud.
Asimismo, fundamentan esta necesidad con datos e informes
bibliográficos pertinentes. Observan los problemas que
ofician de obstáculos en el desarrollo de la
investigación sobre procesos
educativos, encontrando entre éstos "los paradigmas en que
se apoya la producción de la investigación
educacional". Estos paradigmas son, desde luego, el empirista, el
subjetivista y el crítico.
Los autores definen su posición con respecto a cada uno de
los paradigmas ya desde el título que han elaborado para
cada uno de ellos:
"El paradigma empirista y el riesgo de
simplificación" acusa ya a los pragmáticos de
simplificistas. El modelo empirista reduce la realidad a
mediciones objetivas y luego las generaliza, pero esta
fragmentación elude la complejidad de la realidad e ignora
procesos subyacentes u ocultos (intereses de grupo,
dinámica institucional, conflictos
ideológicos, el contexto social, etc.).
"El paradigma subjetivista y la negativa a construir un conocimiento
científico", es el segundo título. En el campo
de la investigación educacional, este modelo surge (o es
utilizado) como réplica a la perspectiva positivista, pero
al hacerlo así desprecian metodologías objetivas de
resultas que se quedan en una interpretación parcial,
manipulada, del objeto de estudio. Dicen los autores: "En un
intento de hacer una crítica de la postura empirista, las
corrientes fenomenológicas se apoyan mecánicamente
en un crítica subjetivista de la objetividad de los hechos
educativos, comprometiendo la comprensión de los
fenómenos sociales más amplios."
"El paradigma crítico y el riesgo de la fuga del
análisis del proceso pedagógico". La perspectiva
materialista histórica coloca al investigador (sujeto) en
interacción dialéctica con el objeto de estudio,
dentro de un contexto histórico. La dificultad que este
modelo presenta es que sus estudios se dirigen al análisis
del contexto sociopolítico, pero desestima la
investigación educacional específica.
Finalmente los autores proponen "un modelo integrado y
orgánico de investigación educacional", en el que
combinan lo mejor de los paradigmas existentes e instan a la
creación de los marcos teóricos y las herramientas
metodológicas que la experiencia determine como faltante y
necesaria. Esta combinación requiere analizar las
condiciones de contexto (materialismo dialéctico) de la
acción educativa, la dinámica del proceso formativo
(subjetivista–interpretativo), y la evaluación de
los resultados (positivista) en el mejoramiento de la calidad de
atención, en el desarrollo de la capacidad
y autonomía del trabajador.
A continuación Davini y colaboradores analizan los
métodos de
investigación en salud:
1. El método clásico o positivo. Enfoque
pragmático, empírico, que adopta distintos tipos de
estudios: a) descriptivo (observación, registro y
control), b) analítico (búsqueda de asociaciones o
relaciones entre variables), y c) experimentales o
quasi–experimientales (procuran establecer relaciones del
tipo causa–efecto).
2. El método etnográfico. De tradición
antropológica, y en oposición al paradigma del
método empírico–cuantitativo, este enfoque
privilegia la dimensión histórica,
construyéndose un "presente histórico" donde se
reconocen las contradicciones en los procesos sociales. Este
método responde a la perspectiva del materialismo
histórico. Dentro de este enfoque el investigador observa
e interpreta, seleccionando en el contexto lo que es
significativo con relación a la construcción teórica que está
realizando (el investigador se interesa por la
transformación de la realidad y no por la mera
descripción de los fenómenos sociales).
3. La investigación participativa y la
investigación–acción. Es un esfuerzo por
superar las limitaciones de otros enfoques metodológicos.
En este método se observa una interacción entre
investigadores y participantes representativos de una
situación o problema por investigar.
Popkewitz, T: Paradigmas e Ideología en la Investigación Educativa. Madrid, Mondadori.
1988.
Este autor propone como criterio directriz "la idea de que la
ciencia es un conjunto de paradigmas (constelación de
valores),
métodos, procedimientos y
compromisos que dan forma a la investigación".
Tenemos aquí una definición que viene a
aportar otra pincelada al perfil de los paradigmas: son rasgos
definitorios de la ciencia (los paradigmas orientan la labor
investigadora).
Popkewitz se refiere a los paradigmas como "tres tradiciones
intelectuales". Estos paradigmas proponen finalidades
específicas para una teoría
de las instituciones
y de los individuos. Son los siguientes:
1) Las ciencias empírico–analíticas.
Aquí la finalidad es la búsqueda de regularidades
legaliformes (enfoque positivista)
2) La investigación simbólica o
lingüística. Su finalidad es averiguar cómo la
interacción humana da origen a la creación de
normas y
conductas gobernadas por éstas (enfoque
hermenéutico–interpretativo)
3) Las ciencias críticas. Se ocupa del desarrollo
histórico de las relaciones sociales y del modelo en que
la historia oculta el interés y
el papel activo
del ser humano (enfoque materialista histórico).
Es interesante notar una reveladora (al menos a mí me
resultó reveladora) reflexión que este autor
incluye en sus conclusiones. Dice: "En los debates sobre los
paradigmas es frecuente que el problema del conflicto en
la investigación se entienda en términos de la
opción entre métodos cuantitativos y cualitativos.
Esta distinción –continúa el autor–
reduce a la ciencia a mera técnica y convierte en
mecánico el proceso de investigación. La
metodología de campo, los análisis de muestras y la
interpretación matemática
de los resultados se consideran instrumentos útiles en los
tres paradigmas. Lo importante es cómo se relacionan con
los compromisos paradigmáticos, así como su
situación en un contexto de problemas, intereses y
finalidades científicas".
