Resumen una lectora nada común
“MI LUCHA” (“Mein Kampf”), de Adolfo Hitler, es un libro de palpitante actualidad y sin duda una de las obras de política más sensacionales que se conoce en la postguerra. Circula por el mundo traducido a ocho idiomas diferentes y hace tiempo que la edición alemana ha alcanzado una cifra de millones. Si hasta antes del 30 de enero de 1933, fecha en que Hitler asumió el gobierno del Reich, se consideraba a “Mein Kampf” como el catecismo del movimiento nacionalsocialista, en la larga lucha que éste sostuviera para llegar a imponerse, ahora que Alemania está saturada de la ideología hitleriana, bien se podría afirmar que “Mein Kampf” constituye la carta magna por excelencia de este poderoso Estado que, en el corazón de …ver más…
Hitler, que nación en esfera modesta y forjó su personalidad en la experiencia de una vida de lucha y de privaciones, sabe que dentro de la estructura de un pueblo y de su economía no caben preferencias odiosas, sino un espíritu de mutua comprensión y de justa valoración del rol de cada uno y de su esfuerzo en el conjunto de la nacionalidad. La ideología hitleriana, en este orden, es una elevada ética, porque busca en el individuo la ponderación del mérito por el trabajo. El campesino y el obrero, así como el trabajador mental, todos tienen su lugar y ni a uno ni a otro puede menospreciárseles, como factores eficientes de la colectividad que integran. El Estado nacionalsocialista no es dictadura del proletariado ni puede serlo, puesto que repudia los privilegios.
Uno de los órganos representativos de la prensa inglesa – el “Daily Mail” – editorializaba hace poco sobre la situación de la nueva Alemania en los siguientes términos: “El gobierno de Hitler promete ser el más duradero de cuantos haya visto Alemania y Europa mismo. En él nada hay inestable como ocurre en el gobierno de los países de régimen parlamentario, donde un partido intriga contra el otro y donde el Premier no representa sino una parte de la nación dividida. Hitler ha probado no ser un demagogo, sino un estadista y un verdadero reformador. Europa no deberá olvidar que