- Resumen
- Introducción
- La crisis de
legitimidad y la conducta de subdito en la politica
nacional - El proceso de
transición a la antidemocracia y el modelo del
gusto - Algunas
consideraciones sobre la utilidad y la política
nacional - Algunos
desafiós de la vida política nacional en
revolución - A modo de
conclusión - Bibliografía
Resumen
La conducta política es unos de los atributos que
puede exhibir un ciudadano como miembro activo dentro de una
determinada comunidad o asociación política,
permitiendo servir al resto de los integrantes de esa comunidad,
como un mecanismo para evaluar su comportamiento y logros
obtenidos en el ámbito público, en el cual sus
elecciones particulares, así como también, su
disposición al sacrificio de beneficios en pro de ventajas
que se extiendan al resto de los miembros de la población,
constituyendo así "Valores" de carácter "Supra"
sobres los cuales se fundan los respectivos movimientos
políticos culturales, en cada época y en cada
momento histórico, favoreciendo o poniendo en riesgo la
gobernabilidad y mantenimiento del poder político. De
allí las presentes consideraciones sobre algunos aspectos
conductuales, de interés para el análisis, del
gobierno revolucionario en la toma de decisiones concerniente a
la vida política nacional.
Abstract Political behavior is one of
the big issues that a citizen makes exhibit as a active member
from a political associatión or a social community,
allowing to them as a way to evaluate aims and public targets, by
their right choices and personal conditions to sacrifice earns
and benefits, in favor of population and Political wellfare life.
In that sense, those are thanks to "Supra Values" over which
leader structured Political movements at each time or an
historical point getting through governability, to both going at
risk or to maintainig Political power conditions. By that my
pressent consideration are about some behavioral aspets of
revolutionary Venezuelan government on making decisions over
national Political life.
Introducción
La comprensión del hecho político como un
conocimiento autónomo de los principios morales y
religiosos, Harto de Vera (2010), fue un paso de gran relevancia
para incluir el estudio del poder como parte esencial de la
búsqueda del Ser Humano desde los tiempos más
remotos, para lo cual su conducta política ameritaba
mostrar su comprensión y orientación cabal sobre
aquellos aspectos propios de la esfera de lo público,
contornos en los cuales los hombres comparten y se relacionan con
los demás hombres en el seno de la Polis, en donde el
orden y su modo de aplicación constituye uno de los
aspectos mas problemáticos, en tanto otorga privilegios a
determinados sectores y perjudica a otros, constituyendo
éste una las fuentes potenciales del conflicto en la vida
política, es de la mayor relevancia para el estudio y el
análisis, en la cual su aplicación encierra una
especifica consideración a los principios de justicia que
deben prevalecer en toda asociación política para
lograr una mayor cohesión e integración de sus
miembros, como integrantes de una comunidad.
Asimismo, se puede apreciar en el ámbito
político, que se identifica con el conjunto de cosas que
los hombres comparten con los demás hombres en tanto
miembros de un colectivo, la permanente disposición a
producir valoraciones sobre la actuación personal y la
conducta política de los más representativos o
destacados, social y políticamente, acerca de si la
conducta que se asume bajo determinadas circunstancias ,
está o no sustentada sobre alguna racionalidad, que le
dé sentido a la postura conductual final, lo que supone
asumir una toma de decisiones, quedando así develada en la
mas de las veces el trasfondo conductual del individuo. Estos
hechos nos llevan a reflexionar sobre que tan coherente es un
decisor en su conducta cuando exhibe una clara sintonía
entre sus conductas y sus ideales construyendo la
sensación de existir una adecuada sincronización
entre la teoría como Deber Ser y la Acción como
Praxis, puesta en marcha de manera individual y expresada
mediante una conducta particular en el ámbito objetivo del
Ser.
