- Auge y caida del
fordismo - El estado de bienestar frente a
un nuevo panorama - Modernidad
relexiva - Notas
- Bibliografia
Los antecedentes del Estado de Bienestar vienen desde
muy lejos, pero se han desarrollado extraordinariamente
después de la Segunda Guerra
Mundial en Europa
Occidental. Es durante el período comprendido desde la
segunda posguerra hasta principios de la
década del setenta (que el historiador Eric Hobsbawn
denomina a esta etapa como "Edad de Oro") cuando se consolidan
los Estados de Bienestar.
Durante la Edad de Oro se desarrolló en Occidente
un intento de subordinar el trabajo, de
desarrollar un nuevo capitalismo,
que dependía mucho del uso y expansión del crédito
para evitar o controlar el proceso de
crisis que se había manifestado en los años treinta
luego de la Gran Depresión.
Con la implementación de las políticas
económicas llamadas "keynesianas", asistimos a una cierta
explosión del gasto
público durante este período, particularmente
del gasto social: educación, salud, vivienda,
jubilaciones, pensiones y prestaciones
de desempleo.
Es conveniente subrayar que el estado de
Bienestar se trata de un proceso en el cual se han abandonado en
la práctica algunos elementos de la teoría
liberal del Estado. En efecto, el estado ha dejado de ser "no
intervencionista" y se ha considerado que era responsabilidad suya conseguir una
situación de pleno empleo, un
sistema de
seguridad
social que cubriera la totalidad de la población y la generalización de un
alto nivel de consumo y la
garantía de un nivel de vida mínimo incluso para
los más desfavorecidos.
Este tipo de Estado asumía la obligación
de suministrar asistencia y apoyo a aquellos que sufrieran
necesidades y reconocía formalmente el papel de los
sindicatos en
la negociación colectiva y en la
formación de los planes públicos.
El estado de Bienestar es un grupo de
manifestaciones, en primer lugar, del deseo de la sociedad de
sobrevivir como una totalidad orgánica y, en segundo
lugar, del deseo expreso de todas las personas en el sentido de
contribuir a la supervivencia de algunas personas.
(1)
Ahora bien, ¿Cuáles eran las
contradicciones socioculturales del capitalismo?
Durante la década del 60 las economías de
los países occidentales vivían la mayor era de
prosperidad y crecimiento en la historia del mundo
civilizado. Eran años de gran crecimiento
económico. Y es precisamente en ese contexto de
expansión capitalista donde se va a gestar una
contracultura, un nuevo estilo cultural, que cuestiona
básicamente las pautas tradicionales de la vida occidental
y los principales valores de la
burguesía.
La contracultura es un rechazo a la cultura
oficial caracterizada por el orden, la eficiencia, el
progreso y el trabajo, entendidos como ejes primordiales que
permiten el desarrollo
capitalista.
Esta contracultura, opuesta a la oficialmente dada,
comprende originales y novedosos valores en las relaciones
humanas, en los hábitos y en las
costumbres.
¿Quiénes son los que transmiten esta
contracultura? ¿Son un grupo numeroso o son
unos pocos? ¿Qué pretenden cambiar?
¿Plantean cambios revolucionarios en el ámbito
social, político y económico? Son los
jóvenes los principales transmisores de esta contracultura
y son ellos los que aparecen como sujetos problemáticos en
las sociedades
plenamente industrializadas. Pero no son todos los jóvenes
sino una minoría que se concentra en los centros
educativos, principalmente en las universidades.
Eran jóvenes urbanos, de clase media y con
estudios medios o
superiores que se habían socializado en medio de un
creciente bienestar y que planteaban la posibilidad de instaurar
nuevos estilos de vida y diferentes pautas de conducta. La
confrontación fue básicamente cultural y el
cambio estaba
orientado a cambiar la forma de vida. La vida y la
práctica cotidiana pasaron a ser el lugar principal en
donde se van a realizar las transformaciones
revolucionarias.
Emerge una cantidad de valores que se presentan como
crítica y rechazo a los ya establecidos e
institucionalizados en la cultura oficial en lugares como la
escuela, la familia y
las universidades, entre otros. Valores personales como la
autonomía, la creatividad,
la crítica al poder, la
contestación, la no-violencia,
eran tomados por los jóvenes.
El joven pasa a ser crítico, radical, creativo,
innovador de patrones culturales, utópico e independiente
de la familia. Postulan
cambios en la música, en la manera
de vestirse, el concepto de
familia comienza a desintegrarse y descubren la droga como una
clara expresión contestataria contra las leyes y
también como un gesto de rebeldía a lo
establecido.
¿Qué alcance tuvo esta
contracultura? Si bien no se llegó a una toma concreta
del poder político, esta contracultura imprimió una
extraordinaria transformación social en los años
posteriores a la segunda guerra
mundial. Se produjo sí una revolución
cultural pero no política porque no
figuraba en las mentes de los jóvenes tomar el
poder.
Pero pronto el capitalismo vio con claridad como este
sector social ocupaba un lugar privilegiado en las
economías desarrolladas de mercado y es a
partir de allí, cuando comienzan a fabricarse en gran
cantidad una serie de productos:
blue jeans, discos de rock and roll y
películas. Finalmente, con la participación de
los medios de
comunicación la contracultura quedó envuelta en
la estrategia del
capitalismo, y a partir de allí, cayó en la
vulgarización comercial.
