En los albores del siglo XX, el chocolate de taza era una bebida que comenzaba a hacer parte del menú diario de muchos colombianos. Mientras en Europa a lo largo del siglo XIX se desarrolló una serie de inventos que permitieron industrializar el chocolate como golosina y la cocoa como bebida en polvo de chocolate para mezclar con leche, en Colombia el cultivo del grano se hacía principalmente en la región del Cauca, donde para 1890 se comercializaba cacao por valor de un millón de pesos anuales.
Hace dos siglos, el chocolate era sobre todo una bebida de distinción entre la elite santafereña, como lo certifica el célebre banquete con el que la marquesa de San Jorge despidió a Antonio Nariño en 1813, consignado en Las tres tazas, un