El asunto del poder y la prominencia de su importancia y
validez para la Ciencia Política, así como
también para aquellos hombres, seducidos que lo han
buscado, lo han conservado y que sufren a costa de él, o
que lo han perdido, por no saber comportarse y comprometerse con
sus adeptos políticos, "el estar a la alturas de las
circunstancias", refiriéndome a la vida política
presente, me hacen pensar sobre la importancia de conocer los
principios que gobiernan las relaciones de mando, las
comunicacionales y las relaciones de naturaleza
jerárquicas, en condiciones satisfactorias entre los
hombres y cuales aspectos podrían contribuir a mejorar su
desempeño y desenvolvimiento en el arte de gobernar. En
este marco de actuación, el hombre político orienta
por vocación su comportamiento, al desarrollo de
actividades conducentes a la maximización del bienestar
colectivo y a la obtención de una mayor utilidad
pública para un colectivo, contribuyendo mediante su
conducta política a la consecución de mejoras de
naturaleza social y colectivamente, superar las limitaciones
heredadas del pasado histórico particular, aumentando los
niveles de satisfacción y de bienestar de las gentes, por
lo que es de relevancia optimizar sus competencias en el
ámbito de formulación de las políticas
públicas, como un mecanismo relacional para intervenir de
manera sistemática y objetiva en la realidad, para
transformarla a partir de la toma de decisiones y producir
así los cambios, deseados y ansiados por la
población, implantando los principios que dan base,
expresión de la voluntad estratégica del
político, que se replica como la voluntad general, esa
encarnada por el pueblo. Esa que se expresa con el líder a
través del discurso que es acogida y aceptada por la
mayoría, como una manifestación de lo
político.
Con este enfoque, la Ciencia Política,
logró una nueva forma de ser entendida y estudiada, lo que
se ha conocido como el Conductalismo en la Ciencia
Política, propuesta por Easton (1976:23), que supo
denominarla "La conducta política como tendencia
intelectual", la cual intenta estudiar, explicar, comprender y de
ser posible predecir el comportamiento político de los
seres humanos, no solamente, el cómo sus comportamientos
políticos, sino también, el cómo sus
decisiones públicas, impactan el funcionamiento de las
instituciones y por ende el funcionamiento del Sistema
Político como un todo, produciendo mayores o menores
niveles de bienestar con
satisfacción/insatisfacción social y +/- grados de
libertad política.
La gobernabilidad como un resultado de la estabilidad
del desempeño del sistema político, descansa en
gran medida en la actuación de la dirigencia
política, en el cumplimiento de funciones públicas,
con la apropiada competencia en la satisfacción de las
funciones básicas de gobierno, como lo perciben la
población y los sectores poderosos sobre los cuales
descansan las decisiones más importantes de la vida
política. Por ello, en el desarrollo del Seminario sobre
Decisiones conductuales en la política, dictado por el Dr.
Nelson Lara, en el marco del Doctorado en Ciencias
Políticas, considero es de sumo interés la
participación en el mismo, por la oportunidad que ofrece
para estudiar este asunto que explora la subjetividad personal de
las preferencias individuales, la utilidad y la valoración
personal frente a la elección, lo que le es atractivo o no
lo es, que lo motiva a la formación de coaliciones o en el
asumir una conducta cooperativa, o al contrario altruista en la
asignación de valoraciones particulares guiados en la
mayor de los casos por su ventaja o posibilidad de lograrla,
frente a determinadas circunstancias que rodean a la vida
política, sin recatar en ocasiones, sobre las
consecuencias para el resto de los individuos de la sociedad o de
su grupo de referencia, de asumir una u otra conducta en
particular. En tal sentido la vida política nacional
resulta ser un escenario propicio para explorar estos temas de la
mayor importancia para la política. Por tales motivos, se
hace de sumo interés en el marco del presente trabajo,
considerar la conducta política que se ha hecho manifiesta
en el Gobierno de Presidente Hugo Rafael Chávez
Frías, durante los catorces años de gestión
del gobierno revolucionario, el cual ha representado en muchos
aspectos cambios y transformaciones, provocadas con la
intención de "deconstruir lo precedido", hecho o logrado
en la democracia, vivida en Venezuela durante el Siglo XX, para
ello se erigió como el máximo vocero, luminaria del
proceso revolucionario por implantar, en atención a su
carisma personal y a sus demostradas dotes de liderazgo, que en
mi opinión devinieron en un exacerbado caudillismo,
parecido al que exhibieron líderes de antaño el
cual según muchos personeros de la vida política
nacional, asumió de manera muy personalista con aptitudes
dominantes, desarrollando la vida política como un circulo
de seguidores muy cercanos a él construyendo relaciones de
lealtad, que en un primer momento fueron entendidas como
democráticas; Ver al respecto La propuesta de Hugo
Chávez para transformar a Venezuela 1998, pero que en la
medida del paso del tiempo y de su permanencia en el poder fueron
más de corte anti democráticas, construida de
manera esencial sobre imágenes y simbolismos, de
procedencia diversa pero con un sesgo profundamente de izquierda;
Ver igualmente al respecto la edición sobre El discurso
del inicio de la Construcción del Partido Socialista Unido
en marzo de 2007, líneas sobre las cuales
estructuró su base de poder hasta su retiro al final de su
mandato, en el año 2012, por motivos de una enfermedad
terminal.
Por otra parte, es importante indicar que este asunto
acá en consideración, al igual que en las Ciencias
Políticas, es de vital importancia en las Ciencias
Administrativas (Simón: 1962), por la relevancia de las
decisiones en los procesos de formulación de
Políticas, objetivos para la optimización de los
resultados y en el control de la gestión, en el cual el
proceso de comunicación y de asignación de
gratificaciones y sanciones, juegan un rol transcendental en el
cumplimiento de los fines y en el mantenimiento de las pautas
para crear un clima organizacional apropiado al desenvolvimiento
y desarrollo gerencial, cuyas apreciaciones sobre el riesgo y
sobre la incertidumbre, son de primer orden para el manejo
exitoso del negocio. De manera similar, en el desempeño
público se hace evidente que la carencia de estas
destrezas comunicacionales y de toma de decisiones, pone en
franco riesgo a la gobernabilidad y a la estabilidad como una
condición necesaria de la vida política nacional.
De manera similar, los problemas que acarrean las subjetividad
individual frente a una situación en particular,
está condicionada por el cumulo de experiencias
adquiridas, en el pasado y de las expectativas presentes, ante
las oportunidades o restricciones que puedan identificarse en
función a la conducta probable y de los beneficios a
lograr, de allí que pareciera que las conductas
traicioneras en circunstancias particulares, así como
también la conducta de venganza, aportan una mayor
utilidad o satisfacción para algunos hombres que no
están dispuestos a compartir o a sacrificar su beneficio,
lo que para muchos representa la mejor opción de conducta
a seguir si no prevalecen los valores éticos y el sentido
de satisfacción grupal o de maximización del
bienestar colectivo, sobre sus apetencias personalistas y desde
todo punto de vista egoístas.
En tal sentido vale la oportunidad rescatar la
preocupación del profesor Nelson Lara (2010) en su escrito
Rayuela, haciendo referencia al esquema del profesor Jaime
Barcón, que incorpora al individuo en sus elecciones y
decisiones públicas, que pasan por un cumulo de
valoraciones con profunda carga moral y utilitaria, dentro de las
cuales los individuos juegan a su oportunidad, según sus
percepciones particulares a la obtención de ventajas
frente al resto, teniendo la selección una carga
eminentemente utilitarista, de allí la complejidad del
asunto y de la importancia de integrar enfoques diversos e
interdisciplinarios en su comprensión y
explicación. La diversidad de las ideas que extraemos de
las lecturas y de cómo las entrelazamos para dar sentido y
dirección al pensamiento, en un ámbito tan
complejo-propio del pensamiento complejo como vía para
armar el rompe cabezas- como el de las conductas políticas
y las elecciones individuales, lo cual es una preocupación
que en común es compartida por muchos autores de las
Ciencias Jurídicas y Políticas y de las Ciencias
Administrativas, referido al problema de la construcción
de las decisiones públicas y de las esferas de
autonomía de los individuos, en los espacios colectivos
que comparten en función de los compromisos y
responsabilidades asumidas con su elección.