La familia y la escuela son dos instituciones
sociales que también fueron afectadas. La
concepción de familia entra en crisis y abundan cada vez
más las situaciones de familia "monoparental". Y esto
repercute, en cierta medida, en los niños
que sufren la ausencia de la pareja completa. Por otro lado, el
salto cultural entre las generaciones dificulta la
interacción de los diferentes actores sociales.
Ahora bien, ¿Frente a qué gran problema
se enfrentaba el Estado de Bienestar? ¿Cuál era la
verdadera situación de los trabajadores en las modernas
sociedades industriales? La situación central que
debió resolver fue, sin duda alguna, la explotación
del trabajador en las empresas. Sin la
protección sindical y sin la protección del estado,
se explotaba a los trabajadores y por esa razón eran los
pobres del sistema capitalista y también los excluidos de
la sociedad.
En el aspecto laboral, los
sindicatos y las leyes sociales le han otorgado a los
trabajadores capacidad de negociación, lo cual ha
permitido que pudieran disfrutar como consumidores de los altos
niveles de consumo generalizado. No obstante, el cambio de la
situación de la clase obrera no ha sido solamente de la
solidaridad
social, sino también el deseo de las clases
económicamente hegemónicas de tener paz
social.
El Estado adoptaba políticas que dirigían
la actividad económica conforme al sistema capitalista de
mercado al tiempo que
compensaba las desigualdades sociales que ese mercado
generaba.
El "pacto de paz fordista" se cifró en trabajo
repetitivo y de escasa calificación por un lado, y de
consumo de masas, por otro.
¿En qué consistía el fordismo?
¿Cuáles eran las características principales en el proceso
de producción? ¿Cómo era el
trabajo? ¿Por qué fue implementado? Según
David Harvey, hay dos amplias áreas de dificultad dentro
de un sistema económico capitalista que deben negociarse
con éxito
si se quiere asegurar la viabilidad del sistema. La primera surge
de las cualidades anárquicas de los mercados que
fijan los precios, y la
segunda, de la necesidad de controlar el despliegue de la
fuerza de
trabajo a fin de garantizar la plusvalía en la
producción y, por lo tanto, las ganancias positivas para
tantos capitalistas sean posibles.
Sin duda alguna, el acostumbramiento de los trabajadores
asalariados al capitalismo fue un largo proceso histórico
que debe renovarse con la incorporación de cada nueva
generación de trabajadores a la fuerza de trabajo. La
disciplina
impuesta a la fuerza de trabajo en función de
la acumulación capitalista es un asunto muy
intrincado.
La socialización del trabajador a las
condiciones de la producción capitalista supone el
control social
de fuerzas físicas y mentales sobre bases muy amplias.
La
educación, el entrenamiento, la
persuasión, la movilización de ciertos sentimientos
sociales (la ética del
trabajo, la lealtad a la compañía, el orgullo
nacional o local) y tendencias psicológicas (la
búsqueda de identidad a
través del trabajo, la iniciativa individual o solidaridad
social), todo esto desempeña un papel y está
íntimamente mezclado con la formación de las
ideologías dominantes cultivadas por los medios masivos,
las instituciones religiosas y educativas, las diversas ramas del
aparato estatal, y afirmado por la simple articulación de
su experiencia, por parte de aquellos que hacen el trabajo.
(2)
El fordismo fue –hasta mediados de la
década del setenta- el modelo de
producción hegemónico de los principales centros
capitalistas. La producción se hacía en las grandes
fábricas organizadas alrededor de la línea de
montaje de acuerdo con los principios adoptados por Henry Ford en
la producción del Modelo T. El trabajo era repetitivo y no
necesitaba mucha calificación pero los salarios eran
relativamente altos. Ford no hizo más que racionalizar las
viejas tecnologías y una división preexistente del
trabajo especializado, si bien al hacer que el trabajo fluyera
hacia un trabajador estacionario, logró grandes aumentos
de productividad.
La lógica
de este sistema estaba basada en los altos salarios que
permitían vivir la vida de consumo de masas y que al mismo
tiempo generaba demanda de los
productos. "La piedra angular de toda estructura
eran los sindicatos y la práctica de la negociación
colectiva". (3)
Lo novedoso de Ford fue su concepción, su
reconocimiento explícito de que la producción en
masa significaba un consumo masivo, un nuevo sistema de reproducción de la fuerza de trabajo, una
nueva política de control y dirección del trabajo, una nueva estética y una nueva psicología; en una
palabra "un nuevo tipo de sociedad racionalizada, modernista,
populista y democrática" (4). Es en este
sentido que Antonio Gramsci, en sus cuadernos de la
Cárcel, sostiene que "el esfuerzo colectivo más
grande que se ha realizado hasta la fecha para crear, con una
velocidad sin
precedentes y con una conciencia del
objetivo que
no tiene parangón en la historia, un nuevo tipo de
trabajador y un nuevo tipo de hombre".
Evidentemente, el fordismo dependía de que el Estado
nacional asumiera un rol muy especial dentro del sistema global
de regulación social.
Frente a esta perspectiva podemos resumir que en el
"Estado de Bienestar" encontramos dos componentes constitutivos.
