el valor de ser maestro
Marcela Chavarría Olarte
El valor intrínseco del magisterio y la valentía de ejercerlo son dos aspectos que llaman a la reflexión; sobre todo cuando la propia vida transcurre «entre las cuatro paredes de un aula». Si todo obrero corre riesgos según los materiales con que trabaja, ¿cuáles corre el maestro si su «materia prima» son la inteligencia, la libertad, la afectividad y la trascendencia de otros seres como él?
«Los profesores, médicos, enfermeras y policías son los profesionales con mayor riesgo de infarto laboral», señala el psicólogo José Benigno Freire en una emisión reciente del boletín electrónico Acerca de la Universidad, editado por la Universidad de Navarra, y cita un estudio «que sitúa a los …ver más…
El educador se dirige a la formación integral y se centra sobre todo en la formación del carácter. No obstante, ambos términos se utilizan hoy indistintamente, ya que el uso de un tercero, profesor, se refiere más específicamente al que proporciona sobre todo conocimientos; es decir, contenidos instructivos». [3]
Para los fines que nos ocupan, utilizaremos (como en la vida práctica sucede) los tres términos para referirnos al ejercicio de una misma profesión: el magisterio.
¿ENSEÑAR O EDUCAR?
El profesor enseña, el maestro educa. Quien sólo enseña, cumple un programa preestablecido (a veces no completo), está centrado en su enseñanza, es transmisor de saberes, califica resultados. Quien además educa, cumple una misión de servicio, busca el bien del alumno, es ejemplo de los valores que predica, estima y evalúa procesos de mejora.
El educador tiene claro que el valor de su trabajo está en el perfeccionamiento de otros; se asume como servidor público, sabe leer entre líneas los gestos, actitudes, rasgos físicos y emocionales de los educandos para descubrir lo que necesitan.
El experto en enseñanza da preeminencia a sus técnicas y procedimientos docentes. El experto educador pone énfasis en la resonancia axiológica de su enseñanza en el alma de los alumnos; es decir, en el crecimiento en valores que pueda suscitar en ellos.
El enseñante es, pues, un formador de mentes; el