La teoría del conocimiento en san agustín
Agustín tiene una concepción de resonancias platónicas según la cual la verdad y el ser se dan en lo inmutable y eterno, en aquello que no cambia. En efecto, como toda la tradición neoplatónica a la que se ha adscrito, Agustín considera que «conocimiento» es término que designa, ante todo, información estable, captación de un objeto inmutable y necesario. Sin embargo, lo primero que encontramos en el alma cuando nos volvemos hacia ella son sensaciones, que son representaciones de los objetos sensibles. Los objetos externos dejan su huella en los órganos de los sentidos y provocan la ocasión de que el alma (que es en sí misma incapaz de dejarse afectar por algo material …ver más…
¿Cómo llegamos a tomar contacto con semejantes patrones ideales? Agustín de Hipona ofreció una respuesta que sirve en buena medida para identificar las corrientes de inspiración agustiniana: la teoría de la iluminación. Según metáfora tan antigua, al menos, como la República platónica, y que luego utilizó el neoplatonismo, la idea de bien, suprema en el cosmos inteligible, es como el Sol de aquel mundo: hace visibles los objetos inteligibles, a la manera como la luz solar hace visibles los sensibles. Para San Agustín, en efecto, esa misma función desempeña, ahora, Dios, a quien concibe como aquella «luz inteligible» sin cuya intervención no le sería posible al hombre acceder al conocimiento de objetos que manifiestamente, como intemporales que son, trascienden su condición finita y temporal. La posibilidad de acceder al conocimiento de los patrones eternos con arreglo a los cuales ha sido diseñado el mundo no es otra, pues, que esta de que el alma los contemple «en una luz incorpórea especial, lo mismo que el ojo carnal al resplandor de esta luz material ve los objetos que están a su alrededor» (Agustín de Hipona: Sobre la Trinidad, XV, 12, 24). Así como el alma no puede iluminar por sí misma los objetos sensibles, sino que precisa de un foco exterior que los alumbre, así tampoco puede, en virtud de sus solas fuerzas, hacer visibles para sí los objetos eternos, teniendo que recibir la iluminación proveniente de la luz infinita de Dios. La iluminación consiste