La subjetividad y los problemas que de ella se derivan
fueron de interés inicialmente para la psicología,
hoy lo son para la Ciencias políticas y otras Ciencias
post modernas, como la Socio-biología, la
Semiología, la Lingüística y Neuro
lingüística, las Cibernética, las Ciencias
Computacionales en donde los procesos algorítmicos, los
códigos y las representaciones en todas sus dimensiones
como el caso particular de los hologramas, tienen un peso
relevante al momento de considerar la programación y
reprogramación de la elección individual. Estas
ciencias con un enfoque de mayor amplitud, buscan entender y
explicar la complejidad de los procesos humanos y su trasfondo
cultural, precedidos por los complejos mentales, cerebrales, que
les dan lugar, en la proporción, calidad y cantidad de
producción de sus creaciones, representaciones y
preferencias, en la vida política en sociedad. AAPH/Agosto
de 2013
1. La crisis de
legitimidad y la conducta de subdito en la politica
nacional
La crisis política que en la actualidad vive
Venezuela, representa a su vez, una crisis de legitimidad y por
ende una crisis de cambio social, tal como lo refiere en el
Hombre Político Lipsept (1970), al estudiar el conflicto
social, la legitimidad y la democracia. En el caso Venezolano, en
el presente Siglo XXI, resultante de los catorce años de
implantación de un modelo político de corte
revolucionario, conducido y liderado desde su inicio en 1998, por
el Presidente Chávez, quien en su momento más
estelar en la elecciones del 2006, produjo la polarización
definitiva de las fuerzas políticas con una preferencia
del 54% de los electores venezolanos, cinco puntos por debajo de
las alcanzada en el 2004 con el revocatorio, que le resulto ser
afirmativo para el presidente, generando un efecto de halo que le
permitió mantenerse en el poder, fue perdiendo resplandor
a la vuelta de los años, cuando se aprecia la deficiente
gestión de gobierno, Y de elevados niveles de ineficacia
gubernamental. Los ciudadanos por doquier ven pocas obras
realizadas, no obstante la extraordinaria masa de recursos
administrados por los diferentes representantes del gobierno, que
de manera discreta han asumido una conducta de súbdito,
rompiendo con los principios de división de poderes,
característicos de los regímenes
democráticos, por el efecto de la imponente personalidad
del Presidente de la República sobre los principales
representantes en las distintas ramas del Poder Público
Nacional, sobre los cuales ejerció cierta cualidad de
poder espiritual, haciendo un uso eficiente del discurso, que le
permitió hacer y deshacer, violentando todo principio de
independencia y autonomía administrativa, subordinando
voluntades y secuestrando las capacidades ejecutivas de los
diferentes órganos del poder público, rompiendo con
el principio de exclusividad de cada uno de los poderes
públicos, infiriendo e induciendo la toma de decisiones,
si no interviniéndolas e imponiendo su modo particular de
conducir los recursos y bienes del Estado, de los cuales
pareciera que carece de dolientes en los ámbitos
gubernamentales. En tal sentido hemos presenciado en silencio,
durante estos catorce años, el establecimiento de
relaciones de hipostatización a partir de la
monopolización por una de las partes parte de las
atribuciones correspondientes de la totalidad. García
Pelayo (1974:164). Lo cual en mi opinión es desde todo
punto de vista antidemocrático. Por otra parte,
cabría hacernos las siguientes preguntas:
¿Cómo puede la sociedad venezolana
enfrentar un conflicto de manera continua entre sus integrantes,
durante el gobierno revolucionario y mantener sin embargo la
cohesión social y la legitimidad del gobierno, una vez que
desaparece el líder por enfermedad terminal, manteniendo
sus representantes las aspiraciones de permanecer como herencia
en el poder? ¿Estará presente en la actualidad
política venezolana el problema de la sucesión
política, habiéndose de hecho trastocado el
equilibrio del poder en la estructura centralista del PSUV, con
la muerte del Presidente, lo que podría abrir nuevas
oportunidades a las fuerzas opositoras para generar el cambio
político? Ante tales preguntas se torna evidente la
tendencia a una progresiva crisis de legitimidad política,
pareciera que el consenso se ha hecho cuesta arriba en la
Venezuela del presente, surge nuevamente el desafío por la
unidad, con este alto grado de polarización
política, en el cual un gran sector de la
población, yo estimo como base la mitad de la
población que no pertenece al gobierno. Como se siente esa
mitad, está cómoda adaptándose a las nuevas
realidades de escasez, con cola para obtener los bienes y
suministros necesarios. ¿En cuánto tiempo se
aprende esa conducta y por otra parte existen en Venezuela las
condiciones psicológicas para ello? Que dirá esa
parcialidad del 20.30% de indecisos que no asistieron a votar,
que significaran para ellos los cambios en el estilo de vida de
los venezolanos, ocurridos en los pasados catorce años de
revolución.
Según el elevado número de protestas que a
diario pueden verse en los principales periódicos del
país, puedo aseverar que una gran parte de
población siente que se encuentra limitada y en algunos
casos oprimidas, en el ejercicio de sus derechos
políticos, manifiestan abiertamente su rechazo ante la
comprensión de la baja eficacia institucional y su plena
conciencia de la necesidad de retomar la democracia social de
derecho, en el pleno sentido del término, en tanto se
perciben desviaciones con respecto a las propuestas iniciales y
esencialmente consistentes con la Constitución de 1999,
fundadas en la democracia y en la amplificación del uso de
los idearios de libertad y de equidad en sus visiones modernas
ampliamente extendidas.
