Inmortalizada en los versos de la Ilíada, y descubierta por la arqueología en 1871, la mítica ciudad se encuentra más en los relatos de los guías turísticos que la recorren que en sus ruinas. No hay nada, no queda casi nada en Troya. Cerca de Hissarlik, en la actual Turquía, en un monte en medio de una llanura sacudida por un viento del Norte que lo desordena todo, ahí está Troya: apenas un montón de ruinas difíciles de entender. El mar se intuye a lo lejos, a unos pocos kilómetros. Y el turista arruga el ceño: ¿el mar tan lejos?¿Cómo llegaron los aqueos hasta aquí para sitiar y tomar la ciudad? ¿No plantaron sus naves negras cerca, según Homero? ¿No iban y venían de los barcos a la ciudad en un día? Cuando la ciudad se fundó, hace cinco…ver más…
Apeló a los datos geográficos que aportaba Homero, a sus descripciones de los campos de batalla y de las acciones de los héroes, y comenzó a excavar. Así encontró las ruinas de Troya o, mejor, de las 10 ciudades sucesivas en el tiempo y en el espacio que fueron Troya. Todo