las 28 causa de jose de la riva aguero
1. Que los intereses de la Península están diametralmente opuestos con los de América; que para aquella prospere es preciso que ésta permanezca en cadenas.
2. Que la América permanece gobernada despóticamente sin observancia a ley alguna, expuestos sus habitantes a los diarios ultrajes y violencias de los ministros, virreyes, y demás mandarines; que unos en la distancia y otros cercanamente no la miran sino como a su patrimonio, y a sus moradores como a rebaños de ovejas.
3. Que el monopolio de la Península les impide del todo el comercio libre, y les pone las mayores trabas al expendio de sus preciosos frutos.
4. Que habiendo llegado al extremo el aborrecimiento y odio entre españoles y …ver más…
19. Que ocultando los sucesos y fraguando embustes los virreyes y gobernadores encienden la guerra entre unos pueblos con otros para hacerse figurar en España necesarios en el mando y adquirir por este medio mayores facultades, condecoraciones, riquezas, y perpetuación en los mandos, por los ministros y privados de la corte, a quienes compran.
20. Que es doloroso a los americanos el ser gobernados por unos déspotas, insultantes, venales, ignorantes y soeces; y verlos al mismo tiempo cargados de honores, colmados de riquezas, y cercados por hombres corrompidos e inmorales.
21. Que en el tiempo que regía la constitución española hecha en Cádiz, los gobernantes hacían lo que querían sin observarla en lo menor, sino en apariencia, arrogándose facultades e intrigando de suerte que no se hacía más que lo que ellos gustaban; siendo en rigor ellos quienes elegían los diputados de cortes, y la única voz en las diputaciones de provincia. No dejando libertad al ciudadano, ni a la prensa, sino solamente la de insultarse entre sí, con el objeto de aumentar la desunión y la discordia.
22. Que abusando de la buena fe de los habitantes los virreyes y gobernadores detienen los correos, abren las cartas, substraen las correspondencias hasta el extremo de ocultar las que vienen de España. Casi siempre con éstas se ha llevado el sistema de dar la penúltima y guardar la recién recibida, para tener de este modo al público sin noticias frescas de sus asuntos; esto es