Haciendas durante el porfiriato
En 1910, las haciendas abarcaban el 81% de todas las comunidades habitadas de México. Especialmente en el norte y en el extremo sur, las haciendas absorbían del 85% al 95% de los pueblos. En los estados del centro de la República, en cambio, había una preponderancia mucho más marcada de los pueblos indios: en Hidalgo, el 20.7% vivía en hacienda; en Morelos, el 23.7%; en México, el 16.8%; en Oaxaca, el 14.5%; en Puebla, el 20.1%; en Tlaxcala, el 32.2%; en Veracruz, el 24%. En total, había en el país menos de 13,000 pueblos libres contra cerca de 87,000 en las haciendas.
La culminación del ascenso del capitalismo en México bajo el régimen de Díaz iba a ser la destrucción definitiva de las tierras comunales. …ver más…
Jurídicamente, todas esas tierras pertenecían a la nación, y durante el régimen de Díaz se dictaron disposiciones que alentaron la incautación y el apoderamiento indebido de dichos bienes en gran escala.
Una ley de 1883 autorizó al Presidente para contratar compañías deslindadoras para la realización y la medición de los terrenos baldíos, a cambio de darles como compensación un porcentaje del terreno. En los contratos, se estipuló que las compañías no podrían vender las tierras en lotes mayores de 2500 Hectáreas, y que los compradores debían obligarse a radicar en la tierra comprada. Durante los 10 años siguientes, las compañías deslindaron aproximadamente 50 millones de Hectáreas, por lo cual les correspondió poco menos de 17 millones de Hectáreas. En 1894 se dictó una disposición aún más radical, pues suprimió todas las restricciones que contenía la ley anterior respecto a la limitación de la superficie de las fincas que las compañías podían vender y a la obligación de los compradores de establecerse en ellas. Además, la nueva ley anuló cualquier sanción en que se hubiera incurrido por infracciones a la ley anterior. Con esto, se abrieron de par en par las puertas a la especulación a gran escala con las tierras. No sólo pidieron los especuladores posesionarse de tierras no ocupadas, sino que también la