Finalmente, las tablas comparativas elaboradas por Lista y
Malvárez son documentos
esclarecedores de las diferencias entre los enfoques
científicos de los tres paradigmas. En este sentido, me
resultó particularmente esclarecedor el ítem
"¿Para qué se conoce?" del Dr. Lista, que concluye
que 1) los positivistas conocen para describir, explicar y
predecir, 2) los hermenéuticos lo hacen para comprender e
interpretar, y 3) los críticos (materialistas
históricos) lo hacen para transformar, cambiar. El la
tabla de Malvárez y Pérez este mismo criterio de
diferenciación, denominado aquí "finalidad",
caracteriza los paradigmas de forma similar a la anterior. La
finalidad del enfoque 1) empírico–analítico
es la explicación de los fenómenos (con
procedimientos semejantes a los empleados en el conocimiento de
las ciencias
naturales); la finalidad del 2)
simbólico–interpretativo es comprender el mundo,
generalizar; y 3) el enfoque crítico pretende describir y
transformar el mundo, reconociendo la singularidad del
fenómeno.
Debates epistemológicos al margen, está
claro que un paradigma es un conjunto de normas que definen un
estilo, un método, una cosmovisión. Son tres los
paradigmas universalmente aceptados o reconocidos: 1) el
positivista (empírico), 2) el
simbólico–interpretativo (hemenéutico), y 3)
el materialismo histórico (dialéctico).
Estos tres paradigmas se diferencian por su concepción del
mundo y, desde una perspectiva científica, por la
relación sujeto (investigador) – objeto
(fenómeno de estudio).
El paradigma positivista postula la existencia de una realidad
objetiva que es posible conocer empíricamente a
través de métodos cuantitativos, construyendo
modelos legaliformes que permiten explicar y predecir
fenómenos similares (generalizar a partir de experiencias
fragmentarias).
El paradigma hermenéutico entiende que hay una realidad
subjetiva que no está separada del sujeto que la
aprehende. Al contrario que los positivistas, razonan de lo
general a lo particular, interpretando al objeto de estudio en su
contexto; no obstante, no piensan que la subjetividad del sujeto
cognoscente sea tal, para ellos el sujeto es objetivo toda vez
que no se distancia del fenómeno de estudio (la realidad
existe porque él la ve).
Por último, los materialistas históricos entienden
la realidad como un momento histórico determinado; es una
circunstancia única que no era así antes y tampoco
lo será después. Por tanto, es necesario
caracterizar la complejidad que envuelve al objeto de estudio,
sin separarlo de ella, y entender las relaciones, las
interacciones que lo convierten en lo que es en ese momento
histórico. Podríamos decir que los materialistas
históricos adhieren en un cien por ciento a la idea de que
nunca se baja al mismo río, porque el río ya no es
el mismo (el agua corre)
y el hombre
tampoco (el tiempo ha pasado y el observador ha cambiado), lo que
también es útil para ilustrar la dialéctica
de la realidad.
En pocas palabras un estado de cosas, con sus múltiples
objetos de estudio, puede verse muy diferente según el
investigador se ponga los lentes del positivista, del
crítico o del hermenéutico, los tres lentes juntos
o una combinación de dos, o se fabrique sus propios lentes
con ideas nuevas. En cualquier caso siempre habrá un
paradigma, un marco teórico, desde el cual investigador
contemplará lo que haya por investigar.
Me atrevo a conjeturar que el conocimiento de los paradigmas es
útil a la hora de proporcionar un marco teórico a
la investigación (y, también, para interpretar sus
resultados), pero es más bien secundario a la hora de
hacer. Lo que es necesario, como bien dice Davini y
colaboradores, es investigar, hacer, producir. Puede que en la
fase de planeamiento de
una investigación tropecemos con el problema de los
paradigmas, pero no debemos ver a éstos como
obstáculos sino herramientas.
- Vasilachis de Gialdino, Irene: "Los Fundamentos de
las Ciencias y el Hombre.
Métodos cualitativos I: los problemas
teórico-epistemológicos". - Gaeta R, Gentile N: "Thomas Khun: De los Paradigmas a
la Teoría Evolucionista". Oficina de
Publicaciones C.B.C., Universidad de Buenos
Aires. - Schitman, Frieda: "Los Nuevos Paradigmas". Enero de
1995. - Colazo M, Janco R: "Tipo de lactancia que se brinda a
menores de ocho meses y factores asociados a la misma". Revista
Crear en Salud N° 1. Córdoba, noviembre de
1994. - Allende S, Silva R: "Evaluación del programa
de profesionalización de enfermería". Revista
Crear en Salud N° 3. Córdoba, Agosto de
1999. - Décima P, González M, González
N: "Camilla Calderón". Revista Crear en Salud N° 1.
Córdoba, Noviembre de 1994. - Domínguez V y colaboradores:
"Psicología Médica. Representación de la
Realidad". Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de Córdoba. 1989. - Davini MC, Sigaud MA, Pineda E, Roschke MA:
"Investigación Educacional en los Servicios de Salud".
Educación Médica en Salud N° 1.
1990. - Popkewitz, T: Paradigmas e Ideología en la
Investigación Educativa. Madrid, Mondadori.
1988. - Lista, C: "Cuadro Comparativo de las Principales
Características de las Distintas
Concepciones de la Ciencia social". - Malvárez S, Pérez P: "Cuadro
Comparativo de los Paradigmas en las Ciencias
Sociales y sus Características".
Autor:
Rubén M. Pinus
Córdoba, Julio de 2002.