En
1874, un grupo de
artistas organizo en Paris una exposicion
independiente de cuadros, en un intento deliberado de conseguir
para sus obras una salida al margen del salon oficial. Uno de los
participantes, Claude Monet, expuso un cuadro que llevaba por
titulo Impresión: Amanecer ; varias reseñas
de la exposicion
escogieron este titulo por considerar que reflejaba la
caracteristica predominante de las obras alli expuestas, y un
critico, Louis Lorey, titulo su reseña "La exposicion de los
impresionistas". Si bien ninguno de los artistas empleaba de buen
grado el nombre -se empleaba para describir cuadros de tipos muy
diversos-, la denominacion hizo fortuna, y lo que habia nacido
como una ocurrencia de la critica se transformo en el nombre de
uno de los movimientos artisticos mas mas significativos de las
postrimerias del siglo XIX.
Después de exponer "Impresión, amanecer" , Monet,
fue el blanco de los críticos y el líder
teórico del grupo que,
como él, se preocupaba por transmitir su impresión.
Definió las reglas de la nueva corriente.
Característica de su técnica,
"Impresión, amanecer" muestra un
conjunto de manchas cálidas donde destaca la luz mas intensa
del sol mientras a penas se sugieren algunas siluetas de
barcas.
Resulta imposible
encontrar una definicion para abarcar la gama de cuadros que
suelen describirse con el termino "impresionismo";
sin embargo, el paisaje impresionista por excelencia tine ciertas
caracteristicas identificables: es de tamaño relativamente
pequeño e irregular en cuanto a la composicion, y por lo
genreal en su mayor parte se realizaba al aire libre; sus
colores son casi
siempre brillantes y contrastantes, la pincelada libre e
intuitiva. La discusion de estos factores, unida a una
consideracion del impresionismo
dentro de sus contexto historico y sobre el fondo del ambiente
intelectual y social, nos puede llevar a definir la naturaleza y al
alcance genuinos de este movimiento.
El impresionismo se
presenta como una prolongación del realismo. Nace
bajo su influencia y adopta, como él, los temas de la vida
cotidiana. Se situa en la cumbre de los estudios
pictóricos sobre la luz que se vienen
llevando a cabo desde el renacimiento,
y propone cuadros luminosos en antitesis con los sepias
consagrados por la tradición.
- Los realistas mostraban aspectos
serios de la sociedad. Los
impresionistas lo hacen pocas veces aúnque
magistralmente como en este cuadro de Caillebotte donde se
estudia el trabajo
de los carpinteros. Prefieren enfocar los momentos gratos de la
vida como son los placeres: jardines, fiestas, restaurantes,
paseos, baños… - La luz, alegre o
agobiante, domina sus cuadros gracias al culto a los reflejos
(agua,
espejos), a la abundancia de colores claros
y brillantes y a la casi ausencia de negros: fieles a los
descubrimientos de Constable, trabajan a fuera cuando el tema
lo requiere, y pintan las sombras a todo color. Como
él, también tratan de capturar "el
momento". - Estimulados por la ciencia,
escogen no mezclar los colores en la
paleta dejando el trabajo
de fusión
al ojo del espectador: usan colores puros
que aplican uno al lado del otro en pequeñas
pinceladas. - El resultado afecta la
definición de las formas. Estas tienden a una
desintegración que la burguesía
contemporánea resiente como un ataque a sus valores. - La cercanía de la
cámara fotográfica, por otro lado, justifica el
esfuerzo de los impresionistas para salirse del estrecho marco
de la representación a la vez que les abre
nuevas…perspectivas: como ella, los pintores impresionistas
buscan ángulos nuevos para capturar la vida,
especialmente el espectáculo de la ciudad. - El impresionismo
solo pretende transmitir la impresión del pintor. Es por
lo tanto subjetivo, a la diferencia del realismo.
Contemporaneo de descubrimientos sobre
el color y la
visión, cambia los paradigmas
tradicionales de la pintura
respecto a ellos. Contemporaneo también de las primeras
fotografías, questiona la importancia de la
representación, las poses y la composición
tradicional. Ademas, es marcado por la difusión de las
estampas japonesas y por la economía que estas
manejan en su tratamiento de la figura.
El impresionismo se
manifiesta escasamente en la literatura y en la música. En cuanto a
las artes figurativas, no se conoce una arquitectura
impresionista y fuera de la figura asombrosa de Rodin o de la,
menos famosa, del italiano Medardo Rosso, resulta difícil
hablar de escultores impresionistas. El impresionismo se revela
primeramente en la pintura.
Los pintores son numerosos y prolijos. Aúnque París
sea la capital
artística del fin de siglo, brillan también nombres
extranjeros entre los de los innovadores y esto permite la
exportación del movimiento.
Otro aspecto importante: la fuerza de la
corriente no logra ahogar el individualismo de los artistas.
Se consideran generalmente como iniciadores Manet y Monet.
Los siguen, entre otros,
- Renoir,
- Degas y
- Toulouse Lautrec.
Eslabones hacía el futuro, vienen
finalmente Seurat y Sisley, los puntillistas, y
- Cezanne,
- Gauguin y
- Van Gogh.
