Guion Cuento El Traje Del Emperador
[Cuento infantil. Texto completo]
Hans Christian Andersen Con el telón cerrado, se coloca la narradora en el centro del escenario.
NARRADOR: Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todo su dinero en vestir con la máxima elegancia.
No se interesaba por su ejército ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el Consejo”, de nuestro hombre se decía: “El Emperador está en el vestuario”.
La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos …ver más…
No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».
(se vuelve a reanudar)».
TRUHAN I: ¡Acércase! ¿No cree que son magníficos el color y el dibujo?
LACAYO I: ¡OH, precioso, maravilloso! (mira a través de los lentes). ¡Qué dibujo y qué colores! Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado muchísimo, ¡Extraordinario!
TRUHAN I: -Nos da una buena alegría que le guste. Estos colores son muy especiales y el dibujo es único y hecho a medida.
LACAYO I: Desde luego me deja sin palabras y voy a ir ahora mismo a informar al Emperador.
TRUHAN I: Antes de irse le aviso que necesitamos más dinero, seda y oro, para poder seguir tejiendo.
LACAYO I: Bueno, aquí tienen pero dense prisa porque el Emperador es muy exigente y quiere ver los trajes listos para la fiesta del pueblo.
TRUHAN I: Descuide
(el ministro les da el dinero y se va del escenario)
Meten el dinero en los bolsillos contentos y se ríen cuando se va el Ministro
Se cierra el telón.Aparece de nuevo la narradora
NARRADORA: El tiempo sigue transcurriendo y el emperador se impacientaba cada vez más. Un día hizo llamar a otro de sus ministros y le dijo:
(suena la voz detrás del telón)
EMPERADOR: ¿Ha pasado mucho tiempo no? No puedo esperar ni un minuto más. ¡Tu! Vete enseguida al estudio de los sastres a ver como les van con mis telas. ¡Rápido! Y ya sabes, si necesitan más dinero, dáselo
LACAYO II: Si mi Emperador, enseguida.
NARRADORA: El otro ministro fue como el anterior,