EL PLACER DE DIBUJAR
Nadie te puede enseñar a dibujar, no se aprende, simplemente se dibuja. La educación de un artista es el resultado de sus experiencias con el dibujo.
Tampoco os servirá para ello ningún libro publicado sobre la materia. Uno aprende por si solo a dibujar.
Aprender cualquier cosa constituye un proceso práctico. Aprender a dibujar constituye una respuesta natural parecida. La gente aprende a dibujar a través de la experiencia de dibujar.
Sea cual fuere la formación que hayas recibido, tan sólo fue válida si consiguió llevarte al único lugar en el que se produjo tu verdadera formación: el tablero de dibujo.
¡Tan sólo el acto de dibujar puede convertirte en artista, nunca la información que tu cerebro haya …ver más…

La crítica constructiva constituye un proceso que nos permite partir, desde las capacidades que ya disponemos hacia un resultado futuro más satisfactorio. Sin embargo no es un camino solo de ida Para que la crítica sea efectiva, debe darse un intercambio.
El dibujo debería constituir una actividad sin esfuerzo, una cuestión de inspiración y no de transpiración. Despojado de métodos y procedimientos, dibujar desde dentro puede proporcionarte la satisfacción personal y de libertad de dibujar por el puro placer de hacerlo, lo cual constituye, después de todo, el mayor logro para cualquier artista. Lo más adecuado será que estemos bien preparados en relación con el único ingrediente importante que podemos controlar: nuestra respuesta espontanea. Si tu objetivo es la satisfacción a través del, lo lograras con facilidad. Dibuja, no hagas dibujos .Todo cuanto necesitas es un planteamiento sincero y personal.
Al principio lo que vemos tiene el papel más importante .La imagen esta ahí .No tenemos más que responder a ella graficamente. Lo que sentimos, por su parte, es extremadamente complejo. Sentimos lo que sentimos y no hay más que decir al respecto.
Así pues más que pensárselo el dibujante necesita dibujárselo. La razón de dibujar consiste, sencillamente, en el placer de hacerlo .Podremos lograr este placer tan solo si dejamos de esforzarnos tanto y permitimos que aflore nuestra respuesta natural. La espontaneidad en el arte