Vincent Van Gogh
El artista holandés Vincent van Gogh es actualmente uno
de los pintores más conocidos del mundo, pero gran parte
de su fama se debe a su trágica vida y a la carga
dramática que posee su coña carrera. Su obra, su
personalidad y
sus inquietudes intelectuales, claramente visibles en sus
más de 600 cartas que se
conservan, exigen, sin embargo, un análisis más profundo. Fue un
hombre muy
inteligente, sensible y de gran personalidad,
ávido lector de libros de
literatura de la
época, filosofia e
historia y
enterado de las interesantes corrientes artísticas y
sociales del siglo XIX.
Antes de morir, a la edad de treinta y siete años, la vida
de Van Gogh se había
centrado en tres puntos: la religión, el arte y la
literatura.
Había nacido en Zundert (Holanda). Su padre era pastor
evangelista y entre sus tíos había marchantes de
arte,
almirantes y libreros.Empezó a trabajar en 1869, a los
dieciséis años de edad, en la galería de
arte que su
familia
poseía en La Haya; la galería se había
asociado con una compañía francesa y era conocida
como Goupil et Cie. A Vincent le gustaba el trabajo en
ella, pues ya se sentía absorbido por el arte. Su primer
contacto con él se produjo
desde la óptica
del marchante y crítico aficionado, y su juicio era agudo
y certero. Le gustaban los pintores holandeses del siglo XVII,
como Rembrandt, Hals y Jacob Ruisdael, y los paisajistas
franceses de la Escuela de
Barbizon, como Millet, Rousseau y
Dupré. También apoyó a la recientemente
creada Escuela de La
Haya, forrnada por varios artistas holandeses, a muchos de los
cuales llegó a conocer personalmente durante su estancia
en La Haya de 1869 a 1873. Su gusto y admiración por estos
artistas no cambió en toda su vida. En 1888
escribió a su amigo, el artista Emile Bemard:
«Cuando visito el Louvre, cosa que sigo haciendo, con gran
emoción voy, antes que nada, a ver los cuadros de los
holandeses, especialmente los de Rembrandt».
Van Gogh trabajó para Goupil et Cie. en Londres (1873-75)
y París (1875-76),
pero sufrió una depresión
tras una desafortunada experiencia con la hija de su patrona
londinense, y en abril de 1876 acabó siendo despedido de
la compañía. Entonces se hizo paulatinamente
más profundamente religioso y se dedicó a leer la
Biblia con asiduidad. En 1877 trabajó durante varios meses
para un librero de Dordrecht. Su amor por la
literatura se
traducía en sus variadas lecturas y en sus amplios
gustos.
Admiraba, entre otros, autores como el historiador francés
Michelet, novelistas como Zola, los herrnanos Goncourt y
Maupassant y escritores ingleses como George Eliot, Dickens y
Carlyle. Posteriorrnente introdujo sus libros
preferidos en sus cuadros. Así, en el retrato del Dr.
Gachet el retratado apoya su hombro en dos novelas de los
herrnanos Goncourt, Germinie Lacertueux y Manette Salomon. Los
libros
también inspiraron directamente su pintura: el
cuadro titulado La Berceuse, es decir, la acunadora, en
que aparece madame Roulin, la mujer del
cañero de Aries, fue pintado después de que Vincent
leyera la obra de Píeme Loti Pécheurs d'lslande
(Pescadores de Islandia) y sintiera que los marinos podían
agradecer en alta mar la contemplación
de una imagen del
cariño materno, como era ésta.
A finales de los años 70, la religiosidad de Van Gogh se
fue agudizando. Pasó
nueve meses en Inglaterra
colaborando con los metodistas, y llegó a escribir y
pronunciar un largo sermón. A mediados de 1877
decidió seguir los pasos de su padre e ingresar en la
Iglesia
evangélica. Con este fin estudió en Amsterdam y
Bruselas, y en el mes de noviembre de ese mismo año fue de
prueba como evangelizador a una región minera de
Bélgica asolada por la miseria, el Borinage. Fue una
época trascendental para Van Gogh, que vivió la
práctica del Evangelio, dedicándose por entero a
los mineros, cuidándoles cuando resultaban heridos en una
explosión en una mina, despreocupado de la ropa, la comida
y otros asuntos terrenales. Pero su voluntad de llevar a la
práctica al pie de la letra los mandatos del Evangelio
chocó con las altas jerarquías
eclesiásticas. Su comportamiento
contradecía las convenciones aceptadas en su clase y
actividad, y fue expulsado del estamento religioso. Van Gogh
renegó de la hipocresía del alto clero y de las
llamadas «personas respetables». Pronto seña
rechazado de nuevo por vivir demasiado de acuerdo con sus ideas
religiosas: en efecto, en La Haya muchos artistas le dieron la
espalda por dar cobijo a una mujer abandonada
y desamparada. En 1884, en Nuenen, su amistad con
Margot Begerman fue objeto de tales habladurías, que
ésta intentó suicidarse. Por eso escribió a
su hermano Theo:
«Por el amor del
cielo, ¿qué sentido y significado tiene la absurda
religión
que profesa la gente respetable? Resultan totalmente absurdos,
conviniendo a la sociedad en una
especie de manicomio, en el que todo está patas
arriba…»
A los veintiséis años, Van Gogh había
realizado ya vados trabajos y en todos
había fracasado. Vagó entonces por el Borinage
totalmente desesperado, como cuenta a Theo en una carta emocionante
escrita en el mes de julio de 1880. Todo lo que le interesaba se
fue concentrando entonces en una sola actividad: el arte. Se
centró en el arte que conocía (Rembrandt,
Delacroix, Millet) y en los libros de
Dickens, Victor Hugo y Michelet. Escribió por
entonces:
«Hay algo de Rembrandt en Shakespeare… de
Delacroix en Victor Hugo; y hay algo
de Rembrandt en los Evangelios, o algo de los Evangelios en
Rembrandt.»
