Caso práctico
Habilidades directivas
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Caso práctico. SOLAR DE BARCENAGA
Pedro Céspedes y Juan Iturbe descubrieron la casa solariega de los Barcenaga en una visita de negocios a la localidad, en los tiempos en que ambos trabajaban como aparejadores en la misma compañía.
La casa era un sólido edificio de dos plantas, sin contar sótano, con numerosos árboles en su jardín de 5.000 m2 y pequeñas ondulaciones de terreno que, en mejores épocas, habían estado delimitadas por setos y flores. Corría el
1980 y la casa ya llevaba más de 25 años abandonada. Sólo cinco de las 30 estancias (contando salones, recibidores y cualquier espacio entre cuatro paredes) estaban en condiciones de ser habitadas. El precio de venta era casi irrisorio
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Iturbe obtenía un total de cuatro “alojamientos” en la casona: dos para su vivienda personal, uno para su estudio profesional y el último para sus invitados ocasionales. La familia Céspedes disponía en reciprocidad de otros cuatro alojamientos. 1 Al reformar algunas estancias los propietarios las habían hecho menores, a veces fragmentando salas de 40 metros en un “set” de baño, salita, y dormitorio.
Caso práctico
2 EDición 5.0
Los beneficios de la explotación de los 16 alojamientos restantes serían repartidos al 50%, pero el Sr. Céspedes-hijo cobraría un salario anterior al cálculo de tales beneficios. Los honorarios de Céspedes-hijo serían fijados por los dos copropietarios y aumentados por mutuo acuerdo de éstos. En caso de no haber acuerdo se le actualizaría el IPC.
Ambas familias acordaban un listado previo de asuntos intocables sin acuerdo mutuo, referidos al jardín, las posibles reformas, la aprobación de nuevas inversiones, la conservación estética e, incluso, el tipo de servicio, tipología del cliente a captar y un largo etcétera fruto de quince años de experiencia. Este listado era muy conservador y limitaba todas las estrategias comerciales que pudieran hacer que el Solar de Barcenaga perdiese su identidad.
La gestión de personal quedaba reconocida como un asunto de la ejecutiva y los copropietarios renunciaban expresamente a inmiscuirse en la política que decidiera el nuevo director.
El Sr. Céspedes-hijo (Alberto en adelante), hizo