Poner a trabajar el cerebro
Esos modelos son preferencias (distintas de sus conocimientos, técnicas o capacidades, y que no deben ser confundidas con éstas). Por ejemplo, una persona puede preferir enfocar los problemas intuitivamente, pero de hecho puede estar mejor formado para enfocarlos analíticamente. Las preferencias no son rígidas: la mayoría de las personas pueden aplicar una mezcla de enfoques y vivir su vida sin estar encerradas dentro de unos estrechos límites cognoscitivos. Las personas rebasan muchas veces, sobre todo cuando las condiciones son apropiadas y está en juego algo importante, las fronteras de su modo de actuación preferido. Una vez aclarado esto, debemos decir que todas las personas suelen tener uno o dos modelos de razonamiento preferidos que influyen sobre su estilo de toma de decisiones y sobre su interacción con las otras personas —tanto para bien como para mal—. La diferencia cognoscitiva más generalmente aceptada es la existente entre la forma de razonar dirigida por el lóbulo izquierdo del cerebro y la dirigida por el lóbulo derecho, lista distinción tiene más valor metafórico que exactitud fisiológica; no todas las funciones que normalmente se asocian con el lóbulo izquierdo están ubicadas en el lado izquierdo del córtex cerebral, ni tampoco todas las denominadas funciones del lóbulo derecho están ubicadas en el lado derecho del cerebro. Sin embargo, esa sencilla descripción sirve para explicar más fácilmente las diversas formas