Durante sus paseos por el Borinage, Van Gogh había
intentado llegar hasta Courriéres para visitar a un
artista al que admiraba, Jules Breton. Veamos cómo
describe el momento en que tomó la decisión:
«Pues bien, incluso sintiéndome profundamente
miserable, recuperé algo de la energía perdida y me
dije: a pesar de todo, volveré a trabajar, a coger el
pincel, que he
abandonado por el gran desaliento que noto en mí, y
seguiré dibujando. A partir de ese momento tenía la
sensación de que todo había cambiado.»
Van Gogh había dibujado antes de 1880. En su juventud
había realizado bonitos dibujos,
fundamentalmente copias de grabados. También había
hecho pequeños apuntes y caricaturas para una niña
de La Haya en 1872 y 73. Nos ha dejado imágenes
de la mayor parte de las casas en que vivió. Al volver a
coger el pincel, tenía las ideas más claras sobre
lo que quería hacer: deseaba realizar dibujos de
gente trabajando en un estilo crudo, adecuado al tema de las
obras, que expresara sus sentimientos sobre «la
gente»: primero los mineros, después los tejedores
y, por último, los campesinos de Brabante y Provenza.
A partir de este momento su carrera se divide en períodos
dominados por los lugares en que vivió: Etten en 1880, La
Haya en 1881 a 1883, Drenthe en 1883, Nuenen en 1883 a 1885,
Amberes de 1885 a 1886, París de 1886 a 1888, Aries en
1888, St. Remy en 1889 y 90, y Auvers en 1890. Durante la primera
mitad de su carrera artística vivió en Holanda,
donde desarrolló un estilo personal dentro
de la línea de la Escuela de La
Haya. Seña un error olvidar las primeras obras de su corta
carrera. Los colores
sombríos, las espesas capas de pintura y el
gusto por la representación de campesinos en sus
cabañas o trabajando en los campos recuerdan las pinturas
de Josef Israels (1824-1911) y Anton Mauve (1838-88).
Mauve estaba emparentado con Van Gogh por matrimonio y se
habían hecho muy amigos. Vincent le pidió consejo y
apoyo cuando decidió ser artista. Mauve fue su
único maestro en el sentido estricto de la palabra: Van
Gogh siempre le estuvo agradecido. Cuando se enteró de su
muerte,
acaecida en 1888, Vicent escribió en uno de sus mejores
cuadros, un árbol brotando de nuevo al llegar la
primavera: «Souvenir de Mauve», y lo envió a
su viuda. En esa época se sintió atraído por
la pintura de
figuras, ya que pensaba que la manifestación más
alta del arte modemo era la representación de los
campesinos en acción. Algunos de sus mejores dibujos
están inspirados en los hombres y mujeres de Nuenen
captados en sus faenas agrícolas. Entre los cuadros de
estos años destacan Los comedores de patatas, en el
que se ve a una familia reunida
alrededor de una mesa a la tenue luz de su vieja
lámpara de petróleo,
comiendo las patatas que han cultivado y recolectado. El tema
había sido tratado ya por otros artistas holandeses de la
época bajo los títulos de «La comida
frugal» o «Comedores de patatas» ; a Josef
Israels le gustaba especialmente este asunto. El cuadro de Van
Gogh carece, sin embargo, de todo sentimentalismo,
carácter anecdótico o comentario social evidente.
La pincelada es vigorosa, los colores sombríos, y la
pintura refleja el sincero aprecio que Van Gogh sentía por
estos campesinos. Era consciente de que su forma de vida iba
siendo minada por la industrialización, que acabaña
con la existencia sencilla que hasta entonces el hombre
había llevado en contacto directo con la naturaleza.
Van Gogh se sentía, sin embargo, aislado en el campo,
lejos de otros artistas, y por eso se matriculó en una
academia de dibujo de
Amberes. Pero, repentinamente, decidió trasladarse a
París, y envió a Theo esta nota: «Querido
Theo, no te enfades conmigo por actuar tan precipitadamente…
Estaré en el Louvre a partir del mediodía o antes,
si así lo deseas».
En París estaban surgiendo nuevas ideas y movimientos, y
esto excitaba la imaginación de cualquier artista joven.