Por una parte, el marco político consistente en el
consenso para que los representantes de los trabajadores negocien
con los empresarios y bajo la supervisión de las burocracias estatales
los marcos referenciales del crecimiento
económico.
Y por otra parte, un componente netamente
económico consistente en la creación de las
estructuras
sociales por las cuales se canalizaba una importante masa de
recursos
económicos que, funcionando como salarios indirectos,
aumentaban en forma real el nivel de vida de los sectores
asalariados.
En este sentido, Claus Offe plantea una visión
completa del asunto al afirmar que "…el Estado de
Bienestar ha sido el resultado combinado de diversos factores
(…) El reformismo socialdemócrata, el socialismo
cristiano, elites políticas y económicas
conservadoras ilustradas, y grandes sindicatos industriales
fueron las fuerzas más importantes que abogaron en su
favor y otorgaron esquemas más y más amplios de
seguro
obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario
mínimo, expansión de servicios
sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente
subvencionados, así como el reconocimiento de los
sindicatos como representantes económicos y
políticos legítimos del
trabajo…".
El éxito del Estado de Bienestar residió
en que unió a los sindicatos, la agricultura y
a los elementos del mercado en un "compromiso histórico".
Es decir, en una alianza socioeconómica en donde cada uno
de los integrantes se comprometía a cumplir con el pacto.
Si bien esta coalición fue decisiva, esta varió
según el tipo de régimen que se dio en cada estado
de Bienestar.
AL respecto, Gosta Esping Anderson sostiene que "hay
tres mundos" del Estado de Bienestar: corporativista, liberal y
socialdemócrata. En el primero la seguridad social
jerarquizada según las diferencias de status reforzaba la
lealtad de las clases medias a un tipo peculiar de EB. En el
segundo, en cambio, las clases medias llegaron a estar
institucionalizadas unidas al mercado. Y en el tercero la
socialdemocracia estuvo ligada al establecimiento de un EB de
clases medias que beneficia tanto a la clase obrera como a los
nuevos estratos de empleados.
Pero a fines de la década del `60 los altos
salarios no compensaban ya el trabajo intenso y monótono.
Los obreros comenzaron a cuestionar los poderes de la patronal y
pronto la pérdida de autoridad
dentro de las fábricas se tradujo en dificultades para la
producción. Era evidente que el `tratado de paz
fordista´, que había posibilitado un gran
crecimiento económico durante 1950-1960, entraba en
crisis.
"Estaba roto el equilibrio
fordista, que hasta entonces había conseguido contener las
frustraciones y mantener una estructura de control adecuada
durante tanto tiempo que había terminado por conformar la
imagen del
capitalismo para toda la generación.
La crisis capitalista nunca es otra cosa que esto: la
ruptura de un patrón de dominación de clase
relativamente estable. Aparece como una crisis económica,
que se expresa en una caída en la tasa de ganancia, pero
su núcleo es el fracaso de un patrón de
dominación establecido. Desde el punto de vista del
capital la
crisis sólo puede ser resuelta mediante el establecimiento
de nuevos patrones de dominación." (5)
En otras palabras, lo que Holloway sostiene es que la
recuperación de la crisis significa para el capital la
reafirmación de su autoridad, su derecho a administrar y a
mandar.
Ahora bien, ¿Qué sucedió en la
década del ` 70 en el mundo? ¿Por qué se
considera a esta fecha como punto de quiebre del momento de
expansión de las economías occidentales
capitalistas? ¿Cuáles son las
características de esta nueva crisis del sistema
capitalista? La expansión de la economía en 1970
entró en decadencia por un proceso inflacionario en
expansión, un déficit público norteamericano
ingente y que exportaba, vía el aumento de masa monetaria
mundial, su carga inflacionaria al resto de la comunidad
internacional. A ello se sumó el hundimiento del sistema
financiero de Bretton Woods (1971) y la suba en el precio del
petróleo
en 1973. El crecimiento del P.B.I. mundial evidenció un
menor crecimiento en comparación con las décadas
precedentes y el fordismo ya presentaba signos de agotamiento
como modo de trabajo. Por otro lado, surgió un nuevo
centro de poder económico en el mundo. En los años
setenta, los países del sudeste y este asiáticos se
convirtieron en la región económica más
dinámica de la economía.
Esta nueva crisis también afectó al
consumo. Al mismo tiempo erosionó a los altos salarios, el
pleno empleo, la expansión del Estado de Bienestar, es
decir, la idea de que el capitalismo pudiera asegurar un
desarrollo justo para todos. Los 70 liquidan todo
esto.
"La historia de los veinte años que siguieron
a 1973 es la historia de un mundo que perdió su rumbo y se
deslizó hacia la inestabilidad y la crisis."
(6)
Si bien es cierto que la economía mundial no
quebró, ni siquiera momentáneamente, aunque la edad
de oro finalizase en 1973-1975, el hecho central de las
décadas de crisis es que las operaciones del
capitalismo estaban fuera de control. Había una gran
cantidad de nuevos problemas
económicos y nadie sabía cómo
enfrentarlos.
Frente a este panorama era necesario que el capitalismo
realice una reestructuración. En las economías
capitalistas, tanto los gobiernos como las empresas implementaron
una nueva forma de capitalismo caracterizado por la
globalización de las actividades económicas
centrales, la flexibilidad organizativa y un mayor poder de las
empresas en relación con los trabajadores. En efecto, nace
un capitalismo mucho más flexible y dinámico.