Por otra parte, la otra mitad de la población la
que manifiesta febril preferencia por el gobierno, creé en
los principios del comunismo, como los que Marx y Engels
referían en 1845, en su escrito famoso sobre la
Ideología Alemana, en la cual se plantea "la necesidad de
esclarecer nuestras propias ideas", liquidar con la nueva
conciencia filosófica la filosofía anterior,
"modificar la conciencia" cuyas categorías
filosóficas centrales –espíritu,
corazón– eran contrarias al comunismo cuyo fin es "de
revolucionar el mundo existente, de atacar de manera
práctica y modificar las cosas que ha encontrado",
según los autores se dice comunismo "al movimiento real
que suprime el estado de cosas actuales", al punto tal, que en el
ejercicio de la actividad revolucionaria, el cambio de sí
mismo coincide con la modificación de las condiciones
preexistentes, Lowy (1972:179).
A ese respecto, es claro y muy evidente el
comportamiento político que se ha hecho presente en la
vida política de la Venezuela de hoy, la conducta de
activista comunista que manifiestan los adeptos al gobierno, los
cuales representan la otra mitad, que está mostrando en
los últimos tiempos, una tendencia descendente en
número frente al resto. No obstante, estos grupos de
izquierda altamente polarizados bajo el PSUV, están
comenzando a percibir que no cuentan con libertad de
participación en la toma de decisiones y del poder de
autonomía para manejar una conducta independiente frente
al resto o la cúpula hegemónica del partido, en
manos de ex militares y de algunos civiles, quienes están
altamente seducidos sobre sus pretensiones y expectativas de
mantenerse en el poder y de los elevados costes políticos
de perderlo. Por lo que para ellos se hace necesario imponer e
insistir en la forma de Estado Centralizado de izquierda, con
ascendencia Castro Comunista, sobre el resto de la
población, porque si no es ahora no lo será nunca,
está es una de las expresiones que se comulgan como parte
del Discurso oficialista. Es importante acotar que en el lado del
gobierno se encuentran los miembros de las Fuerzas Armadas
Bolivarianas, exhibiendo abiertamente conductas de
súbditos y complacencia ante el orden de cosas, quienes
reclaman para sí como legítimo, el ejercicio del
gobierno en Venezuela, una vez que Chávez les dio el aval
para ello, lo que resulta desde todo punto de vista
contradictorio con el acontecer histórico nacional que ha
prevalecido en Venezuela cuya población comparte y aspira
seguir haciéndolo, profundizar los valores de corte
democrático desarrollando la herencia de lucha por la
libertad y lograr dar mayor equidad para nuestro pueblo y no lo
contrario. De allí que los problemas originados por la
pretensión de imponer una visión de país en
contra del resto, restringiendo los caminos para el consenso, nos
debe hacer reflexionar sobre los costos políticos de la
polarización, asimilándose teóricamente a
una sociedad estratificada, dominada por una clase explotadora,
donde el consenso se hace imposible, tal como lo señalaron
Marx y Engels. Una de las condiciones para la existencia de la
sociedad comunista, es la eliminación de todas las fuentes
sociales de diferencias, como lo son los la posesión de
bienes, aun de la distinción entre ciudad y campo. Por lo
cual las expropiaciones y restricciones a la propiedad privada-
individual- son representativas del comunismo. Situación
que en mi opinión es desde todo punto de vista
contradictoria, resultando paradójico para un país
como Venezuela, que por naturaleza y por las elevadas dotes de
recursos naturales que posee en su subsuelo, le imprime una
fuerte prominencia capitalista, en todas las ramas de actividad
de la vida económica y social del país. Cuya
racionalidad económica, debe fundarse sobre la
producción y transformación de esos recursos en
riquezas, para lo cual debemos abocarnos a formar de manera
cierta y objetivamente, con criterios universales, a las
poblaciones de relevo para el desarrollo nacional, nuestros
recursos humanos como la joya que hay que pulir y perfeccionar,
para la generación de riquezas para la satisfacción
y el bienestar de la población en todos sus órdenes
y niveles. A este respecto, creo que en un elevado número
de venezolanos existe infundada una valencia negativa hacia la
riqueza, su producción y su acumulación.
