Manejo y sujecion de equinos
La sujeción de equinos en forma correcta evita pérdida de tiempo y accidentes perjudiciales, tanto para el operario como para el caballo.
Cabezales
EI sitio de sujeci6n principal del equino es la cabeza y ella se hace con un buen cabezal,
Para que el cabezal no pueda ser soltado por el equino, es necesario un pisador 0 un barbiquejo.
Colocación del lazo al equino
Cuando los equinos se mantienen sueltos, a veces es un poco difícil colocarles el Iazo: por 10 tanto, tenga en cuenta 10 siguiente:
Lleve el lazo un poco escondido para que el caballo lo deje acercar sin dificultad (fig. 4).
c. llame al caballo por el nombre y dele confianza usando las voces propias para llamar los caballos, como: su i, sui …ver más…
Dos personas jalan las cuerdas en sentido contrario para que el equino no retroceda y caiga en el sitio preciso (fig. 19). Un ayudante sostiene la cabeza para que el caballo no se golpee contra el suelo y se desnuque.
Cuando el equino cae, se jalaran las cuerdas hasta recoger completamente el animal. Luego, si la operación o examen no demora mucho, se podrá amarrar con los mismos extremos haciendo un nudo que aprete las cuatro hebras de la pialera a continuación de los cascos. Los brazos quedaran por en media de las cuerdas y no habrá peligro de que se suelte (fig.20).
Constantes fisiológicas
Temperatura corporal: La temperatura normal del equino adulto y en reposo, es de alrededor de 38 grados Celsius y se puede medir con un termómetro de uso humano, ya sea de mercurio o digital, vía rectal. Para ello la persona debe pararse junto al tren posterior del animal, levantando la cola con una mano e introduciendo la mitad del termómetro suavemente por el ano, con la otra mano (fig. 1). El tiempo para la medición de la temperatura depende del termómetro, si es de mercurio, se debe mantener 2 minutos; si es digital se mantiene hasta que suene la alarma que posee. Se puede ligar un cordel al extremo no sensible del termómetro y un perro de ropa al otro extremo del cordel para ponerlo en los pelos de la cola o del lomo del caballo, para no estar sujetando el termómetro el tiempo necesario (fig. 2). Una buena