ARISTOTELES O LA TEORIA SUASORIA

Aristóteles le parece que cuando se ha escrito de retórica se ha descuidado el fundamento filosófico y se ha dejado de reducir la disciplina a un sistema, el cual solo puede brotar de un hundimiento en la esencia de la retórica, la cual es la persuasión. Por eso la retórica es la antistrofa de la dialéctica. Ambas son métodos expresivos; ambas pueden aplicarse a todos los asuntos, pero con una intención diversa. Una es destinada a los motivos racionales y la otra a todos los motivos humanos.

En sus tres libros de la Retórica, trata en el primero, del orador; el segundo, del auditorio, y el tercero, del discurso. Sin embargo, el que interesa es este último, en donde el arte retórica tiene …ver más…

Llegamos aquí a los medios técnicos subjetivos, los que corresponden a la psicagogía o conducción de las pasiones. Que constituye el conjunto de los medios de la persuasión subjetiva y, en rigor, aquel estudio de la naturaleza humana sin cuya consideración serían vanos todos los mecanismos lógicos o medios de la persuasión objetiva. La ciencia puede dispensarse de esto, no la retórica, por lo que al menos “carácter” y “pasiones” son lo dos grandes capítulos de la psicagogía aristotélica. Por carácter se entienden varias cosas distintas: el modo de ser del orador, la autoridad que ello le confiere y que debe ponerse en el peso de la balanza, el tono mismo que consigue dar a su discurso, las circunstancias del auditorio en cuanto a condición, clase, sexo, edad, etcétera. Por pasión se entiende la disposición de ánimo que convenga provocar en el auditorio, lo cual se relaciona con el carácter de éste, entre las pasiones Aristóteles anuncia la cólera, es provocada por menosprecio e incuba un anhelo de venganza; a serenidad, es la que se opone a la cólera como un estado normal o como un apaciguamiento, una vuelta a la clama; el afecto; el temor que es la pena de un mal futuro, venidote afuera o de nosotros mismos; la vergüenza que es la pena de cosas presentes, pasadas o futuras que dañan nuestra propia estimación o nuestra fama; el favor es un servicio que no se cobra y que es necesario al que lo recibe; la