El texto “Porque éramos Jóvenes”, de Josefina R. Aldecoa (1986) presenta una carta que es enviada por “Annick” a otra persona conocida. Pertenece al género descriptivo, aunque presenta algunos rasgos del género narrativo. El autor escribe con la intención de ilustrar la soledad y tristeza de dos personas que se separaron hace tiempo, pero que todavía siguen en contacto. Es por esto que los principales temas que presenta el texto son justamente la soledad y la tristeza profunda, la falta de amor y la desesperación por sentirse “humano”, por sentir que uno sigue vivo, que no está abandonado.
En cuanto al narrador, Annick es una persona que se muestra claramente deprimida debido a la soledad, a su falta de compañía. Ella escribe más bien …ver más…

En cuanto a recursos, el texto presenta mayoritariamente metáforas, aunque también presenta enumeraciones. Las metáforas son utilizadas mayoritariamente para enfatizar el estado de ánimo de Annick: “Hay un momento en que creemos poseer el hilo que nos guía hacia un destino. Nuestras cartas demuestran que lo hemos perdido”; Se van. Nos arrebatan trozos de piel, fragmentos de sonrisas; se llevan adheridas partes de nuestra biografía”. Las citas mencionadas previamente demuestran cómo el personaje se siente solo y abandonado; y también demuestran que siente que ha perdido el rumbo, que su destino es incierto y aquello la asusta, la deprime aún más, y es por eso que siente la necesidad de mantener el contacto con el hombre cuyo nombre no menciona.
Además, el texto presenta enumeraciones utilizadas con el mismo fin de enfatizar: “Hemos llegado a hacer de nuestras cartas un tratamiento personal, una terapia, un diario, un testamento.”. Estas enumeraciones, por ejemplo, son utilizadas para enfatizar el hecho de que mediante las cartas ambos personajes, Annick y el hombre, logran “mantenerse vivos, seguir siendo personas”. Otro recurso utilizado por el autor es el polisíndeton (utilización exagerada de nexos coordinantes): “Soy un predicador que ha perdido la fe y te pido perdón. Por lo demás, no me importa lo que haces. Hasta tus rasgos se me escapan. Los veo descolocados, dispersos, como piezas de un rompecabezas que hay que ordenar”. En éste caso, el