Libro "emilio" de rousseau
La educación intelectual debe partir siempre de un interés sensible y ha de acabar con todo sistema teórico que solo confunde al niño. Resulta curioso incluso chocante la recomendación de no poner libro alguno en manos de un niño hasta los doce años, pero es una consecuencia lógica de la propuesta educativa de Rousseau: respetar la naturaleza de la niñez. Dice que la niñez es la edad del juego, de la actividad física, no de horas interminables de lecturas complejas que el niño no está en edad de comprender, dice que no hay impedimento para enseñar al niño leer y escribir, ya que tendrá ocasión de ejercer estas habilidades cuando sea necesario. Rousseau cuenta que cuando los niños empiezan a hablar, lloran menos. Este progreso es natural: un lenguaje es sustituido por otro. Si el niño es delicado y sensible hasta llorar por nada, al darse cuenta de que sus gritos inútiles y no producen efecto, pronto agota sus lágrimas. Nos hace ver que los niños juzgan su significación por el resultado sensible, única forma para hacerse entender. Las primeras lecciones de valor se inician en esta edad, y padeciendo sin asustarse dolores leves, se aprende gradualmente a soportar los mayores. También nos habla de proteger al niño de las malas influencias de la sociedad, por lo que lo aísla del mundo. Cuenta que el niño sufra las consecuencias de su mala acción. La única