Rol Del Trabajo En La Produccion
Para realizar sus fines, y principalmente para subvenir a las necesidades de la vida, todo ser que vive está obligado a efectuar cierto trabajo.
Hay que observar primeramente que, respecto de esa categoría de riquezas que se llaman productos, no hay una sola que no suponga, en una medida cualquiera, la intervención del trabajo. Resulta esto de la etimología misma de la palabra producto: productum = sacado de algún sitio. Y, quién, sino la mano del hombre, había de haberlo retirado. Para que los frutos puedan servir a la satisfacción de nuestras necesidades, aun los que por sí misma nos da la Naturaleza: piñones, bananas, dátiles, o todos los crustáceos y mariscos, preciso es aún que el …ver más…
Las formas exquisitas que reviste la arcilla bajo la mano del alfarero o del estatuario. Los dibujos ricos y complicados que sigue el hilo bajo los dedos de la encajera, no son sino los efectos producidos por los traslados de las moléculas de la o de los hilos del tejido. Todo lo que puede hacer el trabajo del hombre es mover, separar, intervenir, superponer, arreglar: sólo movimien¬tos. Tómese, por ejemplo, la producción del pan: pásese revista a los varios actos de esta producción: labrar la tierra, cosechar, aventar, moler, cerner, amasar, meter en el horno y veremos que todos ellos no representan sino ciertos traslados impresos a la materia.
Pero la mano no es el único órgano que sirve para el trabajo, aun cuando se trate de un trabajo corporal; con más razón si se trata de un trabajo intelectual: para el médico, el marino, el artista, el escritor, es la vista: las piernas para el cartero rural; la voz para el abogado, el maestro, el actor, y para todos ellos, naturalmente, el cerebro.
2° el trabajo de invención es puramente intelectual pero no es menos indispensable a la producción que el trabajo manual, pues no hay una sola de las cosas utilizadas por el hombre, ni uno solo de sus movimientos productivos, que no haya tenido que ser inventado. Merced a ello, el patri¬monio de la humanidad se enriquece diariamente con alguna nueva con¬quista. Ya, con esa arcilla que