Van Gogh pudo ver la exposición de los impresionistas, los
Salones anuales, la exposición del nuevo Salón
Nacional, una retrospectiva de su artista preferido, Millet,
exposiciones de Monet y Renoir en la galería Petit y obras
simbolistas de Gustave Moreau y Odilon Redon. Frecuentó el
estudio del renombrado pintor Ferdinand Cormon, y allí
conoció a Henri de Toulouse-Lautrec. La obra de los
colores eran brillantes y alegres; el tema, libre, aunque
predominaran las vistas de París y los paisajes. Vincent
se puso a experimentar en seguida en la práctica las ideas
de los neoimpresionistas, que había conocido a
través de Paul Signac. Puntos de color quebrado
empezaron a verse en sus lienzos, y pinceladas nerviosas, como si
se hubieran aplicado con prisa. Esta tendencia fue
aumentando.
Van Gogh llegó a París en un momento en que los
artistas jóvenes estaban desarrollando una serie de ideas
que iban más allá del impresionismo, y en que los
artistas ya consagrados, como Monet y Renoir, empezaban a
explorar estas nuevas ideas. Vincent se interesó por
ellas, pero prefirió seguir una línea más
personal,
influido por los grabados japoneses entonces de moda en
París. El cubrimiento de amplias zonas del lienzo con un
color puro y la
elección de temas populares hicieron que el artista
considerara estos grabados como obras no puramente decorativas,
sino
susceptibles de un análisis más profundo: eran un
edén de luz y color.
Las tensiones y luchas existentes en la vida artística
parisina de la época entre las distintas tendencias
disgustaron a Van Gogh, que decidió marchar al sur de
Francia a
buscar su propio Japón de luz y color. Allí
esperaba encontrar una comunidad de
artistas que colaboraran entre sí, como la Escuela de
Barbizon, la de La Haya y los talleres de grabadores japoneses.
Al pintor le atraía el sur, y sentía que
había encontrado su Japón: pero también le
recordó a su Holanda natal. Escribió a su hermana
que lo que había aprendido en París no le
servía, y en sus cartas a Theo
decía que la campiña de Provenza le recordaba las
obras de Ruisdael y Hobbema. En los paisajes pintados por Van
Gogh en esta época aparecen las mismas llanuras inmensas
que en los dos pintores holandeses del siglo XVII; además,
se repite el motivo holandés de los puentes levadizos, que
habían sido construidos en Provenza
por ingenieros venidos de los Países Bajos.
En 1888 Vincent convenció a Paul Gauguin de que se
reuniera con él en Aries con el fin de fundar una sociedad de
artistas que llevaría el nombre de «Estudio de los
trópicos». Pero los dos artistas tenían
distintos puntos de vista sobre pintura, y esto se tradujo en
violentas discusiones que Van Gogh calificó de
«eléctricas». Gauguin queda liberar al arte de
su dependencia de la naturaleza,
mientras que el pintor holandés había dedicado su
carrera al estudio naturalista de la realidad que le rodeaba.
Había escrito a Émile Bemard: «Podemos (y los
antiguos pintores holandeses ya lo hicieron)…, podemos pintar
un átomo de
caos, un caballo, un retrato, manzanas, un paísaje, a tu
abuela…» Él creía que estos temas
podían ser transformados, mediante el color y el
sentimiento, en símbolos. Por ejemplo, el jarrón de
flores más sencillo que Van Gogh pintó, Los
girasoles, es una bellísima evocación del sol
que se puede considerar única en la historia del
arte. Sin embargo, sigue siendo «un átomo de
caos» observado con humildad y amor.
Luego de cortarse la oreja por una discusión con Gaugin,
fue encarcelado y posterior liberación de Vincent;
más tarde volvería a ser encarcelado a
petición del pueblo de Aries, y finalmente ingresó
voluntariamente en el hospital psiquiátrico de St. Paul,
en St. Remy. La enfermedad de Van Gogh se caracterizaba por
frecuentes ataques, seguidos de períodos de letargo e
inactividad, a su vez seguidos de una completa lucidez y una
sorprendente actividad. Se ha dicho que era esquizofrenia,
epilepsia o una tara familiar hereditaria. El escaso desarrollo de
la psiquiatría en esa época dificulta el
conocimiento de su enfermedad, pero es probable que Van Gogh
padeciera un tipo de epilepsia temporal cuyos síntomas a
menudo recuerdan los de la esquizofrenia. Es
posible que su «locura» no afectara directamente a su
arte; pero esta experiencia y el miedo a futuros ataques, con la
consiguiente depresión,
inevitablemente tuvieron que desequilibrarle.
Van Gogh pintó en St. Remy y se observa un cambio en su
estilo: los tonos se hacen más sombríos y las
formas están agitadas, como si tuvieran energía
propia y escaparan al control del
artista. Las nubes se retuercen en un cielo tormentoso y los
cipreses suben hacia el cielo como si fueran de fuego. Resulta
significativo que Van Gogh volviera a inspirarse en temas de su
primera época y en artistas como Millet, Rembrandt y
Delacroix, cuya obra tradujo en sus cuadros con su propia paleta.
Pidió
a Theo que le enviara dibujos
antiguos y volvió a pintar campesinos, cabañas y
paisajes, reunidos bajo el título de «Recuerdos del
Norte». También dibujó de memoria una
versión de Los comedores de patatas. Una de sus obras
más importantes de este período es la copia del
aguafuerte de Rembrandt La resurrección de
Lázaro. En él, Rembrandt se servía de un
rayo de luz para simbolizar el poder que
emana de Cristo. Van Gogh elimina la figura de Cristo,
sustituyéndola por un gran sol amarillo, cuya luz,
representada por un dorado que inunda la pintura, simboliza la
fuerza de la
vida. Así, transforma a Rembrandt a través del sol;
el norte y el sur se juntan; la religión, el arte y
la naturaleza
forman una unidad.