(7)
Junto a la crisis del capitalismo se da también
la crisis de un modelo de producción que hasta ese
entonces funcionaba eficientemente (fordismo). Se había
quebrado la relación de dominación, es decir, se
habían roto los patrones establecidos de control sobre el
trabajo. (8) Es a partir de allí, cuando incidieron
los nuevos métodos de
trabajo japoneses: toyotismo.
¿En qué consistía el toyotismo?
¿Qué influencia tuvo en el mundo occidental?
¿Por qué fue implementado y qué era lo que
pretendía resolver? El toyotismo consistió en
un intento de reorganizar el proceso de trabajo, de reemplazar la
vieja idea de producción masiva por una producción
orientada a necesidades específicas, y de introducir
nuevas formas de gerencia y
management en las fábricas. El toyotismo y el sistema
"justo a
tiempo" tuvieron una influencia muy importante, no
sólo en Japón
sino también en las principales potencias de Occidente.
Este nuevo modo de producción implicó un cambio
drástico en la posición de los sindicatos frente al
capital. El sindicalismo
fue históricamente destruido y en su lugar se
consolidó un sindicato de
empresa mucho
más cooperativo que conflictivo. "No estábamos
en la época de Henry Ford sino de Benetton."
(9)
Las transformaciones que se dirigen en el sentido de una
mayor flexibilidad, tanto en el trabajo como fuera del trabajo,
tienen un carácter
irreversible. Es en este sentido que Robert Castels va a afirmar
que la segmentación de los empleos, así
como el irresistible crecimiento de los servicios, entraña
una individualización de los comportamientos laborales
totalmente distinta de las regulaciones colectivas de la
organización "fordista".
El sistema productivo pronto quedó transformado
por la revolución tecnológica y se globalizó
con unas consecuencias inimaginables, pero la tragedia
histórica de la década de crisis consistió
en que la producción prescindía de los seres
humanos a una velocidad superior a aquélla que la
economía de mercado creaba nuevos puestos de trabajo para
ellos. (10)
Ante las dificultades del Estado de Bienestar aparecen
teorías
de derecha e izquierda que pretendían terminar con la
crisis que afectaba a la mayoría de las naciones.
¿Cuáles eran las principales bases
teóricas que esgrimían ambas fuerzas
políticas para poner fin al período de
crisis?
El ataque más sostenido provino de la derecha y
de la mano de un nuevo diagnóstico económico, que intentaba
dar un marco
teórico que permita enfrentar con medidas conducentes
la recesión económica de mediados de los
setenta.
El debate central
giraba en torno a la
continuidad del Estado de Bienestar como modelo de sociedad para
los principales países de occidente. Y el principal
adversario fue -sin duda alguna- el neoliberalismo.
Las políticas neoliberales propugnaban una vuelta
al mercado de muchos sectores que estaban administrados por el
estado. El neoliberalismo recuperaba la concepción del
Estado propia del liberalismo
clásico. Además, acusaban al Estado de producir
"efectos perversos" con sus intervenciones, lo acusaba de ser
ineficiente, lento con respecto a la adaptación y caro. En
síntesis, los neoliberalismos propugnaban
la reducción del Estado de Bienestar como una manera de
estimular la economía y en la práctica realizaban
reducciones de impuestos y de
programas
sociales.
En tanto, el gran dilema de la Izquierda era que el
único modo de mejorar las condiciones materiales de
los trabajadores y los pobres bajo el capitalismo era mediante
una inversión estatal masiva y el estado no
parecía ser un mecanismo fiable de intervención. El
paciente estaba enfermo, había drogas
disponibles, pero el médico era impotente.
(11)
Por otra parte, el trabajo de Merkel permite matizar
esta tendencia general. Parte de un diagnóstico
análogo al de Hobsbawn en el sentido de considerar que la
crisis económica, fundamentalmente a partir de 1973, no es
un "quiebre" al estilo de la Depresión de 1930, sí
es una ralentización, sí es una crisis
económica pero no necesariamente conduce a una
reducción drástica de los márgenes de
acción político estatales.
Los indicadores
macroeconómicos de los cuatro países de la
"socialdemocracia establecida" (Noruega, Suecia, Finlandia y
Austria) no permiten hablar de una decadencia de la
política a partir de 1973-1974. Por el
contrario:
"… la evolución del empleo, los precios y el PBI
entre 1974 1989 desmiente la tesis de
decadencia general. Es cierto que las cifras han empeorado
ligeramente en relación a la época dorada. Pero,
comparando los resultados de estos países con los del
resto de los estados Europeos de la OCDE, el balance de su
política de empleo ha mejorado ostensiblemente. En
materia de
precios, también se registra un avance de posiciones,
aunque sea modesto. Y, en lo que se refiere a la evolución
del crecimiento, el modelo de la "época dorada" se ha
mantenido: los índicesposteriores a 1974 siguen siendo
algo inferiores a los del conjunto de Europa occidental."
(12)
EL ESTADO DE
BIENESTAR FRENTE A UN NUEVO PANORAMA
La expansión del Estado de Bienestar ha sido
indudablemente uno de los rasgos más destacados en la
evolución del mundo capitalista durante el siglo
XX.