2. El proceso de
transición a la antidemocracia y el modelo del
gusto
Con la llegada del presidente Chávez al poder, a
diferencia de lo que se aspiraba, en Venezuela hemos presenciado
en la primera década del Siglo XXI una nueva oleada
antidemocrática, similares a las que hizo frente
América Latina, desde mediados de los cincuenta hasta
finales de los años setenta, que perduro hasta mediados de
los noventa, Markoff (1996: 18). "Durante las oleadas
antidemocráticas, los gobiernos se transforman de un modo
considerado antidemocrático, los movimientos sociales
manifiestan su intención de liquidar a la democracia y los
personajes gubernamentales expresan con orgullo su hostilidad
hacia la democracia." En tal sentido, durante los catorce
años de gobierno revolucionario, muchos altos personeros
del gobierno han manifestado conductas políticas de
izquierda con contenidos fuertemente antidemocráticos,
contrarios a lo que la tradición política nacional
y a la conducta de los partidos políticos de ayer, que
estaban aparentemente imbuidos de prácticas
democráticas. Adicionalmente resulta paradójico, en
razón a la amplia gama de recursos naturales que posee el
país, donde es necesario desarrollar todo el potencial del
venezolano en un clima de libertad plena, orientando la
acción a obtener el mejor provecho por su
explotación, creando los espacios para una mayor
participación de la población favoreciendo mayores
niveles de equidad y no cederlo como han optado por
consideraciones ideológicas para ello, para que lo
exploten otros, en tanto se limita y condiciona a los ciudadanos
venezolanos a un ambiente de limitaciones y controles. De
allí, que es de sumo interés considerar el Modelo
del Gusto de James Griffin (2010), en las condiciones actuales de
la elevada polarización que vive el país y en los
cuales se hacen valer las dualidades entre las preferencias que
manifiestan las dos mitades en las que se encuentra dividido el
país. Todos queremos ser felices, pero nuestros deseo e
inclinaciones políticas aunadas a nuestras vivencias
particulares nos colocan en posiciones distintas, la realidad se
nos presenta entre dos modelos políticos, se hace presente
en cada ciudadano una disyuntiva en regresar a las condiciones
políticas y a la calidad de vida que los venezolanos
disfrutamos hasta finales del Siglo XX, en un clima de sana paz y
convivencia política, donde las diferencias no se
encontraban tan demarcadas como en el presente y en la cual la
ideología, menos aún la religión, no
constituían una referencia para asignarle valor a la
valencia de preferencia individual ante la escogencia y la libre
elección. O el persistir en este estado de cosas, que para
muchos ya representa alguna perdida y que es claro su
conducción hacia el comunismo como forma de Estado, como
una clara manifestación sin lugar a dudas, de la
vulnerabilidad de la elite gobernante ante presiones extra
nacionales. Desde antaño los venezolanos nos consideramos
"independientes" y poseedores de La libre elección de
escogencia política y de credo religioso como
expresión de nuestra "completa libertad", en consistencia
con los presupuestos de Kant, cuando se refiere a las razones que
nos hacen sentir felices, en atención a nuestra
inclinaciones deseos e intereses y a los valores prudenciales que
guían nuestras conductas,-los individuos- ante lo
fenomenológico por ende de naturaleza causal, como
manifestación de la independencia y de la libre
elección personal. Por otra parte, las consideraciones de
Rawls sobre la afirmación de la democracia liberal, sobre
la reiteración mayormente por la tradición de
determinados valores, particularmente de naturaleza prudencial,
siendo estos constitutivos de la identidad política de los
seres humanos, que se construye en el seno de una comunidad de
lenguajes, significados y sentidos, una gran parte como producto
de los pensamientos y de lo que sucede en el ámbito
psicológico de los individuos, de donde nacen los
sueños y se establecen las metas a ser alcanzadas en la
realidad, ese espacio que proyecta de manera racional la
acción y la direcciona al cumplimiento de fines y a la
obtención de logros concretos, permitiendo esta conducta
contribuir al desarrollo económico y político de la
sociedad. En este contexto, considero que es de interés el
modelo del Gusto para comprender como algunas representaciones,
valores, consignas, códigos y símbolos desde el
exterior han forjado el juicio y la percepción individual,
moldeando significados, creando en el Ser las sensaciones y