Van Gogh volvió al norte en mayo de 1890. Pasó por
París, vio algunas exposiciones y visitó a su
cuñada por primera vez antes de marchar a Auvers. En este
pueblecito de las afueras de París fue tratado por su
amigo, el Dr. Gachet, que era médico, pintor y amigo de
los impresionistas. Van Gogh trabajó mucho en este
período, realizando dibujos y
pinturas a un ritmo de uno a dos por día. Sabiendo que se
suicidó en julio de ese mismo año, se está
tentado de mirar esta fase de su carrera
con otros ojos, intentando descubir en sus luminosos y
enérgicos cuadros premoniciones y augurios. A Vincent le
preocupaba su hermano Theo, que había sido su único
apoyo financiero durante los últimos diez años. La
angustia de la dependencia económica, la sensación
de fracaso, el miedo al futuro y a posibles nuevas crisis, con el
consiguiente riesgo de no
poder seguir
trabajando, debieron de pesar mucho, comprensiblemente, en su
ánimo. En una de sus últimas canas, Van Gogh se
muestra
preocupado por la vulnerabilidad de los artistas frente al
mercado
artístico. Ciertamente algunas de sus pinturas de esta
época expresan desolación y vacío.
El 27 de julio de 1890 Vicent intentó suicidarse con una
pistola: murió de resultas de las heridas dos días
después, en brazos de Theo, a los treinta y siete
años. La tragedia de su muerte ha
oscurecido su vida, y su obra a menudo parece acompañada
de una etiqueta invisible que dice: «Esto fue pintado por
un hombre que
estaba loco y se suicidó». Van Gogh fue un gran
dibujante y un colorista brillante. Al principio su estilo es
vigoroso, con perfiles marcados, pero se hace más flexible
al empezar a dibujar paisajes. En ellos la técnica es
variada, consistiendo en miles de toques diferentes: puntos,
manchas de color, pinceladas sinuosas, etc. La combinación
de estos elementos crea una sensación de energía,
movimiento,
vibraciones intensas. El período más conocido de
Van Gogh, desde el punto de vista de su pintura, es la
época de Arles (1888-89). En ella combinó sus
conocimientos técnicos de las nuevas teorías
sobre el color con el gusto por los grabados japoneses de colores
intensos, el estudio de la obra de Eugéne Delacroix y sus
temas preferidos: girasoles, campesinos y vistas del mar que
contempló y observó en el sur. Van Gogh era muy
sensiblq al color, del que se quería servir para expresar
algo más que la mera apariencia de las cosas. Con este fin
empleó combinaciones cromáticas casi
simbólicas; por ejemplo, en el retrato de un amigo
colocó una cabeza exageradamente
rubia sobre un fondo de color azul intenso para crear «el
misterioso brillo de una estrella pálida en el
infinito».
Queria incorporar a sus cuadros la energia de sus
dibujos. Por eso aplicaba al lienzo colores brillantes con
pinceladas nerviosas, creando formas sinuosas, resplandecientes
estrellas y soles rodeados de halos y rayos y cipreses con ramas
como lenguas de fuego
En Arles, se vuelve más personal. Desde
su ásilo, según los períodos y los permisos
que obtiene para salir, pinta retratos, auto-retratos, su cuarto,
el jardín del asilo, los campos que ve desde su ventana,
eventualmente, el pueblo. Sus cartas muestran
que cuidaba tanto la composición como la selección
de los colores que carga de valor
símbolico. El amarillo es su color favorito.
Caracteristicos de su técnica son:
- los contornos que limitan las figuras,
- las pinceladas fuertes, largas y espesas,
- un gusto tal por las lineas curvas que llega a deformar
los objetos y - una carga emocional dificil de negar.
Entre sus obras más importantes figuran:
- "Noche estrellada",
- "La silla vacía",
- "Mi recamara",
- "Los cipreses",
- "El sembrador", y
- "Los girasoles".
La pincelada tiene una importancia capital en la
obra de Van Gogh; la utiliza de maneras distintas, unas veces en
forma de lastra, como Courbet, otras en forma de coma, como los
impresionistas. A menudo dibuja con pequeños toques, que
lo distinguen de los otros, para quienes la pincelada no sirve
mas que para velar un dibujo
preliminar a la forma. Tanto para los dibujos como para las
pinturas, Van Gogh usa las mismas pinceladas quebradas, los
mismos arabescos y el punteado.
La naturaleza que
él pinta vive una vida misteriosa y agitada, los objetos
aparecen impregnados de angustia en un silencio profundo en el
cual reina la tensa expectatia de otra cosa, de aquella "vida
negra" que tan a menudo sueña.
Descubre que la
manera de representar la profundidad y la distancia
únicamente con el color puro, sin recurrir a las formas y
a los convencionalismos simbólicos.