Junto a esta expansión surgió una nueva
sociedad en donde se llevó a cabo una
transformación estructural en las relaciones de
producción, en las relaciones de poder y en las relaciones
sociales producto de
una crisis que hizo que el capitalismo se
reestructurara.
Las sociedades occidentales son hoy en día muy
diferentes: en las estructuras por edades de la población,
en el mercado del trabajo, en las estructuras familiares y en las
causas de la
pobreza.
Los Estados disminuyen su capacidad frente al mundo
económico y la economía es cada vez más
globalizada y dinámica.
Frente a este nuevo panorama (signado por los cambios
tecnológicos en el área de la informática, la biogenética, las
telecomunicaciones, la irrupción con fuerza
en el escenario internacional de los países en desarrollo,
los problemas medioambientales de carácter global, y los
fenómenos migratorios potencialmente masivos) parece
indispensable que el Estado de Bienestar debe reformarse con
profundidad.
Y es en estos albores cuando aparecen las denominadas
políticas de "terceras vías" que intentan plantear
una renovación de la socialdemocracia en un mundo en que
las viejas ideas de la izquierda han quedado obsoletas, mientras
que las de la nueva derecha son inadecuadas. El gran dilema es
cómo "humanizar" el mercado de manera que produzca los
buenos efectos que se esperan, sin producir los graves
inconvenientes que hasta ahora ha provocado.
En la actualidad, el Estado de Bienestar crea hoy tantos
problemas como los que resuelve. Básicamente, Anthony
Guiddens sostiene que la "tercera vía" se refiere a un
marco de pensamiento y
política práctica que busca adaptar la
socialdemocracia a un mundo que ha cambiado esencialmente a lo
largo de las tres últimas décadas. Es una tercera
vía en cuanto es un intento por trascender tanto la
socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo.
A propósito de Europa, Ulrich Beck explica que
los llamados Estados de Bienestar de esta región han
entrado en una espiral descendiente y sus postulados son
enjuiciados bajo la lupa de la globalización, los
costos
financieros y económicos y la reducción de los
ingresos
fiscales. De igual modo la situación del trabajo mediante
el saber y el capital genera preocupación, toda vez que no
sólo las organizaciones
sindicales pierden negociación sino que a los excluidos se
los considera de manera oficial como económicamente
inactivos o retirados.
Ahora bien, frente a las grandes transformaciones
sociales, económicas, políticas y culturales que se
fueron gestando en este último lapso de tiempo es
conveniente intentar encontrar una respuesta a dos interrogantes
fundamentales. ¿Qué es la globalización y qué implicaciones
tiene? ¿En que sentido el individualismo, si lo hay,
está haciendo las sociedades modernas más
individualizadas?
Como primer punto hay que tener en cuenta que la
globalización no es sólo interdependencia
económica, sino la transformación del tiempo y del
espacio (13). En sociedades cada vez más
informatizadas podemos observar claramente como la
revolución en las comunicaciones
y la extensión de la tecnología
están vinculadas al proceso globalizador. Y esto conlleva
a un mundo de comunicación electrónica instantánea que
reorganiza las instituciones locales y las pautas vitales de la
vida cotidiana (14).
En alusión al primer interrogante antes
mencionado pienso que es de gran utilidad
académica puntualizar tres definiciones que hace Beck al
respecto. Para este pensador alemán, la primera
definición está centrada en el concepto de
globalismo definido como una concepción global
según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al
quehacer político (la ideología del dominio del
mercado mundial o la ideología del liberalismo). La
segunda definición tiene que ver con
globalización, que viene a señalar los
procesos en
virtud de los cuales los estados nacionales soberanos se
entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus
respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y
entramados varios. Y finalmente, el significado del
término globalidad, concepto que define la
existencia de una sociedad mundial y la ficción de los
espacios cerrados.
Tanto Guiddens como Beck ven a la
globalización como una compleja serie de procesos,
impulsados por una amalgama de factores políticos y
económicos que está transformando la vida diaria,
especialmente en los países desarrollados, a la vez que
crea nuevos sistemas y
fuerzas transnacionales. "La globalización está
transformando las instituciones de las sociedades en que
vivimos" (15).
Por otra parte, en las sociedades postradicionales
(16), el nuevo individualismo está asociado a la
aniquilación de la tradición y de la costumbre en
nuestras vidas, fenómeno altamente relacionado con el
impacto de la globalización. Se produce una
transformación de las significaciones colectivas y hay un
quiebre que impacta en el proceso de individualización.
Ahora la cohesión social ya no puede garantizarse mediante
la acción social del estado ni mediante el apego de la
tradición.
Durante este proceso se establecen cambios
significativos como la emergencia de un nuevo tipo societal, la
ruptura en las instituciones sociales y la separación
creciente entre el objeto y sujeto. Además, la integración social ya no puede entenderse
como una correspondencia entre el actor y el sistema, la
política y el trabajo dejan de ser determinantes y la
identidad va estar centrada en el primado del Yo, es decir, que
los individuos se definen a distancia de las estructuras sociales
y a veces en contra de los colectivos sociales.
Es en estas sociedades postradicionales donde se produce
el deterioro y descomposición de los magmas de sentido
colectivo y de determinados grupos (por
ejemplo, fe en el progreso, conciencia de clase) pertenecientes a
la cultura de la sociedad industrial. De ahora en adelante todos
los esfuerzos están centrados en la figura del
individuo.
