monologo juana de arcos
Santa Juana pidió que le permitieran vestirse de hombre para proteger su virtud. Los viajeros llegaron a Chinon, donde se hallaba en monarca, el 6 de marzo de 1429; pero Santa Juana no consiguió verle sino hasta dos días después. Carlos se había disfrazado para desconcertar a Santa Juana; pero la doncella le reconoció al punto por una señal secreta que le comunicaron las voces y que ella transmitió sólo al rey. ello bastó para persuadir a Carlos VII del carácter sobrenatural de la misión de la doncella. Santa Juana le pidió un regimiento para ir a salvar Orleáns. El favorito del rey, la Trémouille, y la mayor parte de la corte, que consideraban a Santa Juana como una visionaria o una impostora, se opusieron a su petición. Para zanjar la cuestión, el rey decidió enviar a Santa Juana a Poitiers a que la examinara una comisión de sabios teólogos. Al cabo de un interrogatorio que duró tres semanas por lo menos, la comisión declaró que no encontraba nada que reprochar a la joven y aconsejó que el rey se valiese, prudentemente, de sus servicios. Santa Juana volvió entonces a Chinon, donde se iniciaron los preparativos para la expedición que ella debía encabezar. El estandarte que se confeccionó especialmente para ella, tenía bordados los nombres de Jesús y de María y una imagen del Padre Eterno, a quien dos ángeles le presentaban. de rodilla, una flor de lis. La expedición partió de Blois, el 27 de abril. Santa Juana iba al a cabeza,