Gerencia de produccion
El señor Fonseca se murió, y para evitar complicaciones con los bienes que poseía, redacto un testamento. Sin embargo, su provisión sirvió de poco porque el documento quedo redactado así:
“Dejo mis bienes a mi sobrina no a mi suegra tampoco jamás se pagara la cuenta del sastre, nunca de ningún modo para la limosnera todo lo dicho es mi deseo yo Facundo Fonseca”
Reescribir el texto de manera que los bienes le correspondan a:
La sobrina
Dejo mis bienes a mi sobrina, no a mi suegra. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para la limosnera. Todo lo dicho es mi deseo. Yo, Facundo Fonseca".
La suegra
“¿Dejo mis bienes a mi sobrina? No. A mi suegra. Tampoco, jamás …ver más…
¡El ELEFANTE declara – Es una inmensa serpiente!...”
El cuarto, por una pata trepa, osado y animosos; “¡Oh, que enorme tronco! – exclama, y luego dice a los otros - : Amigos, el ELEFANTE es como un árbol añoso…”
El quinto toca una oreja y exclama: “¡Vamos, amigos, todos os equivocáis en vuestros rotundos juicios! Yo os digo que el ELEFANTE es ¡como un gran abanico!
El sexto, al fin, coge el rabo, se agarra bien, por el trepa… “Vamos, vamos, compañeros; ninguno en su juicio acierta. El ELEFANTE… ¡tocadlo!, una soga… si, ¡una cuerda!”
Los ciegos dl Indostán disputan y a querellan; cada uno está seguro de haber hecho bien su prueba… ¡cada uno tiene un poco de razón… y todos yerran!
Moraleja
Así sucede cada día en infinitas discusiones; quienes disputan, cada uno estima justas sus razones, y discuten, juzgan, definen, sin más, ¡a un ELEFANTE que no vieron jamás!
3. Reescribir y completar la historia desde el punto de vista del gatito, hacerlo en primera persona.
“yo estaba caminando a mi casa desde la universidad con mi hermano Eugenio, cuando empezó a llover. Eugenio hizo bromas acerca de que “llovían gatos y perros”. Luego lo oímos: un lánguido maullido. A medida que nos acercábamos a un árbol de pino, el sonido era más fuerte: miau… Miau… MIAU!!! Buscamos en las ramas del húmedo y gigante árbol y allí vimos a un pequeño gatito