¿En qué consiste este proceso de
individualización? ¿Y en qué se diferencia,
por ejemplo, al mencionado por autores clásicos como G.
Simmel, E. Durkheim y M.
Weber?
Básicamente este proceso de individualización
significa un proceso de revinculación y
desvinculación a nuevas formas de vida en una sociedad en
la cual los individuos deben ser autores de su propia biografía. Cabe
destacar que el término individualización no
significa, en este caso, atomización, aislamiento o
soledad sino que significa, primero, la desintegración y,
segundo, la sustitución de las formas de vida
socioindustriales por otras, en las que los individuos construyen
sus propias biografías.
El individuo se libera de las normas
obligatorias y las estructuras dejan de ser determinantes; en
tanto, los entornos culturales ya no son determinantes y el obrar
del hombre no está condicionado o sujeto a normas fijas
sociales. El individuo se ve confrontado con sus nuevas
decisiones individuales y autosignifica su propia vida al mismo
tiempo que la familia deja de ser la unidad de
reproducción social. "Los individuos no están
condenados a ser libres sino a individualizarse " (Sartre).
El concepto de individualización presupone al
"individuo como actor, diseñador, malabarista y
director de escena de su propia biografía, identidad,
redes sociales,
compromisos y convicciones. Individualización significa la
desintegración de las certezas de la sociedad industrial y
de la compulsión de encontrar y buscar nuevas certezas
para uno mismo y para quienes carecen de ellas. Pero
también significa nuevas interdependencias, incluso
interdependencias globales. La individualización y la
globalización son, de hecho, dos caras del mismo proceso
de modernización reflexiva" (17). En
síntesis, el motor del cambio
social es la individualización.
En tanto, la diferencia con los autores clásicos
de la sociología (Simmel, Durkheim y Weber) se
basa en que hoy los hombres no son "liberados" de las permanentes
certezas religioso-trascendentales en el seno del mundo de la
sociedad industrial, sino fuera, en la turbulencia de la sociedad
mundial del riesgo. Los
hombres deben entender su vida, desde ahora en adelante, como
estando sometida a los más variados tipos de riesgo, los
cuales tienen un alcance personal y global
(18). El individuo está obligado a vivir de una
manera más abierta y reflexiva que las generaciones
anteriores.
Ahora bien, ¿Qué significa vivir de una
manera reflexiva? ¿En qué consiste la modernidad
reflexiva a la que aluden A. Guiddens y U. Beck?
¿Qué es lo que conduce a esta situación?
¿Qué diferencia se puede establecer con la sociedad
industrial?
El concepto de modernidad reflexiva fue lanzado por
U.Beck (y al que luego adhirió A. Guiddens y Scott Lash)
en 1986 para sostener que se han diluido las certezas de la
modernidad y ahora el hombre se
enfrenta a nuevos desafíos (19).
La modernización reflexiva refiere: por un
lado, a una época de la modernidad que se desvanece y, por
otro, al surgimiento anónimo de otro lapso
histórico, surgimiento que no se gesta a causa de
elecciones políticas, del derrocamiento de gobierno alguno o
por medio de una revolución, sino que obedece a los
efectos colaterales latentes en el proceso de
modernización autónoma según el esquema de
la sociedad industrial occidental. El sujeto de esta
destrucción creadora no es la crisis, sino el triunfo de
la modernización occidental. (20)
La modernización reflexiva básicamente
cuestiona la rigidez y la insuperabilidad de los supuestos de la
sociedad industrial. No tiende a la autodestrucción, sino
a la autotrasformación de la modernización
industrial. La modernidad reflexiva alude no tanto a la
reflexión (como el adjetivo "reflexivo" parece sugerir)
sino a la autoconfrontación: el tránsito de la
época industrial a la del riesgo se realiza anónima
e imperceptiblemente en el curso de la modernización
autónoma conforme al modelo de efectos colaterales
latentes.
Lo importante a tener en cuenta como eje central de la
modernización reflexiva es que el avance de la
individualización ha liberado a los individuos de las
estructuras colectivas y abstractas tales como la clase, la
nación,
la familia nuclear y la creencia incondicional en la validez de
la
ciencia.
De este modo, la modernidad reflexiva se alcanza
sólo en la crisis de la familia nuclear y la
autoorganización concomitante de las narraciones vitales;
con la pérdida de influencia de las estructuras de clase
sobre los agentes: en la conducta electoral, en las pautas de
consumo, en la afiliación sindical; con el desplazamiento
de la producción regulada por la flexibilidad laboral; con
la nueva desconfianza ecológica y la práctica de la
ciencia
institucionalizada (21).
Antes de seguir avanzando con el desarrollo del trabajo
creo que es conveniente esbozar una sutil diferencia entre la
visión de U. Beck y A. Guidens, por un lado, y la plasmada
por S. Lash, por el otro. Los dos primeros presuponen que la
reflexividad tiene una naturaleza
cognitiva (de supuestos racionalistas, la reflexividad en este
caso está mediada por el
conocimiento). En cambio, el enfoque de Lash pone
énfasis no en la dimensión cognitiva sino en la
dimensión estética de la reflexividad y entiende
como estético no sólo al "gran arte", sino
más bien a la cultura popular y la estética de la
vida cotidiana.
