Gritos y susurros
“Gritos y susurros, Neuroarqueología del lenguaje verbal”.
Amanda Céspedes Calderón.
Extraído de Revista Calpe y Abyla Nº2 Talento Lingüístico, 2011.
Si queremos entender de qué manera la humanidad ha logrado evolucionar al punto de crear distintas lenguas para así poder comunicarnos, más allá de analizarla como una herramienta necesaria para el quehacer cotidiano, sino que observarla en el sentido de cómo esta, determina la forma de aprendizaje en una persona. En nuestras sociedades, ya completamente avanzadas respecto a tecnologías, culturas, pensamientos, elogiamos y fomentamos al estudiante que posee habilidades mentales radiantes en cuanto a su manera de aprender nuevas teorías, lenguas, cálculos mentales, etc. Pero, …ver más…
Compartimos todos, un mismo genoma. Se conoce que como humanos, provenimos de la evolución del primate, pero no debemos olvidar que, la filogenia es parte de la biología que se ocupa de las relaciones de parentesco entre los distintos grupos de seres vivos (RAE, 2014), por tanto, podría ser posible que dentro de nuestro genoma, compartamos o tengamos una estrecha relación con otros animales. Las investigaciones respecto al ADN, según lo estudiado en clases, permiten que podamos descubrir de qué grupo humano provenimos, cuáles son nuestros ancestros. Pero debemos recordar que, así como compartimos alrededor del 99% del genoma, los genes que existen dentro de esta estructura, al ser combinados, determinan que tengamos ojos negros, azules o violeta. Pelo ondulado, liso, café, rojizo e incluso hasta sin pigmentación. Estos genes determinan que seamos diferentes y únicos.
Entonces, si reflexionamos respecto a que somos distintos en tantos aspectos; ¿Por qué hemos de pensar entonces que tenemos todos/as la misma manera de aprender, de expresarnos, de vivir en sociedad? Es cierto que, dentro de la evolución, el hombre ha categorizado las cosas en función de poder llegar a un lenguaje común para facilitar la comunicación. Pero; ¿Y los otros? El sistema nervioso de niño “X”, no es el mismo que el de niña “Y”. Partiendo desde el qué comemos, hasta el ambiente en el que estamos, la