Muerte De Madame Charlotte
SEDE DEL LITORAL
LA UBICUA MUERTE DE MADAME CHARLOTTE
RESUMEN
La ubicua muerte de Madame Charlotte es un cuento escrito por Armando José Sequera, este pertenece al libro llamado Cuentos sin palabrotas de la selección y prólogo de Fedosy Santaella. El cuento trata sobre la misteriosa y oscura muerte de una mujer francesa que se hospedaba en un hotel, la historia se desenvuelve en un escenario de declaraciones por parte de las personas (empleados y huéspedes) que se encontraban presentes en el hotel y presenciaron el lamentable hecho. Las declaraciones comienzan por relatos comentados por el recepcionista: Me dijo buenas noches con su afrancesado …ver más…
Retorné al hotel y me enteré que la señora estaba muerta en un ascensor. El segundo chofer revela: cuando apenas íbamos por la mitad del recorrido, mire por el retrovisor y no la vi. Cuándo y cómo bajó es algo de lo que no tengo idea.
No obstante, el huésped del piso siete declara: cuando oí el grito, pedí a mi esposa que llamará a la recepción, mientras yo iba a averiguar que ocurría. Apenas había pisado el segundo escalón, cuando vi bajar a una señora físicamente igual a la que más tarde vería degollada en uno de los ascensores. Al pasar a mi lado, me dijo buenas noches. Llegué al octavo y encontré al recepcionista muy asustado. Al verme señalo hacia uno delos ascensores que se hallaba detenido en el piso con las puertas abiertas. Así mismo, la esposa del huésped del piso siete comenta: no sé nada. Cuando escuchamos el grito, mi marido salió y me encargo que llamase a la recepción. Respondió una voz femenina con acento extranjero. Ha habido una mujer muerta, según me ha contado mi esposo, pero no sé nada más. Finalmente, el huésped del piso nueve declara: Me disponía a salir de la habitación 91 que ocupo en este hotel cuando oí un alarido. Al ir a bajar, vi a una señora que subía desde el piso inferior y le pregunté qué había pasado, si había sido ella quien había gritado o sí sabía algo. Apenas me contesto buenas noches y siguió. Escuché unas voces en el octavo y allí me fui. No quise ver el cadáver.
La ubicua muerte de Madame