Resumen Los Mejores Relatos De Terror Llevados Al Cine
El ladrón de cadáveres, Robert L. Stevenson
El cuento narra la oscura historia de un estudiante de medicina de Reino Unido, que se ve involucrado en el negocio ilegal de la profanación de cuerpos para su posterior estudio.
La historia comienza en un tiempo posterior a los hechos relatados a lo largo de la historia, en una posada de Dobenham, donde un empresario fúnebre, el dueño de la posada, Fettes y el narrador del cuento, se encuentran reunidos. En ese sitio, ocurre la aparicion de un tal Doctor Macfarlane, quien despierta el asombro y los nervios de Fettes. En este momento, se deja ver que algún hecho de implicancia ocurrió en tiempos pasados entre Fettes y el Dr. Macfarlane.
Esta …ver más…
Plutón —tal era el nombre del gato— se había convertido en mi favorito y mi camarada. Sólo yo le daba de comer y él me seguía por todas partes en casa. Me costaba mucho impedir que anduviera tras de mí en la calle.
Nuestra amistad duró así varios años, en el curso de los cuales (enrojezco al confesarlo) mi temperamento y mi carácter se alteraron radicalmente por culpa del demonio. Intemperancia. Día a día me fui volviendo más melancólico, irritable e indiferente hacia los sentimientos ajenos. Llegué, incluso, a hablar descomedidamente a mi mujer y terminé por infligirle violencias personales. Mis favoritos, claro está, sintieron igualmente el cambio de mi carácter. No sólo los descuidaba, sino que llegué a hacerles daño. Hacia Plutón, sin embargo, conservé suficiente consideración como para abstenerme de maltratarlo, cosa que hacía con los conejos, el mono y hasta el perro cuando, por casualidad o movidos por el afecto, se cruzaban en mi camino. Mi enfermedad, empero, se agravaba —pues, ¿qué enfermedad es comparable al alcohol?—, y finalmente el mismo Plutón, que ya estaba viejo y, por tanto, algo enojadizo, empezó a sufrir las consecuencias de mi mal humor.
Una noche en que volvía a casa completamente embriagado, después de una de mis correrías por la ciudad, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo alcé en brazos, pero, asustado por mi violencia, me mordió ligeramente en la mano. Al punto se apoderó de mí una furia demoníaca y ya no supe lo que