Van Gogh realiza algunas descripciones propias de sus cuadros,
que las caracteriza en las siguientes citas:
Sobre la Noche estrellada:
"Aquí agrego un pequeño boceto de una tela cuadrada
de 30 cm y el cielo estrellado pintado la misma noche, con la luz
de una lámpara de gas. El cielo es
verde-azulado, el agua es
azul intenso, los terrenos son de color malva. La ciudad es azul
y violeta, el gas es amarillo y
algunos reflejos de oro rojo se transforman en bronce verdoso.
Sobre la llanura azul-verde del cielo, la Osa Mayor tiene un
centelleo verde y rosa, cuya discreta palidez contrasta con el
oro brusco del gas. Hay dos
figuras coloridas de enamorados en primer plano."
Sobre el Dormitorio de Vincent:
Una carta escrita a
Gaugin:
"Hice, para mi uso, un cuadro de 30 cm de largo, de mi
dormitorio, con los muebles que conoces."
"Bien, me divirtió muchisimo hacer este interior sin nada,
con una simplicidad a la Seurat, con tintas comunes pero
extendidas groseramente, con empaste lleno, los muros de un lila
pálido, el piso de un rojo quebrado y descolorido, las
sillas y la cama amarillo cromo, los almohadones y la
sábana de un verde limón muy pálido, la
manta rojo sangre, el
tocador anaranjado, la palangana azul, la ventana verde. Hubiera
querido expresar un reposo absoluto con estos tonos tan diversos;
lo ves, el blanco sólo está en la pequeña
nota dada por el espejo con el marco negro…"
"El color
aquí debe crear la cosa y, al lograr su
simplificación, dar un estilo más alto a las cosas;
sugiere el reposo o el sueño en general. En suma, la vista
del cuadro debe descansar la mente o mas bien la
imaginación (…), ves que simple es la
concepción. Sombras y sombras proyectadas están
anuladas, está coloreado con tintas comunes y firmes como
las telas pintadas".
Puedo observar en
estas minuciosas descripciones una gran agudeza en inteligencia,
como se muestra tambien
en otras cartas del
pintor. Además, posee una gran riqueza expresiva, y una
forma de descripcion muy
interesante y atrapante.
Otro tema con
respecto a la vida de Van Gogh fue la fuerte influencia que tuvo
el pintor Gaugin sobre él. Influyó en su encuentro
en Arles; y desde entonces trabajó de manera
diferente.
"Trabajo con frecuencia con la imaginación, y estas telas
son siempre toscas y tienen un aire más
artistico que los estudios de la realidad, sobre todo cuando se
trabaja con el mistral". "…Mi amigo Paul
Gaugin…vive ahora conmigo….Me estimula a trabajar,
a menudo sólo con la imaginación"
En el momento en
que Van Gogh pinta sus girasoles, cuando Gaugin retrató al
amigo, en el maravilloso retrato que hizo de el en Arles,
demostrando asi, no obstante, las trágicas incompresiones
que estaban surgiendo entre los dos hombres, ser el más
capacitado para comprender a Van Gogh.
Theo le habia pedido a Gaugin que viajara a Arles para pasar una
temporada con Vinvent. Theo que estaba muy preocupado por la
salud de su
hermano, le ofreció a Gaugin 150 francos mensuales si se
quedaba en Arles junto a Vinvent y le enviaba un óleo cada
treinta días.
Hacia Gaugin, 5 años mayor que el, Vincent experimentaba
un sentimiento mezcla de admiración, repseto y
sometimiento, a veces, con algún impulso de
rebelión.
Sin embargo, a
pesar de la buena relación que existía entre
aquellos, se generaron algunas discusiones, con lo cual una de
ellas, el 23 de diciembre de 1888, culminó con un gesto
exasperado de Van Gogh: se cortó una oreja después
de amenazar a su amigo. Enfurecido más que apenado por
todo lo que habia sucedido, Gaugin regresó a Paris.
"Yo no tengo la culpa
de que mis cuadros no se vendan.
Pero llegará el día en que la gente se dará
cuenta de
que tienen más valor de lo
que cuestan las pinturas."
Vincent van Gogh
Paul Gaugin (1848-1903)
El pintor francés Paul Gauguin
fue también escultor, ceramista y grabador. Nació
en París; su madre era Aline-Marie Chagal, hija de la
activista política Flora
Tristan (1803-44) y del grabador André Chagal. Los padres
de Gauguin decidieron
emigrar al Perú en 1851, abandonando la Francia de
Luis Napoleón: su padre, Clovis Gauguin, periodista
liberal, murió en el viaje. En Perú, los parientes
de la madre, ricos e influyentes, proporcionaron un
paraíso tropical al pequeño Paul, que lo
añoraría toda su vida. Tenía seis
años cuandosu madre volvió con él a Francia.
Gauguin abandonó el colegio a los diecisiete años;
fue marino mercante de 1865 a 1867, y sirvió a la marina
francesa de 1868 a 1871. Al morir su madre (a los cuarenta y un
años) en 1868, un rico banquero, Gustave Arosa, se
convirtió en su protector legal. Gracias a él,
Gauguin entró en una oficina de
agentes de Bolsa en 1871. Dos años después se
casó con Mette Sophie . Gad, una institutriz danesa a la
que conoció a través de Arosa; en 1874 nació
el primero de sus cinco hijos.
