In the vycary :skyjack
Cuando las personas usan armas para tomar lo que quieren, ¿cómo detenerlos? Si usted les dalo que quieren, van a ser feliz - y van a utilizar sus armas de nuevo, y otra vez. Sino les dan lo que quieren, entonces van a estar enojado - y se matan. No es fácil decidir qué hacer. En esta historia, la persona que tiene que decidir es el Primer Ministro, el jefe de la gobierno. Sin embargo, el Primer Ministro es también una persona común, al igual que el resto de nosotros – una persona con una familia e hijos. ¿Cómo puedes pensar con claridad, si alguien está apuntando con un arma a su familia? ¿Qué quieres hacer? Usted toma consejo, hablar con los secuestradores, a averiguar lo que desean, a mantener calma todo el …ver más…

Ella estaba sentada en un asiento en la parte delantera de el avión con dos jóvenes. Se veían preocupados y nerviosos. De repente, uno de los jóvenes cogió una bolsa y se dirigió a la cabina del piloto! El otro hombre y el aire anfitriona le siguieron. -Es extraño-dijo Carl. "¿Qué están haciendo? -No lo sé. Es muy extraño ", dijo Harald. "No me gustó nada". Él comenzó a salir de su asiento, pero luego se detuvo y volvió a sentarse. Por uno o dos minutos no pasó nada. Ninguno de los otros pasajeros o movido habló. Habían visto a los hombres jóvenes también. Llegó a ser muy tranquilo en el avión. Una campana sonó, y por un momento se oían dos voces discutiendo. Entonces el piloto habló. "Damas y caballeros, les habla el capitán. Por favor, no tengas miedo. Hay un cambio de planes. Tenemos que aterrizar en otro aeropuerto antes de terminar nuestro viaje. Hay ningún peligro. Vamos a aterrizar en quince minutos. Por favor, permanezcan en sus asientos y mantener la calma. Agradecer usted.
Entonces la azafata salió de la cabina. Ella se veía muy diferente ahora porque que tenía una ametralladora en la mano. Se puso de pie en la parte delantera del avión y observó los pasajeros con cuidado.
"Aquí estamos, señora." El gran coche negro se detuvo y un policía abrió la negro puerta. 'Gracias.' Helen Sandberg le sonrió cuando ella salió. Otro oficial de policía abrió la puerta de su casa. Dentro de la casa, era tranquilo. Su hija estaba leyendo. Puso el libro. -Hola,