Ate de frutas
Por José Joaquín López | Octubre 4, 2011 | 44 comentarios
Pongamos que me llamo Alfredo, para no entrar en detalles. Me dedico a matar gente por dinero, es decir, soy lo que llaman un sicario. Como soy efectivo y discreto, cobro caro. Así me aseguro de no trabajar demasiado; a veces con tres trabajos al año la paso sin problema. Si me miran por la calle, nadie me tendría miedo. Soy bajito y flaco y tengo cara de imbécil. La cara de imbécil me la inventé yo mismo, como un disfraz para pasar inadvertido. Hay que ser un desalmado para hacer este trabajo, sí, pero hay veces que mis trabajos hacen verdadera justicia. Como la vez que maté al idiota de mi vecino.
En general no siento ninguna simpatía por la gente. Todo mundo te …ver más…
Mi tía Marta vive a unas cuantas cuadras de mi casa, y yo paso regularmente a cenar con ella. Creo que la única persona por la cual siento un cariño sincero. Cuando llama Néstor, siempre queda de visitarnos, pero por supuesto nunca lo hace. El amigo de la infancia por quien se hace pasar fue uno de mis primeros trabajos, encargado por él mismo. En donde tía Marta es donde tengo mis armas y donde guardo el dinero de los pagos, que poco a poco voy depositando en las cuentas de la tía en donde tengo firma. Ella no sabe nada, sólo me guarda mi baúl con mis cosas.
Aparte de tía Marta, con las únicas personas que tengo contacto es con las putas. A veces llamo para que lleguen a mi casa, otras veces voy a los prostíbulos. Siempre pido dos, para un día entero. En una ocasión hasta pedí que me alquilaran un cuarto en un prostíbulo. Me pasé dos semanas sin salir. Fue divertido.
Los trabajos generalmente son personas que obstaculizan negocios de otros o parejas infieles. En una ocasión me tocó un viejo al que los nietos querían muerto para cobrar herencia. En otra ocasión era una mujer de la alta sociedad que quería deshacerse de su amante lesbiana para apropiarse de sus negocios. En ambas ocasiones me pagaron bien. Los clientes ven a mi trabajo como una inversión a la que esperan sacarle rendimiento. Es cuestión de negocios y ganancias.
Por el último trabajo que hice no cobré. Fue para una mujer, vecina mía, a la que su marido amenazó con matar delante de