Hacía poco que se había casado cuando Gauguin se
convirtió en pintor aficionado; en el mundo de la pintura
también lo introdujo Arosa, quien le impulsó a
asistir a clases noctumas. Expuso en el Salón de 1876, y
por esa época conoció a Pissarro. En 1879 expuso
con los impresionistas y contribuyó regularmente en las
últimas cuatro exposiciones del grupo,
realizadas entre 1880 y 1886.
El gozar de una posición económica moderadamente
desahogada, empezó a coleccionar cuadros de Manet, Monet,
Renoir y Degas, comprando una o dos obras de cada uno. Pero sus
pintores favoritos eran Cézanne y Pissarro. Las primeras
pinturas de Gauguin presentan fuertes influencias de estos dos
pintores y de Degas. En 1883 dejó su trabajo para
dedicarse exclusivamente a la pintura. Al año
siguiente
se trasladó a Rouen, y de aquí pasó a
Copenhague; pero no consiguió encontrar clientes en estas
dos ciudades y, humillado por sus parientes daneses,
regresó a París en 1885. Alejado de su familia y ahogado
por la miseria y las deudas, enfermo y nostálgico del
paraíso tropical de su infancia, a
partir de 1886 Gauguin vivió entre la esperanza y la
desesperación.
Su odisea le llevó a Bretaña, Provenza, las Indias
occidentales y, por último, a Oceanía. Entre 1886 y
1891 estuvo en Pont Aven y Le Pouldu (Bretaña), con
paréntesis en Panamá y
Martinica en 1887, dos meses pasados con Van Gogh en Arles
(octubre- diciembre de 1888) y frecuentes estancias en
París. Sus obras bretonas siguen reflejando las lecciones
aprendidas de Pissarro y Cézanne. Pero su naturaleza
infatigable y curiosa le llevó a buscar nuevos medios de
expresión pictórica. Durante estos años se
entusiasmó con los grabados japoneses y el arte de
Java e
Indonesia que vio en la Feria Mundial de París de 1889. Su
arte se refrescó al entrar en contacto con los poetas
simbolistas Mallarmé, Morice y Moréas, y
tomó impulsos simbolistas y religiosos de dos
jóvenes amigos, Bemard y Aurier. Dos holandeses le
ayudaron financieramente, el marchante Theo van Gogh y el artista
Meyer de Haan.
Gauguin nunca fue un artista prolífico: en total, su obra
está compuesta por poco más de 600 cuadros y
pasteles. Tampoco su evolución fue lineal: de repente
podía avanzar por un terreno estilístico aún
inexplorado para retirarse en cualquier momento. Sus paisajes,
naturalezas muertas y retratos no tienen un simbolismo
deliberado. Su utilización del color es, a menudo,
arbitraria; su línea, simplificada y abrupta. Palabras
como «sintetismo» y «cloissonisme»
describen su arte en esta época: más tarde
sería postimpresionista. Comparte con los impresionistas
el gusto por los colores puros pero muy pronto desarrolla su
propio estilo. Enmarca las formas en contornos oscuros; en vez de
pinceladas pequeñas, usa amplias manchas de colores
sorprendentes: rojos con anaranjados, azules con verdes…
descarta el volumen y la
perspectiva. Las escenas que pinta sugieren simbolismo, mas
éste queda bastante hermético.
Una vez Gauguin dijo de sus cuadros bretones: «Amo
Bretaña. La considero
salvaje y primitiva. Cuando mis zuecos pisan su suelo de granito,
oigo la fuerte y vibrante nota que estoy buscando en mis
cuadros.» El significado principal de su viaje a
bretaña, era, sobre todo, la afirmación de la
propia necesidad de independencia,
la rotura con el orden burgués, el deseo de volver a
hallar, en un ambiente
simple y natural, las verdades elementales, gracias a las cuales
el ertista podría manifestar lo que siente y volver a
encontrar la forma de expresión más acorde con
él.
Entre los cuadros importantes de este período cabe citar
Visión tras el sermón o Jacob luchando
con el ángel, Cristo amarillo, Cristo en el
huerto de los Olivos y Pérdida de la virginidad
. Gauguin y su amigo Meyer de Haan colaboraron en la
decoración del gran comedor de un albergue bretón
con un estilo vanguardista, no naturalista.
Las cerámicas de Gauguin y sus esculturas, especialmente
el relieve en
madera
titulado Enamórate y serás feliz (1889; Museum of
Fine Arts, Boston), son un ejemplo de su tendencia simbolista. A
menudo teorizó sobre arte en cartas
escritas
a sus amigos, y en artículos y manuscritos ilustrados.
La búsqueda, por parte de Gauguin, de un paraíso
tropical le llevó a organizar una subasta de sus obras en
París, en 1891. En junio de ese mismo año se
encontraba en Tahití, donde permaneció hasta el mes
de agosto de 1893. No encontró allí un
paraíso o un arte primitivo, ni tampoco unos cultos
autóctonos. Por tanto, tuvo que crear sus propios mitos, su
propia serie de alegorías, alternadas con paisajes,
naturalezas muertas y retratos. Se llevó a Oceanía
fotos de obras de
arte griego, romano y egipcio, de cuadros de los pintores
franceses del siglo XIX (Delacroix, Degas, Puvis de Chavannes) y
de los relieves budistas del templo de Borobudur, en Java.
