Con Hans Giebenrath estamos desde el inicio ante las expectativas que ofrece un niño prodigio, hijo de un mediocre burgués. Somos testigos de los esfuerzos que emplea en los estudios, acaso por miedo a contrariar a su padre y a los profesores, quienes constantemente ejercen una presión sobre él: debe siempre aspirar a ser mucho más que el grueso de la gente. Hace un examen bastante difícil con el fin de ingresar al monasterio Cistercience de Maulbroon, para convertirse en teólogo; y a pesar de sus aciagos presentimientos, logra el segundo mejor lugar en conocimientos. Después de aquel esfuerzo supremo, parece que podrá descansar durante siete semanas, número que se suele atar a una relación directa con el elemento divino y que en la novela…ver más…
Y así seguirá hasta que es imposible permanecer en el seminario. Hans colapsa mentalmente y regresa a su pueblo natal, donde desde aquel momento será un don nadie. Fracasa y está destinado a llevar la vida mediocre de la que tanto quiso huir, instigado por quienes creían que llegaría a ser un orgullo para el pueblo. Mas ya estando allí, no todo se ve tan malo. Incluso logra obtener trabajo como aprendiz de mecánico. Una actividad más ruda que pasar las páginas de los