PLANTEAMIENTO (CANTAR PRIMERO: EL DESTIERRO DEL CID)
Poema de Mio Cid comienza cuando el Mio Cid, pero su nombre verdadero es Rodrigo Díaz es echado de Castilla por su rey, Alfonso VI.
El Cid después de haber sido el leal e incondicional vasallo del rey Alfonso VI, por un error cometido por el Cid, es desterrado de ese reino, dándole el rey un plazo máximo de 9 días para que el y sus seguidores se fueran de su reino.
En su destierro, el Mio Cid comienza a andar sin rumbo por el reino de Castilla1, en donde encontró a el que sería su mejor vasallo en las guerras: Alvar Fáñez Minaya, que le ayudó a conseguir algo de dinero para dirigirse a Valencia, lo más seguro de la época.
En su camino, fueron encontrando varias personas que se le …ver más…

El pobre conde fue hecho prisionero al terminar la batalla en su propio castillo, pero muy bien atendido y alimentado, pero ese era el mayor problema de todos, el conde decía que como el había sido derrotado no probaría bocado alguno encontrado o por haber en el territorio de España, primero debía estar muerto o prefería morir de hambre a entregarse a los enemigos que lo derrotaron.
Con la misma actitud estuvo el conde durante 3 días, mismos en los que estuvo en completo ayuno, al tercer día, el Cid le dijo que probara por lo menos una cosa, el mínimo bocado, pero al conde ya no le importaba ni él ni su vida, pero aceptó el festín que fue servido. El conde decidió entonces que era prudente regalarle su espada en símbolo de entrega completa al Cid, esa espada era la espada Colada, valuada en mil marcos de plata, cosa que sorprendió mucho al Cid. Además el conde le dijo que le devolviera algo del botín de guerra para subsistir, por lo que el Cid le regalo algunos caballos y riquezas como joyas, pero el dinero no lo devolvió porque se lo entregaría a los que lo necesitaran más en su regimiento, a sus soldados y sus familias. El conde aceptó gustoso y el que antes era su enemigo, se había convertido en su gran amigo.
Durante la cena que había ofrecido el Cid por su victoria, el conde y sus apegados comieron como nunca lo habían hecho en sus