Por otra parte, el concepto de riesgo es central para
estos teóricos de la modernización reflexiva. La
sociedad de riesgo –van a sostener- es sin duda un producto
del capitalismo. Los procesos de modernización generan sus
propios riesgos, es
decir, que la modernización se vive como un proceso de
radicalización en donde se rompen las certezas de la
modernidad. La modernización genera riesgos que no puede
controlar; riesgos sociales, ecológicos,
técnicos.
Los peligros empiezan a dominar en el ambiente
social. Las amenazas que produce este tipo de sociedad exceden la
idea que tienen los hombres de seguridad y, en cierta medida, el
hombre es inyectado a la sociedad industrial encontrándose
con un sin número de riesgos. La sociedad se torna como un
problema para sí misma y se ve enfrentada a problemas que
no puede controlar, los riesgos se pueden expresar en
términos de probabilidad pero
no pueden eliminarse. Estos son de carácter incontrolable
y de efectos innumerables. Y como las estructuras no pueden
controlar el riesgo, entonces aparece la noción de
incertidumbre.
El tránsito de la época industrial a la
del riego se realiza anónima e imperceptiblemente en el
curso de la modernidad autónoma conforme al modelo de
efectos colaterales latentes. Las constelaciones de la sociedad
de riesgo se producen a causa del dominio de los supuestos de la
sociedad industrial sobre el pensamiento y la acción de
los hombres e instituciones. Estos procesos de
modernización -señala Beck- generan de manera
latente peligros, que cuestionan, denuncian y transforman los
fundamentos de la sociedad industrial.
El principal adversario de la industria
atómica (la industria química y
demás) no es el grupo de manifestantes concentrados frente
a las centrales nucleares, o la opinión
pública crítica (…), el adversario más
convencido y pertinaz de la industria atómica es la
industria atómica. La protesta puede decaer pero el
escándalo del peligro perdura (22).
Es en este sentido, y a través de un agudo
análisis, que Guiddens sostiene que la
modernidad se ha hecho experimental. Todos los hombres, de alguna
manera, están atrapados en un grandioso experimento pero
no en un experimento en el sentido del laboratorio,
porque no se gobiernan los resultados dentro de parámetros
o patrones fijos; sino más bien puede ser visto como una
aventura peligrosa. "Todos estamos atrapados en experimentos
cotidianos cuyos resultados, en un sentido
genérico, están tan abiertos como los que afectan a
la humanidad en su conjunto" (Guiddens).
Ahora bien, ¿cómo es posible pensar en el
bienestar social en una sociedad en donde la clase
política incurre en la implantación de peligros en
el mundo y en la minimización de su importancia, peligros
que incluso amenazan la existencia misma de la humanidad?
¿Cómo debe pensarse la política en esta
modernidad tardía o segunda modernidad?
Una de las características más notables de
esta época es que, sin duda alguna, la política se
ha devaluado. Los cambios producidos por la globalización
han amenazado a los partidos ortodoxos, mientras que diferentes
movimientos sociales pusieron de relieve las
cuestiones que caían fuera de la política
tradicional, la ecología, los
derechos de los
animales, la
sexualidad,
los derechos de los consumidores y muchas otras. Es en este
sentido que U. Beck habla de una "subpolítica". Los nuevos
movimientos, grupos y ONGs comienzan a ser verdaderos
protagonistas en la escena mundial (23).
La meta general a la que apunta A. Guiddens cuando
menciona a la tercera vía es que esta debería
ayudar a los ciudadanos a guiarse en las grandes revoluciones de
nuestro tiempo: la globalización, las transformaciones de
la vida personal y la relación del hombre con la
naturaleza. "La política de la tercera vía
debería adoptar una posición positiva hacia la
globalización" (Guiddens). Y para ello el tema de la
modernidad reflexiva es condición fundamental para la
nueva política que busca establecer una nueva
relación entre individuo y comunidad, una
redefinición de derechos y obligaciones.
Al respecto, U. Beck va a plantear algo similar a lo del
sociólogo inglés
al sostener que sólo si se logra mediante el monopolio
político basado en el par de izquierda-derecha, que fue
ideado originariamente con la revolución
francesa y que consolida su poder con la modernización
industrial, se pueden conceptualizar las tensiones de la
modernidad reflexiva. Sólo entonces tales tensiones pueden
adoptar forma de organización política. Y agrega que
es fundamental crear una política creativa que justamente
no cultive y renueve las viejas hostilidades, sino que proponga y
forja nuevos contenidos, formas y coaliciones, es necesario que
se genere la invención de lo
político.
Ahora bien, en la modernidad reflexiva las oportunidades
de vida -el resultado de quiénes son los ganadores de la
reflexividad y quiénes los perdedores- dependen del lugar
en el modo de la información. Las oportunidades de vida en
la modernidad reflexiva son cuestión de acceso no al
capital productivo o a las estructuras de producción, sino
del acceso al y del lugar en las nuevas estructuras de
información y comunicación (24).
Si bien es cierto que los teóricos de la
modernidad reflexiva tienen sus ojos puestos en Europa, y
básicamente en sociedades desarrolladas o llamadas de
primer mundo, ¿es posible pensar en iguales
términos en sociedades periféricas como la de
países latinoamericanos castigados por una gran disparidad
social y con índices de pobreza
alarmantes?
