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Como en el caso de otros procedimientos médicos, el aborto conlleva cierta medida de riesgo y dolor. Durante el embarazo, el cuello de la matriz, o cuello uterino, se mantiene bien cerrado para que la criatura esté protegida. Debido a ello, la dilatación y la inserción de instrumentos puede resultar dolorosa y causar lesiones. Para el método de succión a veces se necesitan unos treinta minutos, y durante ese tiempo algunas mujeres pueden experimentar un dolor de moderado a intenso y calambres. Con el método salino se provoca un parto prematuro, algunas veces con la ayuda de las prostaglandinas, sustancias inductoras del parto. Las contracciones pueden durar horas o hasta días y pueden ser dolorosas y extenuantes …ver más…
Se abre el abdomen de la madre quirúrgicamente y se extrae a la criatura, casi siempre viva. Puede que incluso llore. Pero hay que dejarla morir. A algunas se les provoca deliberadamente la muerte por asfixia, ahogamiento u otros métodos.
Lo que siente un médico
Durante siglos los médicos han adoptado los valores expresados en el respetado juramento hipocrático, que dice en parte: “No daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente”.
¿A qué luchas éticas se enfrentan los médicos que ponen fin a una vida dentro de la matriz? El Dr. George Flesh contesta así: “Los primeros abortos que practiqué, como interno y residente, no me causaron ninguna angustia emocional. [...] Empecé a sentir el descontento después de muchos centenares de abortos. [...] ¿Por qué cambié? Cuando comenzaba la práctica médica, acudió a mí un matrimonio pidiéndome la interrupción del embarazo. Como la paciente tenía el cuello uterino muy rígido, no podía dilatárselo para practicarle el aborto. Le dije que dejara pasar una semana hasta que estuviese menos rígido y que regresara. El matrimonio volvió y me dijo que habían cambiado de opinión. Siete meses después asistí a aquella mujer en el parto de su hijo.
”Años más tarde jugué con el pequeño Jeffrey