Analisis
En unos huecos en la pared se ubican dos pantallas con visuales del proceso rápido de la industrialización en la isla. Un televisor en el piso muestra imágenes de la política de los años 1980, la marina en Vieques, los macheteros, los programas de entretenimiento de la época, desalojo de Villa sin miedo, entre muchos otros visuales que acapararon la televisión puertorriqueña. Todas estas imágenes están manipuladas en color y sonido. Las imágenes se miran al revés constantemente, creando una inestabilidad visual. Las imágenes pueden ser concebidas de diversas formas por el espectador. A pesar de lo contemporáneo de la obra, la imágenes interpelan a aquello que ya pasó, que ya ocurrió, dejando un espacio amplio para que se tome Visitas al velorio de igual forma que El Velorio, aquello que quedo atrás. Como plantea Sontag, las fotografías de una atrocidad pueden producir reacciones opuestas. Una llamada a la paz. Un grito de venganza. O simplemente la confundida conciencia (2003, p.10).
Del techo en El Velorio, cuelgan mazorcas de maíz. En Visitas al Velorio cuelgan frutas plásticas de colores brillantes. La fruta es como la dieta diaria del consumo, el hecho de que sean plásticas y de colores muy ficticios refuerza el cambio de lo rural a lo urbano, el paso de lo agrícola a lo industrial. El detalle que las frutas sean manzanas, uvas, peras y melocotones (frutos que