sentimientos que estimulan el deseo y activan la voluntad por el
cambio y la transformación política de la
situación reinante. En tal sentido, vale resaltar la
importancia de los recursos heurísticos, "la
traducción de los significados", "la traducción de
ideas", "cambios de parecer", hacer uso de la memoria y del
recuerdo para recrear los proceso cognitivos y lograr una mayor
precisión en las decisiones inferenciales, esas que
tomamos ante situaciones de alta incertidumbre, como la que
atraviesa actualmente la política venezolana. El deseo
como base del valor para la elección de los venezolanos
entre: "El buen vivir en socialismo" Vs." Vivir en democracia con
libertad" "Hacer colas para adquirir productos de la cesta
básica como valor implantado por el socialismo Vs. "La
libertad de elección decide preferentemente que sirve en
el mercado"
3. Algunas
consideraciones sobre la utilidad y la política
nacional
Tomando como base por su amplitud y dimensión
sociológica, la definición de Weber (1974), sobre
utilidad, íntimamente relacionada a la asociación
política o económica, referida como una
probabilidad, real o supuesta, concreta o singular de
aplicación actual o futura, estimada como tal por uno o
varios sujetos que la convierte en objeto de preocupación
por que las personas orientan su actividad en la
estimación de la utilidad como medio para su fin. Esta
orientación se enfrenta a concepciones de tipo normativas
y morales, que afectan la apropiación/distribución
de los excedentes, en ocasiones de manera muy egoísta y
hasta perversa, situación a la que trata de dar
solución las teorías económicas del mercado
o del intervencionismo de Estado. En este sentido, los voceros
del gobierno han aumentado las frecuencias y duración de
los mensajes de las obras de la revolución, con la
intención de elevar los estándares que tiene el
pueblo venezolano sobre el buen vivir en socialismo, haciendo de
estos unos valores universales para los venezolanos, hechos estos
que se ven afectados por la muy baja eficacia gubernamental y la
extensión muy limitada del well being socialista a los
sectores más allegados al régimen. Lo cual en mi
opinión pone a prueba el postulado de Svenson (2003),
sobre los procesos de consolidación y restructuraciones
posteriores a la decisión, durante el cual las
preferencias y simpatías por la situación
resultante y los hechos correspondientes, así como las
representaciones mentales que de manera objetiva las personas
realizan sobre los hechos, van a ser consideradas de manera
recursiva en los procesos posteriores a la decisión como
soporte a la misma posteriormente a la decisión. En tal
caso los grupos afectos del gobierno podrían estar
cuestionándose los apoyos por ellos
suministrados.
Por otra parte, no está de más recordar
que todas las riquezas del territorio nacional son por mandato
constitucional de entera propiedad de la Republica, para el
usufructo y bienestar del presente y futuro de los venezolanos,
sin distingos de ninguna clase y naturaleza. Por lo que el
venezolano tiene por vocación natural la
explotación de los recursos para la maximización
del bienestar colectivo en todos los órdenes de la vida
política, económica y social, convirtiendo sus
preferencias particulares en preferencias derivadas, de las
cuales se puedan aprovechar el mayor número posible de
venezolanos. Por lo que llama la atención y es de
consideración esa conducta política de los
revolucionarios, cuya preferencia personal quiere imponerla, la
cual es contraria y hasta egoísta al segmentar o dividir
al país, a partir de criterios ideológicos de corte
comunista, muy contrarios a los valores legados por los
fundadores de la patria, lo cual es de difícil o dudosa
comprensión por la preferencia de lo externo ante las
realidades interiores, llenas de muchas calamidades, como
sería el caso particular de la delincuencia en las
principales ciudades del país, que ha sembrado de
víctimas inocentes, durante la gestión
revolucionaria. Adicionalmente, el control sobre los recursos
nacionales por la presencia de potencias extraterritoriales en
suelo patrio administrando nuestros recursos, con el
beneplácito y contribución de los máximos
representantes del gobierno y de los poderes públicos
nacionales, incluyendo las FANB, son factores potenciales de
generación de crisis política y de inestabilidad,
por lo que sistemáticamente los niveles de preferencias
podrán modificarse a favor de la democracia en la medida
que se agudicen los problemas económicos y se haga
más evidente el riesgo de pérdida de la identidad
nacional.
