El matrimonio Ramírez era de un catolicismo ferviente que se manifestaba con el fervor católico y de la iglesia no permitía que sus hijos se relacionen con ninguna de las personas que los rodean.
Tuvieron dos hijos Salvador y Mariana, hijos educados con la mayor disciplina, basado en el catolicismo, Camila Quiroz la madre era huraña e incomprensible, Salvador el primogénito era de cuerpo delgado, débil, de carácter manso y pasivo, a los ocho años dentro al colegio de los jesuitas, mientras que Mariana era lo contrario alegre, viva, enérgica, bulliciosa. Cumplido los siete años dentro al colegio de lo SS.CC.
Don Jacinto Ramírez, el padre, había quedado huérfano porque sus padres habían fallecido en el terremoto de Imbabura, …ver más…

Camila: ¿A un chico?
Salvador: ¡Si mamá! a un chico se llama Luciano Pérez, él es de Riobamba, más bien tiene una hacienda en Riobamba, su familia ayudó en la independencia de nuestro país.
Camila: En la independencia del país me dices?
Salvador: Si mama.
Camila: Ele ay está bien mijito que andes haciendo esas amistades, amistades nobles.
Luego de esta conversación dirigiose a visitar a Luciano.
Luciano Pérez estudiaba leyes, pero era un estudiante mediano. Una simpatía irresistible y antes nunca sentida, llevó al joven quiteño a entablar amistad con Luciano Pérez, amistad única y primera de su vida. Pérez asimismo simpatizó con Ramírez y desde entonces, los dos formaron una asociación inseparable, aun cuando en lo físico y lo moral eran dos entidades absolutamente contrapuestas.
Luciano Pérez era un chico liberal, mientras que Salvador era conservador. Los defendían firmemente sus ideales.
A veces Luciano se sulfuraba con la calma de Salvador, pero siempre acababa la escaramuza con una larga risotada del primero.
Luciano: Salvador no tienes de que conversar no tienes algo que decirme, dime cualquier cosa o que no eres mi amigo, mi mejor amigo y no me tienes confianza acaso?
Salvador: Si, pero no.
Luciano: Como que si pero no?
Salvador: Claro, Si eres mi amigo, pero no tengo de que hablar.
Luciano: Ja, ja, ja, ja, Tu forma de expresarte ante mí me da gracia Ja,ja, ja,ja.
Luciano: Y cuéntame pero de tu familia.
Salvador: De mi familia?
Luciano: ¡ Si