trabajo ines del alma mia
2914 palabras
12 páginas
Inés del alma míaIsabel Allende
Javiera Annette Angel Campusano
Tercer año medio
Tamara Castillo
1.- ¿Qué se entiende por chivateo?
R.- Chivateo era un grito de guerra utilizado por los caciques mapuches, este incitaba a la gente de cacique a dar gritos alterados.
2.- ¿Quién es Juan de Málaga? Caracterícelo.
R.- Juan de Málaga era un hombre de gran estatura, con un perfil Guerrero, tenía el cabello rizado y obscuro, de nariz romana y ojos rasgados como de felino, siempre muy alegre; a pesar de ser alcohólico, era atractivo para cualquier mujer.
Era intrépido y diestro poseedor de labia, sabia convencer a las mujeres. Pensaba que estaba predestinado a grandes sucesos y soñaba con viajar a las indias, un …ver más…
Esta macabra orgía duró tres noches y dos días, sin que la madre Muerte socorriese al infeliz cautivo. Por fin, al amanecer del tercer día, al ver Lautaro que Valdivia se moría, le vertió oro derretido en la boca, para que se hartase del metal que tanto le gustaba y tanto sufrimiento causaba a los indios en las minas. ¡Ay, qué dolor, qué dolor! Estos recuerdos son un lanzazo aquí, en medio del pecho. ¿Qué hora es, hija? ¿Por qué se fue la luz? Las horas han retrocedido, debe de ser de nuevo el alba. Creo que será el amanecer para siempre...
Nunca se encontraron los restos de Pedro de Valdivia. Dicen que los mapuche devoraron su cuerpo en un rito improvisado, que hicieron flautas con sus huesos y que su cráneo sirve hasta hoy como recipiente para el muday de los toquis. Me preguntas, hija, por qué me aferro a la terrible versión de la criada de Cecilia, en vez de la otra, más misericordiosa, de que Valdivia fue ejecutado de un garrotazo en la cabeza, como escribió el poeta y como era la costumbre entre los indios del sur. Te lo diré. Durante esos tres días aciagos de diciembre de 1553 estuve muy enferma. Fue como si mi alma supiera lo que mi mente aún ignoraba. Imágenes horrendas pasaban ante mis ojos, como en una pesadilla de la que no lograba despertar. Me parecía ver dentro de mi casa los cestos llenos de manos y narices amputadas, en mi patio a los indios cargados de cadenas y aquellos que fueron empalados; el aire olía a carne humana