Una respuesta a este enigma, y que pienso que abre un
interesante abanico crítico al respecto, es la que plantea
el sociólogo chileno Fernando Robles. Este pensador social
sostiene que es imposible establecer algún tipo de
comparación con las sociedades que él denomina
periféricas "ya que los modelos de
construcción de la individualidad
así como que los paradigmas de
reconstrucción, interpretación y observación de la sociología
respecto de ellos, no pueden ser idénticos en sociedades
de capitalismo desarrollado y en las sociedades de la periferia".
Y en su estudio agrega que la dinámica de las sociedades
periféricas si bien genera relaciones de interdependencia
y asimetría con el resto de las naciones desarrolladas en
el mundo globalizado, significa además
relocalización y deslocalización.
Deslocalización en la medida en que la
globalización afecta singularmente desde afuera a los
países de la periferia, y deslocalización porque
para que la globalización funcione, debe convertir lo que
proviene desde afuera en un componente de una cultura global. Por
lo tanto, el capitalismo periférico nada tiene que ver con
el capitalismo desarrollado, sino que es algo particular con
características particulares en cada caso pero muy lejos
de parecerse a aquel (25).
Finalmente, si bien es cierto que es difícil
pensar en términos de modernidad reflexiva a las
sociedades subdesarrolladas con altos índices de pobreza
como las latinoamericanas y los países de tercer mundo,
creo que lo novedoso de autores como Beck y Guiddens radica en
que introducen nuevas categorías de análisis para
el estudio de determinados fenómenos sociales. Y es en ese
sentido donde radica su importancia académica.
- Richard Titmuss, Essays on the Welfare State,
Londres, George Alle and Unwin, 1963, p. 39. - David Harvey, La condición de la Posmodernidad, Amorrortu, noviembre 1998, p.
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- Eric Hobsbawn, Historia del Siglo XX, Barcelona,
Crítica, 1995, cap. XIV, p. 404. - Manuel Castells, La era de la información,
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- Hobsbawn, p. 414.
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Economic Alternative?, Manuscrito inédito, Universidad
de Chicago, 1986. - Wolgang Merkel, ¿Final de la socialdemocracia?
Recursos de poder y política de gobierno de los partidos
socialdemócratas en Europa Occidental, Valencia,
Ediciones Alfons el Magnanim, 1995, cap. 6, p. 194. - Anthony Guiddens. Tercera Vía.
- Román Gubern, en el libro "El
eros electrónico", señala como las nuevas
tecnologías de información y
comunicación están generando efectos emocionales
en la población que, previsiblemente, se irán
incrementando en el futuro, adquiriendo nuevas
características. - Anthony Guiddens. Tercera Vía.
- Guiddens emplea el término de sociedad
postradicional para referirse a un tipo de sociedad en donde la
autoridad ya no puede legitimarse mediante símbolos
tradicionales o diciendo "así es como se ha hecho
siempre las cosas". - Beck, Ulrich. La reinvención de la
política: hacia una teoría de la teoría de
la modernización reflexiva, en: U. Beck, A. Guiddens y
S. Lash: Modernización Reflexiva. Política,
Tradición y estética en el orden social moderno,
Alianza, Madrid. - Beck, Ulrich. Las consecuencias perversas de la
Modernidad. Modernidad, contingencia y riesgo. Cap. VI, p.
205. - Según la visión de Beck, la
modernización reflexiva postula en cierta forma lo
contrario a la "Dialéctica de la
Ilustración" (Adorno y Horkheimer). Plantea una
dinámica autónoma, que se autocontrarresta y, que
por ello, claudica y se desgarra el férreo estuche de la
industria moderna. Es decir, el envejecimiento de la modernidad
industrial producido por sí misma no es un anhelo, ni
esperanza, ni una promesa, sino un diagnóstico,
según el cual: la modernidad industrial genera cual
impulso y autodinámica con independencia de la voluntad y del pensamiento
de los hombres, una segunda modernidad. - Beck, Ulrich. Las consecuencias perversas de la
modernidad: Modernidad, contingencia y riesgo. Teoría de
la Modernización Reflexiva. Cap. VII. - Ulrich Beck, Anthony Guiddens y Scott Lash.
Modernidad Reflexiva. Política, tradición y
estética en el orden social moderno. S. Lash, la
reflexividad y sus dobles: estructura, estética,
comunidad; Cap. III, p. 139. Alianza Editorial. - Beck, Ulrich. Las consecuencias perversas de la
modernidad: Modernidad, contingencia y riesgo. Teoría de
la Modernización Reflexiva. Cap. VI, p. 208. - El crecimiento abrupto que evidenciaron las
organizaciones sociales y no gubernamentales en la Argentina en
los últimos 20 años se convirtieron en un espacio
que aglutina a 80.000 entidades, moviliza 12 millones de pesos
anuales, emplea a 395.000 personas y convoca a más de
2,5 millones de voluntarios. - Ulrich Beck, Anthony Guiddens y Scott Lash.
Modernidad Reflexiva. Política, tradición y
estética en el orden social moderno. S. Lash, la
reflexividad y sus dobles: estructura, estética,
comunidad; Cap. III, p. 150. Alianza Editorial. - Fernando Robles. Individualización e
individuación, inclusión/exclusión y
construcción de identidad en las sociedades
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una sociología de la exclusión. Departamento de
Sociología, Universidad de
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Juan Manuel Martinez Sáenz