Un estudio de la sociedad
tahitiana publicado en 1837 constituyó la base de su
manuscrito ilustrado, Antiguo Culto maorí. A partir de
esta obra compuso el relato semiautobiográfico y
semiimaginario de su primer viaje a Tahití, Noa Noa
(Fragancia).
Para ilustrarlo realizó varios grabados en madera que han
sido fundamentales en la historia de dicha
técnica. En noviembre de 1893 se expusieron en
París las obras pintadas por Gauguin en Tahití,
impresionando a los críticos por sus brillantes colores
planos, sus exóticos temas, sus títulos
esotéricos (a menudo en idioma tahitiano) y su simbolismo.
Cuenta que hizo un recorrido de la isla acompañado por una
mestiza que hablaba francés, Titi. Finalmente se
instaló en Mataiea, a 45 kilómetros de Papeete.
Titi pidió quedarse con él, pero Gaugin la
encontraba demasiado "civilizada" para sus aspiraciones del
primitivismo. En la costa oriental de la Isla conoció a
una familia indigena
que le ofreció como vahiné (mujer) a
Teha´amana, una niña de trece años. La
adolescente lo intodujo en las costumbres y creencias de su
pueblo.
Narra Gaugin: "
Un dia tuve que ir a Papeete. Habia prometido regresar la misma
noche, pero el coche que tomé me dejó a mitad de
camino; debí hacer el resto del trayecto a pie. Llegue a
casa a la madrugada (…) Inmóvil, desnuda, acostada
sobre el vientre, los ojos desmesuradamente abiertos por el
miedo. Teha´amana me miraba y parecia no reconocerme.
(…) Los terrones de ella me contagiaban, me parecía
que una luminosidad fosforecente emanaba de sus ojos de mirada
fija…" Asi es como la retrata en Los espíritus
de la muerte
velan.
La
primera estada de Gaugin en Tahití tuvo momentos muy
dramáticos. Enfermo (escupía un cuarto litro de
sangre por
dia), debió se internado en el hospital de allí. Lo
abandonó por falta de dinero. Si
bien trabajaba sin descanso, sus cuadros no encontraban
comprador.
Por último, Gauguin regresó a Bretaña en
1894; desgraciadamente se dislocó un tobillo, y luego
-tras una nueva subasta de sus obra- volvió a
Tahití (junio de 1895). Trabajó a un ritmo
más lento durante su segunda estancia allí,
pintando sólo 100 cuadros entre 1885 y 1903, frente a los
90 ejecutados entre 1891 y 1893. Al regresar qquizo conseguir
nuevamente a Teha´amana. Pero, esta asustada de la eczema
que volvía loco a Gaugin, lo abandonó. A comienzos
de 1896, Paul tomó como vahiné a Pahura, una joven
de 14 años. Ahora sus cuadros tienen una organización espacial más
complicada, aunque el color y la atmósfera suelen ser
más sombríos que en obras anteriores. Por
dimensiones y estilo parecen más bien murales. Las
privaciones y las enfermedades siguieron
minando la salud del
artista. El año 1897 fue desastroso para él,
culminando con la noticia de la muerte de
su hija favorita, Aline, y la ruptura final con Mette. Totalmente
desesperado, pintó su obra más grande, más
ambiciosa y más filosófica: ¿De
dónde venimosl? ¿Qué somos? ¿A
dónde vamos?. Sobre este cuadro escribió
Gauguin: "Mi sueño es intangible, no es una
alegoría. Citando a Mallarmé: es un poema musical
que no necesita libreto". Acabada la obra, cometió sin
éxito u intento de suicidio.
Pintó poco durante sus últimos años en
Tahití (y nada en 1900). Pero en 1901 se traslado a las
Islas Marquesas y, algo mas animado, pintó varios lienzos
importantes en sus dos últimos años de vida.
Siguió esculpiendo, y en enero de 1903 terminó una
obra autobiográfica, Adelante y Atrás.
Despues de su muerte una
gran exposición retrospectiva , celebrada con
ocasión del Salon de Otoño de 1905, grantizó
su influencia en el arte del siglo XX.
Bibliografía
- "Enciclopedia Autodidáctica
Océano", Tomo VII, Editorial Océano, Barcelona,
España - "Historia
Universal del Arte", Tomo 6 y 10, Editorial Sarpe, Madrid,
España, 1984 - http://www.tam.itesm.mx/~jdorante/art/impresionismo.html
- "Galeria nacional de Praga" El mundo
de los Museos, editorial Codex, S.A., Madrid, 1966. - "Arte y percepción visual", Rudolf Arnheim,
Editorial Universitaria de Buenos Aires,
Argentina,
1972 - Colección "Los
impresionistas", Tomos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 13, 14, 15, 16, 17,
18, Editorial Viscontea, Buenos Aires,
1971. - "Van Gogh" , Jean Laymarie, El
libro de
Arte del Bolsillo, Editorial Timun Mas S.A., Barcelona,
1957. - "Gaugin", John Rewald, publicada por
Harry Abrams, Inc, asociado con Pocket books, inc, New York.,
USA, 1945.
Trabajo enviado por:
Lisa Wantz