Tales consideraciones son de mucha importancia, en
función al elevado potencial de producción de
riquezas que posee de manera comprobada Venezuela, que de no
existir recursos rigurosos de orden
jurídico-Procedimental, sobre la responsabilidad
política de los altos funcionarios públicos y los
representantes del Estado en su conjunto, así como el
seguimiento y control riguroso del gasto, acompañado de la
justa distribución de los fondos públicos dedicados
a la inversión, da como resultado- corrupción– que
se monten un sinnúmero de modalidades que propician el
beneficio y usufructo de grupos a costa del resto de la
población, en donde la segregación y los
separatismos se hacen manifiestos por el aprovechamiento de
grupos y sectores políticos favoreciendo los agentes
externos, desarrollando conductas políticas desde todo
punto de vista reprochables, sobre el destino del país y
el de las generaciones futuras. Actuación definitivamente
contradictoria con el modelo político comunista, que se
busca imponer, sirviendo más bien para enmascarar
intenciones de subordinación de los recursos nacionales, a
expensas de la dominación e imposición de una
ideología extranjera, sobre los intereses
autóctonos de nuestro país. Estas conductas
políticas, que son intereses comunes en sectores de grupos
de la oficialidad y del oficialismo, responden a modos
particulares de percibir la realidad política nacional,
que aún no han adquirido la forma de intereses generales,
que entren en conflicto con los individuos reales que padecen a
costa de las mismas, los cuales están representados por
los sectores no afectos al gobierno. Por lo anterior, puedo
aseverar que no estando aún en el plano de la conciencia
de la generalidad de la población, manteniéndose
como intereses e ideales de izquierda, que se arropan con
representaciones, en cierto modo mítico, que luchan por
imponerse a toda costa, como expresión de un
interés de dominación particular, poniendo en
riesgo a la estabilidad política necesaria para la
formación de los valores que contribuyen a la
cohesión institucional y a la vida democrática. De
allí su tremenda debilidad y susceptibilidad de cambio el
cual será contenido seguramente con el uso cada vez mayor
de la fuerza y de fórmulas
antidemocráticas
4. Algunos
desafiós de la vida política nacional en
revolución
En tal sentido, es relevante mencionar el papel que no
han jugado, las instituciones en la lucha por alcanzar el
consenso, en la búsqueda del equilibrio a nivel social e
incluso político, reduciendo el conflicto producido por la
ineficacia en la falta de respuesta a las problemáticas
sociales, políticas y económicas, derivadas tanto
de la producción, como de la distribución de los
bienes y servicios entre los distintos sectores de la
población, haciendo caso omiso a sus identidades y grados
de autonomía y organicidad propia, reduciendo sus propias
diferencias, pero alcanzando un aparente consenso
político, al mismo tiempo, mediante la
profundización del divorcio al principio de
división de poderes, que debemos hacer prevalecer sobre
cualquier interés y conductas particulares, y no al
contrario, para ello es necesario reorientar la actuación
institucional al rescate de su autonomía e independencia,
que se constituyan en los mecanismos de creación y
mantenimiento del consenso necesario para el rescate de la
democracia en Venezuela.
En la actualidad estamos frente a desafíos que
tiene el Sistema Político Venezolano, derivado de su
probada ineficacia en la satisfacción de las necesidades
básicas de la población, al presente no se han
solucionados los problemas más urgentes, como por
mencionar el de los refugiados por los deslaves de Vargas 1999,
hoy algunos de ellos aun esperando, ni los provocados cada
años por motivos de lluvias se incrementan los refugios.
Por otra parte, la infraestructura vial del país se ha
deteriorado de manera muy acelerada por falta de mantenimiento y
las ferias populistas del asfalto desde el gobierno, no han sido
muy exitosas. Asimismo para el sistema eléctrico, que se
encuentra en franco deterioro por la falta de inversiones
puntuales, no obstante su expansión por la
incorporación vegetativa de nuevos consumidores al
servicio eléctrico. De manera similar, se han producidos
graves distorsiones en los procesos de abastecimiento alimentario
que ponen en riesgo la estabilidad política, dado el
centralismo de los recursos y de las decisiones públicas,
acompañado de la baja productividad desde el aparato
gubernamental, por ejemplo, en el I trimestre de 2013, se
registró la inflación más alta en 17
años, en nuestro país, el 25%
anualizada.
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