Participacion social jovenes
Numerosos hechos que se suceden a lo largo de nuestra vida, nos ayudan a tomar conciencia creciente de nuestra limitación humana: errores en que incurrimos, ilusiones que se desvanecen, frustraciones, enfermedades, falencias morales.
…”Pero llega la muerte que da importantes lecciones de prudencia, que hemos de saber aprovechar.
La primera nos la da el salvador cuando nos dice: «Estad. preparados, porque no sabéis el día ni la hora» (Mt 25, 13).
La segunda es desprendernos de lo terreno, pues solo lo eterno perdura.
La tercera nos la da San Pablo cuando dice: «Mientras tengamos tiempo, obremos el bien» (Gal 6,10). En efecto el tiempo de expiar nuestros pecados y de obtener meritos para el cielo termina con la muerte. …ver más…
el segundo juicio se debe a que hemos trabajado por nuestra salvación dentro del contexto de cierto orden social y el Cuerpo místico de Cristo; por lo tanto, debemos ser juzgados por nuestra repercusión dentro del mismo..
En cada uno de nosotros existen varias personas; hay la persona que los otros nos creen, la persona que nosotros creemos ser, y la persona que realmente somos.
Cuando llegue el momento definitivo del juicio nos veremos tal como somos.
Al morir dejamos atrás nuestras emociones, perjuicios, sentimientos, nuestra posición social, nuestras oportunidades, los accidentes del talento, de la belleza, la inteligencia y posición. Por lo tanto, no le importara a Dios que seamos o no inválidos, súperignorantes u odiados por la gente. Nuestro juicio se basara en la forma que hemos vivido, las decisiones que hemos tomado, y sobre todo, si hemos obedecido la ley (mandamientos)”…
…”El alma vera con toda claridad y precisión la sentencia que merece de parte de Dios y se dirigirá instantáneamente, sin apelación posible, al lugar o estado que le corresponda. Ese lugar no puede separa los adultos más que uno de estos tres: el purgatorio, Cielo o Infierno”…
…”El juicio particular, que se realiza inmediatamente después de la muerte de cada hombre, consiste en que Jesucristo, en cuanto a Dios y en cuanto hombre, juzga a aquella alma sobre el grado de caridad: