En Cristo Adivinamos Las Posibilidades Del Hombre
(GONZÁLEZ-CARVAJAL, Luis (1998): Esta es nuestra fe. Teología para universitarios. 17ª ed. Sal Terrae, Santander: capítulo 11)
Imagen de Dios San Agustín, en sus Confesiones, constataba admirado: «¿Qué más cerca de mí que yo mismo? Con todo, he aquí que no me comprendo (...) ¿Qué soy, Dios mío? ¿Qué naturaleza soy?»1 Y en verdad que las múltiples y diversas respuestas que esa pregunta ha recibido a lo largo de la historia justifican la perplejidad de San Agustín. ¿El hombre será quizás un «bípedo sin plumas», como decía Voltaire? ¿O simplemente «una de las ochocientas o novecientas mil especies animales que actualmente pueblan el planeta»3? ¿A lo mejor «un mono …ver más…
Nos llena de amores, de deseos, de temores, de imágenes de todas clases, de un montón de naderías, de tal manera que, como se dice, por culpa suya no nos es posible tener nunca un pensamiento sensato” (10) Un día habrá que investigar cuántas neurosis se fundamentan, en definitiva, en la negativa del hombre a aceptar su cuerpo. Porfirio, por ejemplo, comenzó la biografía de Plotino diciendo: «Parecía un hombre que se avergonzaba de existir en un cuerpo»”. Para él, nacer fue una desgracia tal que se negó siempre a celebrar el día de su cumpleaños12 A diferencia de Platón, la Biblia considera al hombre como una unidad. Para referirse a él se emplean, sobre todo, tres palabras: 1. Nefesh, que inicialmente significaba «cuello», «garganta», en cuanto órgano que siempre está necesitando y no puede saciarse con la obra humana.
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Aparece así, poco a poco, como la raíz de los deseos y demás sentimientos y acabará designando el centro de la personalidad, el «principio vital». 2. Basar, que originariamente significaba «carne» (en contraposición a «huesos») y con el tiempo llegó a ser equivalente a «cuerpo». Indica algo que el hombre tiene en común con el animal y caracteriza la vida humana como débil y caduca, pero no tiene la valoración negativa que le da Platón. 3. Ruah, que en un principio significaba «viento», «aliento», «soplo», acabará significando «espíritu». Es lo divinamente fuerte que hay en el hombre y aparece en contraste con basar, lo